A finales de 2019, Katherine Hu, entonces estudiante de Yale, publicó en el New York Times el artículo “La ópera clásica tiene un problema de racismo”. Yo añadiría que también tiene un problema de sexismo.

Lo mismo se puede decir de las grandes producciones cinematográficas de hace algunas décadas, como Lo que el viento se llevó.

La mejor literatura también discrimina. En un análisis que se hizo en 2020 en La Vanguardia, de Barcelona, se argumenta que el Poema de Mio Cid en el fondo trata de imponer la verdad cristiana frente al error musulmán.

En las obras de arte de la pintura hay violaciones terribles. Cito a La Vanguardia:

  • “Dos jóvenes europeos desnudos se disponen a violar a una mujer africana”.
  • “Mientras uno la retiene, el otro busca con su mirada la complicidad del espectador, como si estuviese siendo grabado, al tiempo que señala a la mujer con el dedo y se mofa de sus lamentaciones”.
  • “El cuadro del Museo de Bellas Artes de Estrasburgo fue pintado en 1632 por el pintor flamenco Christian van Couwenbergh (1604-1667) y se titula El rapto de la negra o La violación de la negra, aunque en algunos sitios aparece con el más aséptico Tres jóvenes blancos y una mujer negra”.
  • “Representa una práctica habitual en la época: la violación de esclavas por parte de europeos”.
  • “La historia del arte está repleta de violaciones”.

Turandot, de Puccini, es una gran ópera, pero está repleta de estereotipos orientalistas, como bien dijo en el New York Times la mencionada Katherine Hu.

La bellísima Madama Butterfly podría ser considerada una apología de la pederastia: una geisha japonesa de 15 años de edad es vendida a un marino estadounidense, que se casa con ella, pero con la ventaja para él de que puede rescindir el matrimonio cuando lo desee. Así, abandona a la jovencita, que tiene un hijo. La dejó por una mujer blanca, su esposa.

Don Giovanni, el personaje de Mozart, puede ser visto como un machista depredador. Tan despreciable para los valores actuales que un director belga, Ivo van Hove, lo exhibió como violador y aun asesino. Lo que hizo Van Hove no gustó, ni hablar.

Como no gustó a Katherine Hu que la Compañía de Ópera de Canadá en Toronto hiciera cambios “mediocres” a Turandot para no ofender a la gente de Asia:

  • Turandot es “una ópera sobre una princesa china bárbara en el ‘antiguo Pekín’ que ejecuta a sus pretendientes”.
  • “Para tratar de encubrir el racismo de la ópera, el director cambió los nombres de Ping, Pang y Pong, tres de los personajes principales, a Jim, Bob y Bill, y cambió sus trajes chinos por trajes negros”.
  • “Alteraciones como estas se han convertido en parte de una tendencia más amplia a medida que la ópera reconoce torpemente su pasado racista y sexista. Pero si espera ganar el favor de los oyentes más jóvenes como yo, la ópera debe darse cuenta de que los cambios superficiales no pueden borrar los cimientos problemáticos de las obras de temporada como Turandot, Madama Butterfly, La flauta mágica y Carmen”.
  • “Entonces, ¿cómo traemos a la ópera al siglo XXI? ¿Cómo preservamos la belleza de la música de Puccini, que nunca se volverá a componer, y al mismo tiempo reconocer que contamina la forma en que percibimos a las mujeres chinas como yo?”.
  • “Para sobrevivir, la ópera tiene que enfrentar la profundidad de su racismo y sexismo directamente, tratando las óperas clásicas como artefactos históricos en lugar de producciones culturales dinámicas”.
  • “Los directores de ópera deberían enfrentar la producción de estos clásicos como si fueran curadores de museos y profesores, educando al público sobre el contexto histórico”.

La salida al problema no está en simplemente prohibir las óperas, películas o novelas racistas o sexistas.

En La Vanguardia citan a una activista catalana, Desirée Bela-Lobedde , autora de Ser mujer negra en España: “Antes de prescindir de todo este contenido artístico, parece razonable lo que se está planteando la propia HBO —sobre Lo que el viento se llevó—, poner una breve explicación al principio de la película: ‘El retrato que se hace de las personas atiende a un contexto histórico de discriminación de las personas negras’…”

En La Vanguardia concluyen con objetividad que “si queremos que el arte de todos los tiempos cumpla con los estándares éticos de hoy, los museos quedarán medio vacíos”. Y no habrá ópera… y Cri Cri dejará de escucharse.

Porque Francisco Gabilondo Soler, Cri Cri, compuso canciones par niños sin duda extraordinarias, pero que hoy serían racistas:

Negrito Sandía:

Negrito sandía, mareas

Cuando dices tonterías, tan feas

√ Métete Teté:

Desde la mañanita hasta el anochecer

Ni un momento se quita del balcón, la niña Esther

Métete Teté, que te metas Teté

Lágrimas o consejos, no la pueden convencer

Sigue en los balcones y a lo lejos mira Esther

Solo pasan morenos y uno que otro gandul

Pero nuestra niña quiere un príncipe azul

√ La Merienda:

Ay mamá esto tiene nata

la sirvienta esta es una lata

√ La Negrita Cucurumbé:

La negrita Cucurumbé

se fue a bañar al mar

para ver si las blancas olas

su carita podían blanquear.

Los libros de texto

Se ha cuestionado muchísimo a los libros de texto gratuitos de la 4T por comunistas, por algunas erratas aritméticas, por la manera en que tratan el tema de la sexualidad, porque rompen con el modelo de la familia tradicional… y porque consideran racista a Cri Cri.

He leído muchas de las críticas y ninguna demuestra que los libros de texto sean comunistas. Quienes sostienen lo anterior se basan en tonterías, como las difundidas en TV Azteca de que es comunista hablar de comunidad o asamblea de aula y no de salón de clases.

Las erratas aritméticas son tan irrelevantes como inevitables. Maestros y maestras pueden fácilmente corregirlas al hablar con los niños y las niñas.

La educación sexual es necesaria, guste o no a la gente más conservadora de México. Y romper con la idea de que solo existe la familia tradicional es lo mejor que se puede hacer en la escuela, ya que existen numerosos tipos de familia.

¿Que Cri Cri es racista?

Para entender citaré un artículo de Guadalupe Loaeza, columnista de Reforma:

√ “Ayer por la mañana recibí un correo reenviado de Mónica Garza para Óscar Gabilondo, nieto del compositor mexicano Francisco Gabilondo Soler, en el cual se leía: ‘Ah! Pero en el nuevo libro de texto de la @sep del 4to grado de primaria, los niños tienen que hacer una erudita disertación sobre si efectivamente la Negrita Cucurumbé se fue a bañar al mar, porque ¿quería ser blanca?”.

√ En los libros de texto se pide a alumnos y alumnas dialogar en asamblea de aula sobre las siguientes preguntas:

  • a) ¿Por qué la Negrita Cucurumbé se metió al mar?
  • b) ¿Quién cuenta lo que sucede con la negrita? ¿Ella, el pescado o alguien más?
  • c) ¿Piensas que, de verdad, la negrita quería ser blanca? ¿Por qué?
  • Describe alguna situación que hayas visto a escuchado en la que alguien haya sido discriminado ya sea por su apariencia física o su forma de ser.

Tales peguntas me parecen inteligentes. Cuando niños y niñas las respondan entenderán el racismo. Pero algo faltó en el texto: explicar que por ningún motivo Cri Cri puede ser condenado por racista, ya que sus canciones obedecen a un contexto histórico de discriminación.

Como dijo Katherine Hu sobre Turandot, Madama Butterfly, La flauta mágica y Carmen: hay que educar acerca de lo que es el contexto histórico. Eso resulta algo fundamental para enfrentarnos sin complejos al pasado.

Hay que hacer entender a niños y niñas que las canciones de Cri Cri, como todas, responden a la lógica de la época en que se compusieron.

Entendido lo anterior se puede disfrutar de Negrito Sandía y La Negrita Cucurumbé sin que nadie se amargue pensando que está diciendo sí al racismo.

Por mi parte, espero ver otra vez Madama Butterfly. Cuando ocurra no me atormentaré por la triste suerte de una niña embarazada y abandonada por un marino de Estados Unidos. Así eran las cosas, así ya no deben ser.

Estamos cambiando, y qué bueno. Pero no condenemos a los genios del pasado porque en cuestiones éticas no pensaban exactamente lo que hoy se considera correcto.

Posdata

Lamento que a Mónica Garza, solo por expresar su opinión sobre los libros de texto, se le haya atacado tan miserablemente en redes sociales. A veces la gente que simpatiza con la 4T es tan vulgar como los y las perores representantes del panismo.