Vivimos en un mundo donde día a día surgen en el mercado nuevos artículos, novedades de todo tipo pero sobre todo  para simplificar las tareas, trabajos, y todo lo que se relaciona con la informática y el entretenimiento. No pretendo en lo absoluto desconocer las bondades y beneficios de muchos de estos avances científicos y tecnológicos, no es de ninguna manera mi intención pero me asombra ver la infancia y la juventud sumergidas en un pequeño aparato, tamagochi, tablero (Tablet como dirían mis hijos), ahogados horas y horas, minutos, segundos, días y así pasan los años..

Algunos adultos de las 4 décadas, entre los cuales me incluyo aprendimos a usar algunas tecnologías, y no lo niego, y menos yo, que me considero una buenaza para las redes sociales, para el manejo de éstas, las disfruto y mucho. Pero es increíble ver y comprobar cómo niños y adolescentes, para no agrandar la cuenta, se sumergen horas y horas, fácil podría decir que diez o más de diez horas, en un juego que ahora lo pueden realizar en equipo a grandes distancias, kilómetros, no importa que los amigos o compañeros de equipo  estén al otro lado del mundo, en mi infancia, ¡¡Uff!! Costaba mucho trabajo, muchas veces comunicarse con el amigo, la amiga, el vecino, la vecina del otro lado de la calle y muchas veces lo hacía a escondidas porque no tenía permiso de salir.

Los amigos que tenía eran amigos presenciales, sí, amigos de carne y hueso, los cuales podía abrazar, platicar en persona, en cambio hoy en día los amigos son virtuales y se pierde la noción de amistad verdadera y entorno familiar. Veo en los restaurantes familias completas dizque compartiendo y conviviendo, cuando cada miembro de la familia cada uno, si porque ahora hasta el de 5 años usa tablet chateando, usando Facebook, Instagram, o simplemente conectado al otro lado del mundo jugando con su amigo virtual. No hay conversación, ni se miran a los ojos, es más ni ven lo que están comiendo, mastican porque es un acto mecánico y así como llegaron salen del restaurante donde casi nadie los mira porque la mayoría está en el mismo oficio.

No soy, ni piensen que digo que el pasado era mejor. ¡Para nada! Aplaudo a la tecnología, admiro a todo ser humano que la sabe utilizar, me incluyo. Cada época tiene sus aspectos positivos y negativos obviamente, pero ésta en la que estamos viviendo está acabando con la unidad familiar. Te hace más independiente, te aleja de tus seres queridos, te absorbe esa pinki pantalla.

Por eso los invito  a que asistan a los parques, donde todavía hay columpios, existen los patines, las patinetas, las hoverboards que ahora es lo INN los famosos scooters, todavía existen los balones, las pelotas, los juegos a las escondidas, los calabazeados, etc…

Si un milenial está leyendo esto me va a mentar la madre, pero no pido que no usen las tablets, los celulares, solo les pido que disfruten de la vida, del aire puro, de revivir esas caídas cuando jugabas a las ¨traes¨ y te raspabas las rodillas.

Bienvenida la ciencia y la tecnología que facilita el trabajo de muchas pero muchas labores, pero no cambiemos el aire libre y el ejercicio y la convivencia por aparatos que atrofian la capacidad de pensar y de actuar, la virtud de vivir y gozar cada momento de la vida.

Dejemos la PEN….DEJADA e inculquemos a nuestros hijos a disfrutar el momento.

@lulyannmorales