¿Quisiera Andrés Manuel López Obrador que Yasmín Esquivel Mossa presidiera la Suprema Corte de Justicia de la Nación? Supongo que sí. AMLO la propuso para llegar al llamado alto tribunal, entonces debe tener la mejor opinión de la ministra.

¿Por qué Yasmín sí y no las otras propuestas del presidente López Obrador para la corte? Es decir, ¿por qué no Margarita Margarita Ríos Farjat, Loretta Ortiz Ahlf o Juan Luis González Alcántara Carrancá?

He preguntado a gente que conoce el tema y la respuesta que me han dado es que AMLO no tiró línea a favor de nadie. Otra cosa es que en el grupo obradorista solo Esquivel se apuntara como candidata para presidir la corte suprema.

Por haber llegado recientemente a la cúpula del poder judicial —esto es, para no ofender a ministros y ministras con más tiempo en sus cargos—, Ríos Farjat, Ortiz Ahlf y González Alcántara Carrancá ni siquiera intentaron presidir la SCJN.

Que no hay línea de Andrés Manuel a favor de Yasmín lo evidencia el pronóstico de votación más confiable realizado antes del escándalo de la tesis y de la fuerte descalificación de AMLO al “ministro más rico”:

√ Esquivel Mossa solo había asegurado el voto de Ortiz Ahlf.

√ Ríos Farjat ofreció apoyar a Javier Laynez Potisek.

√ González Alcántara Carrancá no había comprometido su voto; el otro indeciso era José Mario Pardo Rebolledo.

Arturo Zaldívar Lelo de Larrea apoyaba a Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena.

√ Luis María Aguilar se la iba a jugar con Alberto Pérez Dayán.

√ Norma Lucía Piña Hernández solo contaba con su propio voto.

Queda claro que las ministras y el ministro que llegaron a la corte como propuestas de AMLO no iban a votar en bloque.

Eso quiere decir que línea presidencial no ha habido, ya que en el sistema político mexicano no sería creíble que gente honorable que le debe el puesto al titular del poder ejecutivo le diera la espalda en un tema que nada tiene de jurídico —no es un debate sobre constitucionalidad—, sino que es absolutamente político.

Andrés Manuel había permitido el bateo libre, vale decir, que cada quien hiciera lo que se le pegara la gana.

Así estaban las cosas hasta antes del lío de la tesis de la ministra Esquivel. ¿Cómo están ahora? Me parece que solo quedan dos candidatos con posibilidades: Dayán y Laynez. La tesis le ha quitado apoyo a Esquivel y la descalificación de AMLO —sin duda lo descalificó, y muy fuertemente— ha convertido en una imprudencia respaldar a Ortiz Mena. Por su parte, Piña no parece haber sumado votos.

AMLO y su relación con la SCJN

Como a la ministra Esquivel se le ha linchado por algo que ocurrió hace 40 años y que debería ser absolutamente perdonable, el presidente López Obrador se vio obligado a dar su opinión.

Andrés Manuel sobre tal escándalo dijo básicamente tres cosas:

  • Que confía en la ministra Esquivel Mossa.
  • Que él, AMLO, no tiene candidato ni candidata en la elección de la corte porque no le corresponde meterse en un proceso en el que solo pueden participar ministros y ministras.
  • Que la UNAM decidirá si hubo plagio, o no, y el tipo de castigo que merecería la ministra en caso de que hubiese existido una falta.
  • Que a Yasmín se le ataca porque los conservadores quieren de esa manera favorecer la llegada del “ministro más rico” a la presidencia de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Ese “ministro más rico”, se supo después, es Gutiérrez Ortiz Mena.

Andrés Manuel, entonces, no ha pedido votar por Esquivel Mossa. La defendió porque la han atacado en forma muy miserable, y nada más. El presidente aprovechó el escándalo para sugerir el nombre de quien no le gustaría que encabezara la corte, “el ministro más rico”.

Es decir, Andrés Manuel López Obrador no tiene candidato ni candidata en la elección de la SCJN. Pero como lo obligaron a dar su opinión sobre el tema, a lo más que llegó fue a vetar —políticamente hablando— a un ministro en específico.

Según Raymundo Riva Palacio, la corte está frente a un dilema shakespeariano: elegir a Esquivel, y de esa manera entregar el poder judicial a AMLO, o votar por otro ministro “a sabiendas que ese camino significará una confrontación política con el presidente por el resto del sexenio”.

Creo que tal dilema shakespeariano no existe. Veamos.

Andrés Manuel no dio línea para favorecer a Yasmín Esquivel, aunque le habría gustado que ella ganara la presidencia de la corte. Eso sí, después del escándalo AMLO sabe que Esquivel Mossa no ganará la elección, por lo tanto en una de esas la cuestionada ministra y su compañera Ortiz Ahlf desde la primera ronda de votaciones podrían apoyar a otro candidato, que sería Pérez Dayán, con quien ambas se llevan bien.

Tampoco AMLO promoverá una confrontación política con la SCJN por el resto del sexenio. No la necesita. El presidente sabe que se llevará institucionalmente con quien encabece al poder judicial a partir de este lunes. Ministros y ministras no comen lumbre y harán todo lo que puedan para no romper con el muy poderoso titular del poder ejecutivo.

Eso sí, como lo metieron en el debate Andrés Manuel ya dijo a quién no quiere para presidir la SCJN. Pero si el resto de integrantes de la corte lo eligen, que lo elijan, a AMLO le dará lo mismo.

La nueva presidencia de la corte será decisión de ministros y ministras, personas adultas y prudentes que harán lo correcto en términos de no provocar excesivamente a un líder social histórico que merece respeto, desde luego por su innegable autoridad moral, pero también por  su fuerza: lo quisieron destruir con desafueros y fraudes electorales, no pudieron, se fortaleció y en unos cuantos años fundó un partido, ganó la presidencia, ha triunfado en prácticamente todas las gubernaturas y tiene segura la victoria en las elecciones de 2024.