La ministra y la tesis

No estoy entre quienes condenan a la ministra Yasmín Esquivel Mossa por haber copiado una tesis de licenciatura. En mi opinión se trató de un pecado de juventud que no invalida su destacada trayectoria en el poder judicial. Merecidamente llegó a la Suprema Corte de Justicia de la Nación, pero se equivocó, me parece, al haber aspirado a presidir el llamado alto tribunal. Por tal atrevimiento, además de por su cercanía con AMLO, alguien decidió investigar toda su vida y encontró irregularidades en su tesis académica. Estas se filtraron a un columnista y el escándalo estalló.

La ministra Esquivel realizó el peor control de daños: negar lo que no podía ser negado. Algunas personas le creímos cuando ella afirmaba que no había plagiado su trabajo de investigación en la FES Aragón de la UNAM. Esto complicó la existencia de la ministra, ya que mintió, como lo demostraron análisis realizados por las autoridades universitarias.

En vez de defenderse faltando a la verdad, Yasmín Esquivel debió admitir su falta y pedir perdón. No era un pecado tan grave porque, probablemente, fue inducida a cometerlo por una maestra que ya fue despedida. Al mismo tiempo, la ministra debió renunciar a su candidatura a presidir la corte suprema. Y, en la primera reunión de 2023 con sus colegas —en la que se eligió a Norma Piña para encabezar el poder judicial—, antes de las votaciones debió haber dejado su destino en manos de siete ministros y tres ministras. Creo que la habrían perdonado y pedido que siguiera en la institución porque, lo sabe la gente de bien, nadie puede tirar la primera piedra.

Yasmín no hizo lo correcto y complicó las cosas para ella. El colmo de sus desaciertos fue el de estos días en que se amparó para que la UNAM ya no informe sobre el asunto del plagio. Hay analistas que ven un conflicto de interés en eso, ya que la ministra necesariamente influye en la jueza que ha otorgado la suspensión provisional. Aunque no soy experto en el tema, pienso que la sola sospecha de un conflicto de interés —o de que se está usando indebidamente al poder judicial— podría obligar a la SCJN a ya decir algo sobre el tema, inclusive exigir un juicio político para que a Esquivel se le destituya.

Ya es mucho el daño que Yasmín Esquivel le ha hecho a la corte y a la UNAM. No quiso enfrentar el escándalo aceptando la falta y pidiendo perdón y, por consecuencia, su cargo de ministra desde hace bastantes semanas dejó de ser éticamente viable. Lo que sigue es que sus colegas concluyan que tampoco es jurídicamente viable y dejen la decisión de destituirla, o no, al poder legislativo.

Don Jorge G. Castañeda, alias El Güero:

Preguntaste por qué AMLO enfureció con lo que hizo el abogado de García Luna. Eres muy inteligente, Jorge, entiendes el enojo de Andrés Manuel. Pero, desgraciadamente, la pasión política te llevó a utilizar el enfado del presidente para intentar enlodarlo.

Lo hiciste, Güero, en un blog de la revista de tu amigo Héctor Aguilar Camín, Nexos, que es un negocio mediático financieramente dañado por la austeridad de la 4T.

Te hago, querido Güero, una pregunta: ¿tú no te habrías encabronado si te hubieran calumniado en un tribunal estadounidense? Estoy seguro de que estarías ya contratando litigantes para demandar por daño moral al difamador.

Cuando nos difaman, todos nos enojamos. Recuerdo la indignación de Pancho González, dueño de Milenio, cuando en el arranque del sexenio de Vicente Fox tú lo calumniaste, Jorge. Estoy seguro de que no lo has olvidado porque hace no mucho tiempo hablamos de ello y hasta nos reímos de lo que fue un gran abuso de tu parte, del que ya te arrepentiste, espero.

Estabas molesto porque no participaste en una reunión y decidiste mentir sobre el modo de vida de Pancho. También dijiste algo indebido de mi persona —y también me dio coraje—, pero conmigo no fuiste tan cabrón, así que se me pasó pronto.

Por cierto, hombre bueno a pesar de su estilo rudo, el señor González con el paso de los años te perdonó —o eso creo— y sus editores te invitaron a colaborar en el diario de su propiedad, Milenio, que abandonaste para irte a una aventura periodística en la que desgraciadamente no te fue bien.

Preguntas, don Jorge, por qué se enojó Andrés Manuel.

Conoces la respuesta: se enojó porque un abogado, César de Castro, lo calumnió. Así de fácil. Y, como quien calla otorga, el presidente López Obrador expresó públicamente su molestia. La gente honorable no permanece en silencio cuando se le difama. Y, te lo aseguro don Jorge, no hay en la política mexicana nadie más honorable que AMLO.

En tu artículo de Nexos no eres objetivo, Jorge. Calumnias a Andrés Manuel a partir de las preguntas que el abogado de Genaro Genaro García Luna hizo a Jesús El Rey Zambada.

¿Es tan difícil entender que Zambada no acusó a AMLO de nada, y que si lo hizo antes ahora admite que mintió?

Cito lo que pasó en el juicio que está a punto de concluir en Brooklyn:

Abogado: “¿Recuerda haber hablado de que usted le pagó 7 millones de dólares a AMLO?”.

Rey Zambada: “No”.

Abogado: “¿No recuerda haber dicho que a través de Gabriel Regino pagó a AMLO para su campaña contra Fox?”.

Rey Zambada: “No podría haber dicho eso porque no es cierto... Recuerdo haber pagado dinero para la campaña, pero no a López Obrador”.

Quiso un abogado fullero ensuciar a AMLO, pero el presidente de México salió limpio.

Suponiendo que en interrogatorios anteriores Jesús Zambada sí dijo que dio dinero a la campaña de AMLO en 2006, ahora con toda claridad ha afirmado que eso es falso: “Recuerdo haber pagado dinero para la campaña, pero no a López Obrador”.

Si todo lo que hay contra AMLO es la palabra de un narco que se ha refutado a sí mismo, ¿no era lo decente así decirlo, Güero? Si El Rey Zambada dijo que sí y después dijo que no, entonces es NO. Aquí aplica una de las leyes de los signos de la aritmética: más por menos es menos. Afirmar algo frente a autoridades de Estados Unidos y después negarlo en un juicio tan importante, lógicamente convierte a la afirmación original en una mentira.

Así que no, señor Castañeda, no hubo dinero de Jesús Zambada en la campaña de AMLO de 2006. ¿Que el testigo se mantuvo en que sí aportó millones de dólares a una campaña, aunque no a la de Andrés Manuel, algo que El Rey subrayó frente al juez y al abogado de García Luna? Habrá que investigar las otras campañas importantes de ese año: la de Felipe Calderón, la de Roberto Madrazo, la de Marcelo Ebrard.

En algunas de tales campañas estará la bolita, si es que está, pero no en la de López Obrador, de quien el testigo no dijo nada malo, a pesar de las calumniosas preguntas de un litigante mañoso.

¿Que el juez Cogan no permitió al abogado De Castro seguir con tales preguntas? Seguramente el jurista no le vio sentido a que semejante show continuara, pero lo cierto es que tanto el representante de García Luna como El Rey Zambada dijeron lo suficiente como para que quedara perfectamente claro que el testimonio del narcotraficante no manchó al presidente López Obrador.

Pero esta vez, Güero, no se te pegó la gana actuar con honestidad intelectual.

Así que no pudiste admitir que cualquier acusación que hizo El Rey Zambada en años anteriores, él mismo la refutó esta semana, es decir, reconoció que mintió —si acaso dijo lo que el abogado de García Luna afirmaba, que a mí no me consta—.

En vez de eso, Jorge, insististe en tu escrito de Nexos en la patraña de que “López Obrador recibió dinero del narco para su campaña o para su plantón”. Por favor, eso es ridículo.

Entiendo que mientas de esa manera, señor Castañeda. Debes estar interesado en inventar distractores para que la sociedad mexicana no analice lo que sí pasó en el juicio a García Luna en Nueva York.

  • 1. Se ha juzgado a un funcionario público, Genaro García Luna, acusado de haber colaborado con el cártel de Sinaloa.
  • 2. Ese funcionario trabajó en el mismo gabinete en el que participaste, el de Vicente Fox: tú como canciller, García Luna como director de la Agencia Federal de Investigación. Así que seguramente conoces al acusado y ya me dirás si te caía bien o mal. Me interesa que me cuentes porque no tuve el gusto de conocerlo, así que no puedo saber si era mamilas o sencillo, aunque alguna gracia tenía ya que lo aman tantos columnistas.
  • 3. Las preguntas más importantes que te quiero hacer son: ¿Lo consideras inocente? Si se le condena, entre otras razones, por haber colaborado con la mafia desde que era integrante del gobierno de Fox, ¿vas a exigir una comisión de la verdad, estimado Güero, para saber qué tan sucio fue el gobierno en el que trabajaste y del que no te saliste denunciando su corrupción, como sí lo hizo Alfonso Durazo? Espero que de resultar culpable García Luna, al menos dejes de ser amiguis de Fox, quien una de dos, o fue cómplice de las fechorías que se han juzgado en Estados Unidos o era tan papanatas que no se dio cuenta.
  • 4. Pero, por graves que sean los delitos que García Luna pudo haber cometido en el gobierno de Fox, lo peor que hizo fue en el gabinete de Felipe Calderón.
  • 5. Otras acusaciones contra García Luna que me parece no fueron consideradas en el juicio de Nueva York —las de haberse enriquecido como proveedor del gobierno— tienen que ver con el sexenio de Enrique Peña Nieto.
  • 6. Jorge, en Brooklyn se juzgó a un funcionario ligado al narco que fue importante en tres gobiernos: el de Fox, donde tú fuiste canciller; el de Calderón, cuyas atrocidades sí denunciaste, y el de Peña, del que fuiste crítico.
  • 7. Conclusión. De los últimos cuatro gobiernos mexicanos al que NO se juzgó en Nueva York fue al de AMLO. Un abogado tramposo intentó manchar al actual presidente, pero el testigo que pudo decir algo contra Andrés Manuel, no lo hizo, e inclusive tuvo el cuidado de enfatizar que de nada malo podía acusar al tabasqueño.

¿Y si algún mexicano enredó al abogado César de Castro?

En el terreno de la especulación, lo objetivo no era insistir en la calumnia contra AMLO, sino preguntarse quién pudo haberle pedido al abogado de García Luna que realizara preguntas que podían perjudicar al presidente de México pero no al acusado.

Es que García Luna no habría ganado nada si El Rey Zambada se hubiera mantenido firme en sus mentiras sobre Andrés Manuel. ¿Por qué, entonces, lo hizo el abogado De Castro? Apunto una posibilidad: se lanzó contra AMLO para hacerle el favor a enemigos políticos de la 4T.

No puedes ignorar, Güero, que para ti y para el resto de la gente que desea la derrota de Morena en las presidenciales de 2024, habría sido un gran regalo que Zambada hubiera acusado a AMLO. El narcotraficante no lo hizo, y seguramente estás decepcionado.

¿Quién pudo haber influido en ese abogado de Estados Unidos? Desde luego, alguien con relaciones en el vecino país. Entre los enemigos de AMLO sobran personas que dan el perfil:

  • Claudio X. González.
  • Felipe Calderón.
  • Carlos Salinas de Gortari.
  • Ernesto Zedillo.
  • Ricardo Anaya.
  • Juan Collado.
  • Vicente Fox.
  • Los famosos 79 investigados por la UIF de Pablo Gómez.
  • Jorge G. Castañeda.

Discúlpame, querido Güero, si te incluyo en esa lista, pero debo hacerlo por las siguientes razones:

  • Odias a AMLO, lo que es tu derecho democrático.
  • Te expresas mejor en inglés que en español, y te felicito por ello.
  • Trabajas como profesor universitario varios meses de cada año en Estados Unidos, y me dicen que lo haces muy bien.
  • Necesitas algo fuerte para la campaña de la alianza opositora en 2024, en la que seguramente serás estratega —me encantaría que fueras candidato y llegaras a la presidencia, pero por tontos no te aceptan quienes dirigen el PRI y el PAN; así que tu amigo y aliado Santiago Creel será el candidato y lógicamente le vas a ayudar—.
  • Conoces a buena parte de las élites académica, política, económica y judicial de ese país.

Lástima, don Jorge, a ustedes no les salió la apuesta que hicieron con El Rey Zambada y el abogado César de Castro. Afinen la puntería para la próxima porque esta vez fallaron gacho.