“El crecimiento crea complejidad, y la complejidad es la asesina silenciosa del crecimiento”. Esta es “la paradoja del crecimiento” según Chris Zook y James Allen, socios de Bain & Company. En su libro de 2016, “La mentalidad de fundador: cómo superar las crisis de crecimiento previsibles”, estudiaron el desempeño de empresas de más de 40 países durante una década.

Distanciamiento, falta de atención, erosión de la responsabilidad, proliferación de procesos, burocracia, son los cuellos de botella que necesitan una “mentalidad de fundador”. ¿Qué es esto? Nada más y nada menos que actitudes y conductas típicas de un fundador de empresa audaz y ambicioso, que recupera el foco, la velocidad y la conexión con los clientes. En muchos sentidos, la mentalidad de fundador ha sido el secreto del éxito empresarial.

Los autores del libro explican que los primeros años de una empresa, los años del fundador, son casi como un organismo unicelular en biología. El fundador tiene información perfecta, tal vez enciende y apaga las luces por la noche. Pero a medida que la empresa crece exitosamente con el tiempo, y se prueba en el mercado, naturalmente necesita comenzar a escalar, crece en complejidad. Añade capas de personal. Comienza a agregar otros negocios. Se adentra en otras geografías. Comienzan a formarse departamentos, cada uno con su propia estrategia de especialización. Zook y Allen añaden que, con el tiempo, si la alta dirección no tiene cuidado, puede alejarse de la línea del frente, pierde el sentido de su misión, se convierte en burocracia. La mentalidad de fundador comienza a decaer. Cuando una empresa se convierte en una burocracia, todo se acaba.

Las empresas que alcanzan el crecimiento sustentable comparten una serie de comportamientos y actitudes motivadoras, que usualmente pueden rastrearse a un fundador ambicioso, que lo hizo bien desde la primera vez. Son “empresas insurgentes”, que pelean una guerra en defensa de un consumidor mal atendido. Son empresas que crean una industria completamente nueva. Tienen un claro sentido de misión y enfoque. Todos sus colaboradores lo entienden. Hay un sentimiento de responsabilidad personal. Aborrecen la complejidad, la burocracia y cualquier cosa que se interponga en el camino de la ejecución. Están obsesionadas en poner atención a los detalles del negocio y celebran a los empleados que están en la línea de batalla, los que tratan directamente con los clientes.

Los autores presentan cinco principios clave que guían a las empresas exitosas:

  • Mantener una misión insurgente: reafirmar y reconectarse continuamente con su propósito original, fomentando un sentido de insurgencia contra el statu quo. Una misión insurgente ayuda a reavivar la pasión, la agilidad y el sentido de urgencia que impulsaron el éxito inicial de la empresa.
  • Obsesión por la primera línea: mantener una fuerte conexión entre los clientes y los empleados de primera línea. Al empoderar e involucrar a los empleados de primera línea, las empresas pueden impulsar la atención al cliente, la innovación y la rápida toma de decisiones.
  • Redescubrir la mentalidad de fundador: los líderes deben nutrir y alentar activamente la mentalidad de fundador dentro de sus organizaciones. Esto implica cultivar la mentalidad de propietario, abrazar la velocidad y la simplicidad; fomentar una cultura empresarial, de asunción de riesgos y responsabilidad.
  • Escalar manteniendo el espíritu de una startup: navegar por el crecimiento escalando el negocio mientras se preservan los elementos centrales de una startup. Esto requiere desarrollar un modelo escalable y repetible, priorizando el talento adecuado y manteniendo un enfoque claro en lo que realmente diferencia a la empresa.
  • Expandir la mentalidad del fundador más allá del núcleo: ir más allá del negocio central significa identificar mercados adyacentes, explorar nuevas plataformas de crecimiento y equilibrar la búsqueda de nuevas oportunidades con enfoque.

El libro de Zook y Allen destaca las barreras más comunes: la sobrecarga de la burocracia, la complejidad interna, la tiranía de lo “no discutible” y la pérdida de responsabilidad. Los autores respaldan sus ideas con numerosos estudios de casos y ejemplos de una amplia gama de industrias.

Yo creo que los principios y las ideas del libro se podrían aplicar al gobierno también. Los líderes políticos y los funcionarios gubernamentales pueden cultivar un enfoque de gobernanza responsable, más innovador, centrado en el ciudadano.

Todos suponemos que los líderes del gobierno saben que los “padres de la patria”, o los “fundadores de la nación” en México, tenían buenos deseos y aspiraciones para el país:

  • Liberar a México del dominio colonial español y establecer una nación soberana e independiente. Querían que México fuera autónomo y capaz de tomar decisiones políticas, económicas y sociales sin la interferencia extranjera.
  • Libertad para todos los mexicanos. Buscaban garantizar los derechos individuales, como la libertad de expresión, de asociación y de culto. También deseaban abolir la esclavitud y promover la igualdad de todos los ciudadanos mexicanos.
  • Querían erradicar la opresión y la desigualdad que existían durante el periodo colonial. Aspiraban a crear un sistema de justicia equitativo que protegiera los derechos de todos los ciudadanos y promoviera la igualdad de oportunidades.
  • Buscaban liberar los recursos y el potencial de México para fomentar el crecimiento económico y mejorar las condiciones de vida de la población. Querían promover la agricultura, la industria y el comercio para fortalecer la economía nacional.
  • Deseaban establecer un sistema educativo inclusivo y accesible que permitiera a todos los mexicanos recibir una educación de calidad. Aspiraban a promover las artes, las ciencias y la cultura en general para enriquecer la identidad nacional.

¿Podría un gobierno retomar la “mentalidad de fundador”?

En gobierno, “mantener una misión insurgente” significa preservar un sentido de propósito y compromiso de servir al interés público. Los líderes políticos deben reafirmar continuamente su dedicación al bienestar de la gente y permanecer alerta contra la complacencia, la corrupción y el statu quo. Hacer hincapié en las políticas centradas en los ciudadanos, abordar los desafíos sociales y buscar reformas progresistas puede ayudar a sostener una misión insurgente en el ámbito de la política.

Adoptar una “obsesión de primera línea” en el gobierno implica mantener una estrecha conexión con los ciudadanos y comprometerse directamente con las preocupaciones y aspiraciones de la gente. Los líderes políticos deben buscar activamente la opinión del público, participar en el diálogo y priorizar la transparencia y la accesibilidad. Al mantenerse conectados con la primera línea, los líderes pueden abordar las necesidades de los ciudadanos, comprender sus perspectivas y tomar decisiones informadas que reflejen genuinamente los intereses de las personas a las que sirven.

Los líderes políticos deben esforzarse por redescubrir la “mentalidad de los fundadores de la patria”, abrazando la simplicidad y fomentando una cultura de responsabilidad. Esto implica ser administradores responsables de los recursos públicos y promover la eficiencia y la eficacia en la gobernanza. Los líderes también deben alentar la toma de riesgos, fomentar la innovación en la formulación de políticas y desafiar las prácticas establecidas para garantizar la operación con agilidad y adaptabilidad.

Los líderes gubernamentales pueden escalar el impacto de sus políticas e iniciativas mientras mantienen el espíritu de una startup al garantizar la escalabilidad, la eficiencia y la sostenibilidad. Esto implica desarrollar e implementar marcos sólidos, aprovechar la tecnología para optimizar los procesos y centrarse en la toma de decisiones basada en evidencia. Al administrar cuidadosamente los recursos y priorizar las áreas de impacto, los líderes pueden escalar sus esfuerzos sin perder de vista la misión original y la necesidad de adaptarse constantemente a las circunstancias cambiantes.

Los líderes políticos deben identificar los desafíos sociales emergentes, buscar activamente soluciones creativas y considerar nuevas plataformas de crecimiento para abordar estos problemas. Al diversificar los enfoques, colaborar con las partes interesadas y fomentar una cultura de innovación, los líderes pueden expandir la “mentalidad de fundador” a nuevos dominios de las políticas públicas y abordar los problemas complejos de manera eficaz.