Nadie se atrevería a poner en duda la importancia histórica de AMLO como presidente de México. Todos sabemos bien que el tasbasqueño ha sido el jefe del Estado mexicano con mayor número de votos recibidos en una elección federal. La emoción generada por él a lo largo de su trayectoria política, y desde luego, en la campaña de 2018, despeja cualquier duda de que el nombre del macuspano pervivirá en los libros de historia. Pero quizá no será por buenas razones.
A pesar del entusiasmo generado por AMLO en sus momentos iniciales, un buen número de ex simpatizantes, pensantes, conscientes y con la evidencia en mano ha dado la espalda a AMLO y no le apoyan más. Analistas como Gibrán Ramírez, otrora acérrimo defensor de la 4T y que en su momento buscó la presidencia de Morena, ha declarado su decepción ante los errores, fracasos, mentiras y yerros cometidos por el presidente en funciones.
Al nombre de Gibrán se suman centenares de intelectuales y analistas políticos que repudian el rumbo que ha tomado México bajo el liderazgo de AMLO. Han rectificado, e incluso, han puesto en duda su voto hacia 2024. ¡Enhorabuena! Celebro a aquellos hombres y mujeres que concedieron el beneficio de la duda al proyecto lopezobradorista, y que hoy repudian como consecuencia de las políticas falladas, de la inseguridad disparada, del aumento del número de pobres, y más recientemente, del intento de militarización del país.
Así como Gibrán y tantos otros han caído en la cuenta del fracaso de la 4T, otros simpatizantes de AMLO no miran hacia otro lado que no sea la figura del caudillo. Personajes como Epigmenio Ibarra, como si el presidente mexicano fuese una figura mística e impoluta, no escatiman esfuerzos en seguir apoyando a un jefe de Estado que no únicamente ha fallado escandalosamente como primer mandatario, sino que ha traicionado al pueblo de México con la engañifa de las consultas, del combate contra la corrupción, del avión presidencial, de la Guardia Nacional, entre tantos otras.
En palabras del propio Epigmenio “…me parece estéril dudar a estas alturas del sexenio y de la vida de la palabra de López Obrador…”. Las declaraciones del defensor a ultranza de AMLO y del régimen pinta de cuerpo entero a los simpatizantes del presidente: como un grupo de mexicanos bien intencionados que han sido engañados y estafados, pero que aún persisten en dar continuidad a su sueño de ver al mesías tropical transformando al país; una transformación que jamás tuvo ni pies ni cabeza, y que hoy, camina hacia los límites de la traición a la patria.
¿Cuándo dejarán de creer en AMLO y en sus promesas vacías? ¿Cuándo caerán en la cuenta de que el tabasqueño ha fallado a México? Es cuestión de tiempo. Esperemos que sea antes de 2024.