De acuerdo con los resultados presentados por la encuestadora MetricsMX, los presidenciables Luis Donaldo Colosio Riojas, Enrique de la Madrid Cordero y Lázaro Cárdenas Batel registran una intención de voto de 28.7, 9.8 y 6.9 por ciento respectivamente.

En otras palabras, Colosio Riojas, hijo del candidato cobardemente asesinado en Lomas Taurinas, supera con una amplia ventaja a otros personajes cuyos apellidos están ligados estrechamente a la historia de México.

Por un lado, Enrique de la Madrid, hijo del presidente que inició el proceso de transformación de la economía mexicana hacia la liberalización en los años ochenta (y quien tuvo que enfrentar la crisis de la banca y el terremoto de 1985) y el nieto (ojo, el nieto, no el hijo) de Lázaro Cárdenas, el general insigne de la Revolución Mexicana quien impulsó la expropiación petrolera y llevó a cabo reformas destacadas en el campo y en la industria.

El caso de De la Madrid no es sorprendente, pues su padre, Miguel de la Madrid Hurtado, no es bien recordado por la historia de México. Se le atribuye el ingreso de México al libre mercado (lo cual no fue mala decisión en su momento, pero hoy resulta perjudicial políticamente derivado de la resultante desigualdad y del martilleo contra el neoliberalismo por parte de AMLO y la 4T) las insuficientes acciones del gobierno federal tras el desastre de 1985, y peor aún, con el fraude electoral de 1988, en el cual, según se sabe, el secretario Bartlett tuvo una directa participación; respaldado – especulamos- por el entonces presidente De la Madrid.

Sin embargo, y así lo he expresado en repetidas ocasiones en este espacio de SDPnoticias, Enrique de la Madrid es un candidato serio, competente y con las credenciales éticas y profesionales para ser un buen presidente de México. Para nuestra mala fortuna – y la de él – el peso de su apellido y su militancia en el PRI parecen mermar cualquier avance hacia la candidatura presidencial.

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El caso de Cárdenas tampoco resulta sorprendente. A pesar de que su abuelo fue un gran presidente (allí figura su imagen en los logos de la 4T) los mexicanos han olvidado su legado. Si tampoco le funcionó a su padre Cuauhtémoc Cárdenas (si olvidamos su supuesto triunfo en 1988) aun menos ayudaría al nieto.

Finalmente, Colosio. Si bien su padre Colosio Murrieta fue un buen político que gozó de gran popularidad debido a su carisma y discursos, no fue presidente de México. Sin embargo, el aura de su imagen y el recuerdo de su asesinato colocan su apellido, y por tanto, la figura de su hijo, en una buena posición para alcanzar, dentro de los años que vienen, la presidencia de México.

¿Hemos olvidado la historia de México en términos del apoyo a los hijos y nietos de personajes destacados? Quizá en el caso de Cárdenas. Sin embargo, para De la Madrid y Colosio aún se asoman recuerdos de otros tiempos.