Creo que Pelé fue mejor futbolista de lo que ha sido Messi. Y probablemente hubo partidos más emotivos en nuestro país en 1970 que los de Qatar en 2022. La comparación a la que hago referencia en el título de este escrito no tiene que ver con el deporte, sino con la ética y la política. Y no es una comparación que yo haya imaginado: es de Gideon Rachman, columnista en jefe de asuntos exteriores del Financial Times.

El señor Rachman es aficionado al futbol y ha estado en todas las copas mundiales desde 1994. El año pasado viajó a Qatar y hace unos días publicó un excelente artículo acerca de su experiencia.

De su texto destaco lo siguiente:

√ “Si hubiera una tabla de la liga de copas del mundo moralmente cuestionables, creo que Qatar 2022 podría tener dificultades para entrar entre los cuatro primeros”.

√ Importante observación de Gideon Rachman porque nunca un mundial de futbol había sido tan criticado por activistas de los derechos humanos.

√ Medalla de oro entre los mundiales éticamente cuestionables: Rusia 2018. Ello porque Vladimir Putin había anexado Crimea en 2014. Que el gobierno ruso comete peores atrocidades que el gobierno de Qatar lo demuestra la invasión a Ucrania de principios de 2022. Dijo el columnista del FT: “Tal vez me equivoqué al ir a Rusia ese año. Pero, como muchos fanáticos, era reacio a renunciar a mi hábito de la copa del mundo simplemente porque la FIFA tenía el mal gusto de otorgar el torneo a un país con un gobierno criminal”.

√ Medalla de plata entre mundiales éticamente cuestionables: Argentina 1978. Este torneo se celebró “en medio de la ‘guerra sucia’ de la junta militar, cuando miles de disidentes fueron asesinados, torturados o desaparecidos. Los presos políticos informaron más tarde de que podían escuchar a las multitudes de animación desde sus celdas de prisión en Buenos Aires”.

√ Medalla de bronce entre mundiales éticamente cuestionables: México 1970. Esta competencia, que “a menudo es recordada como el torneo más alegre… tuvo lugar menos de dos años después de que el gobierno mexicano matara a cientos de manifestantes desarmados”.

√ Cuarto lugar (sin medalla) entre mundiales éticamente cuestionables: Italia 1934. “Se organizó en la Italia fascista, con Mussolini asistiendo a la final para ver la victoria italiana”.

√ Quinto lugar (sin medalla) entre mundiales éticamente cuestionables: Qatar 2022 por todo lo que se ha dicho acerca de que ese país no se respetan derechos humanos.

Me parece razonable la tabla de posiciones de Gideon Rachman de mundiales celebrados en naciones con gobiernos lamentables. Comparto su opinión de que, más allá de las críticas del activismo global que defiende los derechos humanos, sin lugar a dudas Qatar 2022 fue una copa del mundo exitosa por la calidad de los partidos.

Al columnista del Financial Times lo que más molestó en el último mundial fue la derrota de Inglaterra ante Francia. Sueña con ver a su país campeón mundial y piensa que le acabará la vida antes de que ello ocurra.

Lamento el pesimismo del señor Rachman, pero le informo, por si le sirve de consuelo, que a México en todas las copas del mundo de futbol le va peor que a la selección inglesa. Bastante peor, pero no perdemos la esperanza.

En México, en asuntos de futbol —y de política— honramos el sabio refrán: “Quien con la esperanza vive, alegre muere”. La afición inglesa morirá triste, la mexicana feliz.