Concluyo este tema: el 25 de diciembre de 1991 Mijaíl S. Gorbachov presentó su dimisión como el último Presidente de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS). La URSS se había desintegrado aceleradamente cuando 11 Estados antes pertenecientes a la URSS, se declararon unilateralmente Estados Independientes (en total fueron 15) y conformaron la Comunidad de Estados Independientes (CEI) el 20 de diciembre del mismo año. Ello nunca estuvo en los cálculos políticos ni programáticos de Gorbachov, fue resultado de fallas en la conducción estratégica del proceso de reformas. Una semana después (31 de diciembre) de tal renuncia, el entonces Presidente de EUA, G.H. Bush en mensaje televisado a la nación declaraba formalmente concluida la guerra fría que había sido el factor dominante de la política mundial desde el término de la segunda guerra mundial hasta esa fecha.
Antes, Gorbachov impulsó la renuncia del PCUS al marxismo-leninismo (julio, 1991) proyecto redactado por 134 miembros del partido, que adentraba a cualquier partido sucesorio en la socialdemocracia europea (Bonet, Pilar, El País, julio, 1991). Esta revisión ideológica de fondo y luego la liquidación del PCUS, direccionaban a la URSS (si subsistía a estos cambios profundos) en la socialdemocracia occidental y le acercaba al Eurocomunismo entonces vigente (oficializado en 1977) que había rechazado el modelo soviético. Ello, con la planeada liberalización económica, le costó a Gorbachov perder el apoyo de un sector -quizá mayoritario- de la ortodoxia ideológica dentro y fuera del país, asumiendo tácitamente el pluralismo ideológico. Pero Occidente no concedía al dirigente comunista nada realmente relevante.
Concluía con la victoria del bloque occidental una etapa histórica de confrontaciones de 46 años (1945-1991) llamada también Orden Internacional Bipolar. Había un cambio de época o de fase histórica. No se puede decir con verdad que Gorbachov liquidó a la URSS. Fue un proceso fáctico en un contexto de vacíos de poder que formalizó jurídicamente Gorbachov mediante los Acuerdos de Belovezhskaya el 25 de diciembre de 1991. La formación de la CEI enterró a la URSS, lo que tuvo que asumir “Gorbi” como un hecho consumado. (Sánchez, José, 1996)
¿Pero qué sí logró el proceso liderado por M.S. Gorbachov?
I.- En el ámbito interno del “sistema soviético”: a) su actividad incansable en favor de la renovación del socialismo soviético desató un movimiento de masas en favor del proceso reformador. Se conoció un periodo de debate y transparencia informativa sobre lo existente, lo que se pensaba hacer y se hacía, que nunca había existido en la URSS, tal vez sólo en los primeros años del triunfo revolucionario de octubre de 1917;
b) Procesó contra el establishment y la nomenclatura militar de “línea dura”, el retiro de las tropas de Afganistán (febrero de 1989 comenzó el repliegue) que literal (murieron más de 15,000 soldados) y financieramente desangró por una década a la sociedad y el gobierno de la URSS;
c) Ensayó e impulsó dentro y luego fuera del PCUS una renovación ideológica en donde se consideró al marxismo-leninismo “una fuente” inspiradora del socialismo, “no la única”, abriendo la ideología del socialismo real a otras corrientes de pensamiento, incluyendo la socialdemocracia y el liberalismo;
d) El viejo problema de las nacionalidades no rusas, lo abordó regresando al enfoque leninista de autonomía completa y soberanía, que agregó él, no la de una federación altamente centralizada, aunque no pudo concretar el instrumento jurídico que así lo consignaría, influyendo en la formación de la CEI basado en Estados Independientes, que representaban un paso adelante de su enfoque de Soberanía;
e) Respecto al campo socialista, el movimiento de masas que “derrumbó el muro” no fue interferido, abandonando así la Doctrina Brezhnev y favoreciendo la reunificación alemana. Uno de sus colaboradores decía: “ahora cada país decide qué hacer”;
f) Inició un proceso de redistribución territorial, social e institucional del poder que alteró de fondo la estructura centralista que duró décadas, aunque debilitó el centro de las decisiones sin haber consolidado las estructuras de sustitución. De allí los vacíos de poder;
g) Inició una lucha a fondo contra la corrupción y los privilegios de la “gerontocracia partidista y militar”, e inició la liberalización económica en sectores orientados luego al mercado de consumo, tan sensibles para el bienestar social;
h) modificó considerablemente la concepción y praxis del poder en un país inmenso como Rusia (aunque menos en las nacionalidades no rusas) introduciendo elementos de control social democrático del poder, con de libertad de protesta y agrupamiento político sin control oficial que se expresó en la resistencia al golpe militar (agosto, 1991) aunque capitalizado por otro liderazgo (B. Yeltsin);
i) opuso con denuedo como praxis política de un dirigente comunista con visión democrática la concepción de la reforma, del cambio, frente al conservadurismo inmovilista y de la preservación de un status de privilegios y marginalidad política;
j) terminó con la idea de que un partido de izquierda comunista o socialista debe asumir una línea de “pensamiento excluyente” y de centralización del poder con una burocracia de Estado que pronto se vuelve privilegiada. Ello ha calado parcialmente en América Latina, probablemente;
k) impulsó la reforma en el sector de riqueza natural como el petróleo y gas ruso que debían ser materia de una reforma en sentido liberalizador (capital privado y mercado) sin perder el control de la misma, ya que entre 1988-92 su producción cayó en 30%, lo que terminó de hundir la desfalleciente economía soviética (lo impulsó en la reunión del Consejo Presidencial de abril de 1990);
l) dio libertad a presos como Andréi Sajarov y otros, mostrando que encarcelar disidentes no puede ser una forma de gobierno dentro del pensamiento revolucionario;
m) mostró que el pensamiento de la transformación revolucionaria, del cambio real, cuando es auténtico tiene grandes reservas de autocrítica y reformulación para continuar avanzando en y por el progreso social.

II. En el ámbito internacional: a) efectivamente su contribución al fin de la guerra fría es un gran legado, en una triple dimensión: cambió la geopolítica, la geo estrategia militar y los términos de la discusión ideológica sobre el mundo contemporáneo, evidenciando el anquilosamiento del pensamiento estratégico basado en la interpretación y elaboración del marxismo soviético, es decir, el “socialismo realmente existente”;
b) El acuerdo sobre misiles nucleares de alcance intermedio que benefició principalmente a Europa, suscrito con Ronald Reagan y aprobado por la OTAN, fue una contribución fundamental a la distención y al cambio en el entorno político-militar europeo;
c) Trabajó para resolver la inmensa contradicción en la URSS de proyectar hacia el exterior una imagen de súper potencia nuclear y de tener dentro una economía social en donde no había alimentos ni otros bienes y servicios fundamentales, mientras la alta burocracia no permitía cambio alguno;
d) Abrogó la estructura creada con la ayuda del Pacto de Varsovia (creado en 1956) de una “órbita soviética” que extendía la jurisdicción de los órganos militares y civiles del poder soviético; hasta sus aliados;
e) Optó por el diálogo y los acuerdos con dos Estados con quienes había relaciones muy conflictivas: el Vaticano (liderado por el acérrimo anticomunista Juan Pablo II) y con la China reformista del líder Deng Xiaoping (1978-1989) con quien normalizó relaciones (1989).

Comentarios Finales
La gesta transformadora de M.S. Gorbachov por su amplitud y complejidad, mediante un análisis breve que permite el tiempo transcurrido, careció de dos cuestiones centrales: una metodología de aplicación adecuada, es decir, se abrió con el ataque a la estructura de poder anquilosado y altamente centralizado, burocratizado por una clase política privilegiada, que comprometió a fondo su liderazgo y el control del proceso, los cuales finalmente perdió ante la turbulencia desatada por dicho ataque y las fuerzas de oposición que movilizó en su contra. Todo ello realizado en condiciones de una severa crisis económica que dificultó al extremo la conducción política. Los mejores momentos para reformar la política es en saludables condiciones económicas (no propiamente bonanza, pero sí cierta estabilidad). No en un contexto de crisis aguda.
La exitosa experiencia de China y la posterior expansión de la Federación de Rusia, demuestra que la reforma económica gradual pero sostenida manteniendo el control político logra ser eficiente ante los avatares socio-políticos que todo cambio de fondo provoca. Más aun en condiciones de crisis económica aguda. La concepción de Gorbachov fue que el cambio político le daría los márgenes de acción para el cambio económico. No fue así. El fracaso en la primera –no obstante los muy y variados cambios logrados- no le alcanzaron para poder procesar la segunda, conservando el liderazgo y el poder en lo fundamental.
Importante es destacar que en la opinión pública de los rusos de hoy existen dos versiones cuestionables de esta etapa histórica: Gorbachov traicionó a la URSS y la entregó a Occidente. No estamos de acuerdo. Y Gorbachov llevó a la ruina a la URSS, tampoco estamos de acuerdo. Hemos presentado la información al respecto: la URSS se disolvió de facto y la ruina avanzaba antes y durante el gobierno y el proyecto reformista de Gorbachov. Cuando él avanza su programa de reformas, la URSS carecía de viabilidad histórica. Vean ustedes cómo los líderes occidentales en estas apreciaciones erróneas salen limpios, cuando tienen una inmensa responsabilidad por lo aquí informado y analizado. Hubo una operación occidental histórica de manipulación informativa para modificar la interpretación de los hechos.
Todos los datos existentes demuestran que es Boris Yeltsin el que es incapaz de impedir el saqueo, ata la economía rusa a las políticas de apertura indiscriminada y venta de activos a pecios de remate que fueron de la URSS y se provoca el colapso del sistema industrial, bancario y de protección social pre-existente a mediados de los años 90 (1996-97) y el crecimiento exponencial de la pobreza y el desempleo, incluso, de la mendicidad, en Rusia y las nacionalidades antes soviéticas. Proliferan las guerras regionales.
Gorbachov es no obstante, uno de los principales personajes y líderes transformadores mundiales del siglo XX, a pesar de no haber visto concluidos sus más grandes objetivos. Es difícil no apreciar el rastro de los procesos por él iniciados en el despliegue posterior -anulando el fatal periodo de Boris Yeltsin- en la actual expansión de la Federación de Rusia, como uno de los recientes grandes poderes emergentes del siglo XXI que han modificado el Orden Atlántico dominante.