Ayer, miércoles 28 de julio tuvo lugar un hecho inédito que vale la pena comentar, porque se trata de un elemento fundamental en la democracia y un derecho establecido en la Constitución: el derecho de réplica.

Julio Hernández López, periodista de La Jornada, autor de la columna Astillero, puso el ejemplo de lo que es ser un periodista profesional al invocar la ley en el momento adecuado para solicitar el uso de su derecho de réplica, lo hizo luego de que la semana pasada, en “Quién es quién en las mentiras”, sección de la mañanera dedicada a desmentir supuestas “fake news”, la columna Astillero fue acusada de presentar información falsa con respecto a manejos irregulares en el área natural protegida de la Sierra de San Miguelito, en San Luís Potosí.

Hernández invocó una ley de la que periodistas y el propio presidente, hablan con frecuencia, la Ley encargada de regular el derecho de réplica, que surgió durante la administración pasada y se publicó en el Diario Oficial de la Federación el cuatro de noviembre del 2015, que sirve en términos llanos, para dar claridad a cualquier ciudadano que requiera hacer uso de ese derecho.

Según la Ley, las personas pueden solicitar la aclaración de datos o información transmitida por los medios de comunicación, líderes de opinión, etc., cuando consideren que se basan en información falsa o inexacta, que dañen económica y políticamente o en su honor, fama, vida privada e imagen.

Para ejercer el derecho de réplica, las personas primero deberán exigir su derecho ante él o los sujetos obligados, quienes deberán decidir en un plazo máximo de 3 días a partir de su presentación, si difunden la réplica en transmisiones en vivo o bien por escrito.

Es importante destacar que, entre las instancias correspondientes para sancionar a quienes mienten falseen o dañen la integridad de las personas, no se encuentra el púlpito mañanero.

Antecedentes

En su columna del pasado 22 de julio, Julio Hernández denunció que “El 4 de junio del año en curso, la Dirección General de Conservación para el Desarrollo, perteneciente a la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Cnanp), de la Semarnat, emitió el oficio DGCD/250/2021 para informar a autoridades comunales de San Luis Potosí que mil 805 hectáreas de San Miguelito quedarán excluidas de la protección ecológica de esa sierra” a favor de desarrollos inmobiliarios.

La respuesta por parte de Ana Elizabeth García Vilchis, presentadora del ‘Quién es quién en las mentiras” fue acusar a Julio Hernández , “Astillero” de “mentir”sobre el caso de San Miguelito y asegurar que “el Gobierno de México niega que exista engaño alguno. Desde 2019, la Semarnat ha liderado un proceso transparente para lograr la protección al medio ambiente y la justicia social en la región de la Sierra de San Miguelito”, sin embargo, no ofreció datos sobre su dicho.

Por eso Astillero, decidió asistir a la mañanera, para exigir su derecho de réplica y, de paso, poner un invaluable ejemplo. En su intervención calificó el ‘Quién es quién’ como un ejercicio desproporcionado y sin sustento periodístico: “La semana pasada fui señalado aquí de mentir en tres ocasiones en un ejercicio que me parece a mí desproporcionado, sin fundamento y sin la autoridad periodística correspondiente para ese ejercicio…”

“Todo lo que estoy diciendo está fundamentado, quiero cerrar esta intervención convocando a la señora Elizabeth García Vilchis a que tal como lo hacemos los periodistas de verdad, cuando uno se equivoca lo reconoce y ofrece disculpas, ojalá y después de todo esto, haya congruencia en un auténtico ejercicio periodístico y haga lo que corresponde señora García Vilchis”.

Julio Hernández Astillero.

De forma clara señaló que, de no haber una corrección y una disculpa, lo siguiente será iniciar acciones legales pertinentes en el ámbito nacional y ante instancias del gremio periodístico nacionales e internacionales, con el propósito de que no se continúe estigmatizando y difamando el ejercicio periodístico recto, honesto y crítico.

Pero, como ya es costumbre, el diálogo y la sensatez no estuvieron de parte del compañero presidente, con su respuesta, además de colocarse como víctima, al no reconocer los hechos documentados por Astillero, trató de desviar la atención hacia un asunto pasado, que nadie había comentado, que no lo comparen con quienes destruyeron el Cerro de San Pedro en San Luis Potosí.

No conforme, acusó a Astillero de “chayotero”: “Y también porque ya no destinamos las grandes cantidades de dinero a la publicidad, a la subvención, al chayote. Entonces, por eso es por lo que estamos padeciendo de estos ataques”, dijo López Obrador.

De forma profesional, el periodista corroboró tácitamente sus escritos y además abundó en el tema y puso en evidencia que el presidente firma las cosas sin conocerlas. Ante el señalamiento de AMLO de no conocer el proyecto inmobiliario ni al empresario que se menciona, Astillero lo cuestionó acerca de si firmó sin conocer el proyecto, el presidente entonces confirmó: “Sí, sí, pero no conozco el proyecto”.

El ejemplo que puso Julio Astillero de cómo ejercer de forma correcta el derecho a la réplica es de suma trascendencia y debe ser tomado con seriedad por todos los involucrados en las mañaneras, sean ofendidos u ofensores.

En el mismo sentido valdría la pena escuchar las voces de personajes como:

√ Diego Fernández de Cevallos

√ Carlos Loret de Mola

√ Víctor Trujillo

√ Héctor Aguilar Camín

√ Enrique Krauze

Y políticos como:

√ Silvano Aureoles, gobernador de Michoacán

√ Francisco García Cabeza de Vaca, gobernador de Tamaulipas

Y así una larga lista.

Ya no es momento de permitir que los voceros del vocero funjan como traductores y ofensores permanentes. La democracia merece un mejor diálogo y un debate de altura.

¿Podrán todos los calumniados replicar al medio informativo “la mañanera”? ¡Ojalá!