A un día del inicio de la LXV Legislatura persiste la duda de si realmente habrá una representación plural, como debe ser en cualquier democracia o si regresamos a la voluntad de un solo hombre, en donde a las iniciativas no se les mueve ni una coma.

Bien lo dijo ayer en su mañanera el compañero presidente Andrés Manuel López Obrador “Entonces, en lo político y en especial en lo democrático ni siquiera pudo la Revolución. Y vaya que fue profunda, porque se creó un partido único en 1929 y ese partido predominó como partido de Estado, crearon partidos paleros para justificar que había democracia”.

Sin embargo, parece que dice una cosa y en realidad ordena otra.

En medio de las negociaciones por el control de los órganos de gobierno de la Cámara de Diputados, durante la plenaria de los legisladores de Morena su coordinador, el ex priista de toda la vida, Ignacio Mier, dijo que su partido buscará conformar un “megabloque” legislativo con sus aliados, es decir, con sus partidos “paleros” el PT y PVEM para quedarse con la titularidad de la Junta de Coordinación Política (JUCOPO) y con la Mesa Directiva, los dos órganos que rigen San Lázaro. Es decir, Morena y sus rémoras buscan acaparar todo, como cuando el PRI era partido único, un partido de Estado.

Como dato a considerar, lo que pretenden Morena y sus aliados no se veía desde los tiempos del sistema hegemónico, ese que criticó duramente AMLO en la mañanera, cuando el partido en el poder tenía control absoluto de las decisiones de los órganos de gobierno de ambas cámaras.

Aunque lo niega, AMLO quiere regresar a la hegemonía de un solo partido y de la voluntad de un solo hombre y es que, desde la reforma electoral de 1996, se había logrado que los órganos de gobierno del Legislativo fueran espacios de diálogo y representatividad de las fuerzas políticas.

Pequeño freno

Sin embargo, en las negociaciones, parece que Morena y sus vasallos perdieron y se les impidió violentar la constitución y las reglas de la Cámara para conformar su “megabancada”. La JUCOPO quedó en manos de la oposición y será presidida por el líder de los legisladores priistas, el exgobernador de Coahuila, Rubén Moreira.

Pero el Diputado Mier dejó claro que, si bien cedieron, no perdieron porque, a decir de él, fue una amenaza para obligar a cambiar a la alianza “Va por México”.

Al viejo estilo de los caciques priistas, aclaró que cuentan con el respaldo de sus partidos “paleros”, el PVEM y PT. “Logramos ya un entendimiento y con base en eso vamos a integrar los grupos parlamentarios conforme al registro que tiene cada uno de diputadas y diputados y que ya inició la Secretaría General. Va a haber megabancada, sí, para efectos de agenda legislativa, no para efectos de órganos de gobierno”.

El líder nacional del PAN, Marko Cortés ya informó a sus 114 legisladores que según el acuerdo parlamentario, el blanquiazul presidirá la Mesa Directiva el segundo año y que su propuesto será Santiago Creel Miranda, así mismo que encabezarán el tercer año la Junta de Coordinación Política, en la persona de Jorge Romero.

En la legislatura que termina la bancada de Morena y sus rémoras del PVEM y PT se caracterizaron por aprobar las iniciativas del Ejecutivo Federal sin moverles una sola coma, claro, con cierto apoyo del PAN, PRI y MC nos hicieron recordar al viejo sistema priista del partido único y partidos paralelos.

¿Habrá oposición?

La gran incógnita es si el PAN y el PRI serán una verdadera oposición, si someterán a debate las iniciativas del compañero presidente, de acuerdo con sus ideales y en defensa del interés de sus representados o si se comportarán como simples “levanta dedo” como en las épocas en que AMLO pertenecía al PRI.

Están en puerta tres reformas constitucionales que anunció AMLO, la Ley de la Industria Eléctrica, donde claramente ni el PRI ni el PAN podrían votar en contra, toda vez que fueron ellos quienes lograron una reforma energética que le hacía falta a México desde la década de los noventa.

La iniciativa de la Guardia Nacional, el diseño presentado por AMLO ha sido ineficiente, perverso y lleva a la militarización de la vida nacional, tema al que todos se han opuesto, AMLO incluido.

La última reforma Constitucional que anunció el jefe del Ejecutivo es la que más le importa, porque con ella pretende asumir el control absoluto del país, se trata de la reforma electoral y la destrucción de sus principales instituciones, el INE y el TEPJF, que tanto trabajo costó construir, ciudadanizar y separar del gobierno, cuyas iniciativas tuvieron su origen, por si AMLO no lo recuerda, en el PAN y en el PRD, partido donde militó por más de dos décadas.

MOREPAN

También queda la duda de si el PAN seguirá dejándose seducir o chantajear por AMLO o asumirá la posición de lo que algún día fue, con personajes de gran altura como Luis H Álvarez o Carlos Castillo Peraza.

PRIMOR

Por lo que toca al PRI, de entrada, sabemos que con Alejandro Cárdenas “Alito” y su amistad con el talibán José Murat Casab, es muy posible que sea un partido “palero” de AMLO ahora que intenten regresar el control del proceso electoral al gobierno, como cuando a Bartlett se le “cayó el sistema”, para que ganara Carlos Salinas de Gortari.

Con este panorama, parece que AMLO no tendrá mayor problema en pasar sus reformas, ganó la Cámara de Diputados.