Decía el escritor norteamericano que la bancarrota se alcanzaba de dos maneras: “primero gradualmente y después, súbitamente”.

Esta frase describe al dedillo la bancarrota, moral, económica e ideológica de los Estados Unidos en lo que fuera uno de sus principales foros para pavonear la supuesta e inexistente “superioridad” del modelo capitalista-neoliberal: Los Juegos Olímpicos.

El retiro de la multimillonaria (se calcula que posee una fortuna de más de seis millones de dólares, unos 120 millones de pesos) Simone Biles, el supuesto “rostro” del equipo norteamericano de las competencias de gimnasia, habla de la profunda crisis que sufre el país norteamericano, producto de las propias contradicciones inherentes al sistema capitalista.

Biles se retiró porque no pudo con la presión y para atender su salud mental, lo cual es bueno y entendible. Lo que no tiene justificación, ni explicación, es cuando se compara a la supuesta -para los medios gringos- “Greatest of all time " (”La más grande de todos los tiempos “) de la gimnasia contra otras atletas como la legendaria gimnasta rumana Nadia Comăneci.

¿Ustedes se imaginan a Nadia abandonando una prueba por “presión”? ¿O se imaginan a medios y público gringo no exigiéndole nada a sus otras estrellas, como Michael Phelps?

La respuesta de los medios masivos liberales gringos es, por decir menos, patética: aplausos a la atleta retirada, que deja a su equipo (y a su país) en muy mala posición, además del argumento de que los atletas de élite “no le deben nada a nadie”. ¿Entonces, para qué compiten, para qué aceptan millones por representar marcas? ¿Cuál es el propósito de tanto sacrificio?A Simone Biles le falló su país, profundamente racista y asesino contra mujeres afroamericanas como ella.

Le falló el sistema capitalista que trata a las personas como simples objetos y que permiten la existencia de abusadores sexuales como el doctor Larry Nassar, quien violentó a decenas de atletas olímpicas. Y ahí están las consecuencias. ¿Cómo puede una atleta dar el extra por un país al que las minorías no le importan?Un país que no significa nada más que para el grupo cada vez más reducido de “billonarios” que concentran cada vez más y más riqueza difícilmente inspirará a nuevas generaciones de deportistas amateurs. De una vez, váyanse preparando para el dominio de China, Rusia y otros países, además de lo económico, ideológico y militar, también en el deporte.