En el proceso electoral de 2024, más importantes que las candidatas serán los equipos. Es bueno tener candidatas carismáticas y calificadas. Pero, ante un panorama político altamente competitivo, es indispensable contar con equipos de campaña exitosos que trabajen juntos hacia una visión común. Desde 1988, he tenido la oportunidad de trabajar en cinco campañas presidenciales. Aquí les comparto algo de lo que aprendí.

Un equipo de campaña presidencial, de excelencia y exitoso, espera siempre lograr resultados extraordinarios. Para ello necesita una combinación de características y atributos para ayudar a un candidato a asegurar la victoria en una elección:

1. Liderazgo: un coordinador de campaña capaz de proporcionar una dirección clara, tomar decisiones importantes y gestionar la estrategia general de la campaña de forma eficaz.

2. Diversidad: un equipo con habilidades diversas, que incluye estrategas políticos, expertos en comunicaciones, analistas de datos, organizadores de base, recaudadores de fondos y asesores de políticas.

3. Mensaje: un relato bien definido y persuasivo que resuena en el electorado y comunica claramente los valores, la visión y las políticas del candidato.

4. Datos: la capacidad de recopilar, analizar y aprovechar datos para dirigirse a los votantes, optimizar la asignación de recursos y adaptar la estrategia de campaña en tiempo real.

5. Organización: un esfuerzo de base fuerte capaz de movilizar voluntarios, identificar y contactar a los votantes y conseguir el voto el día de las elecciones.

6. Recaudación: un equipo que puede recaudar fondos de campaña de manera eficiente para respaldar la publicidad, los viajes y el personal, a través de una combinación de pequeñas donaciones y contribuciones mayores.

7. Comunicación: estrategas y operadores capacitados que puedan gestionar la imagen pública del candidato, coordinar la difusión en los medios y responder a crisis o narrativas negativas.

8. Medios digitales y redes sociales: un equipo que aproveche el poder de las redes sociales y el marketing digital para llegar e involucrar a los votantes, especialmente los segmentos demográficos más jóvenes.

9. Geografía electoral: conocimiento de la demografía específica, los paisajes políticos y los estados clave en el campo de batalla que son fundamentales para el éxito de la campaña.

10. Gestión de crisis: capacidad de responder eficazmente ante imprevistos o controversias, minimizando los daños y manteniendo una imagen pública positiva.

11. Bases: una red de voluntarios y simpatizantes dedicados que puedan interactuar con los votantes a nivel personal y ayudar con sondeos, operaciones bancarias telefónicas y otras actividades de campaña.

12. Alianzas estratégicas: construcción de relaciones con personas, organizaciones y grupos de interés influyentes que puedan respaldar o apoyar la campaña.

13. Adaptabilidad: capacidad de adaptarse a las circunstancias cambiantes, a los datos de las encuestas y al entorno político, manteniendo al mismo tiempo una actitud resiliente y positiva.

14. Ejecución: habilidades efectivas de gestión de proyectos para garantizar que todos los aspectos de la campaña se ejecuten a tiempo y dentro del presupuesto.

15. Conocimiento legal: una sólida comprensión de las leyes y regulaciones de financiamiento de campañas para garantizar que la campaña opere dentro de los límites legales.

16. Infraestructura tecnológica: herramientas y sistemas necesarios para organizar y coordinar las actividades de la campaña, desde la gestión de datos hasta el reclutamiento de voluntarios.

17. Encuestas e investigaciones: estudios de opinión precisos para comprender el sentimiento de los votantes, identificar cuestiones clave, tomar decisiones y dar forma a la estrategia de campaña.

18. Inclusión: un equipo que refleja la diversidad del electorado y puede conectarse con varios grupos demográficos.

19. Resistencia: capacidad de mantener un alto nivel de energía y dedicación durante la agotadora temporada de campaña.

20. Visión unificada: un compromiso compartido con el candidato y su visión, sin silos, sin celos, sin círculos íntimos, sin conflictos internos y con un fuerte sentido de trabajo en equipo.

21. Celebrar los logros: reconocimiento sistemático de los éxitos de cada uno, ya sean victorias políticas o electorales, para elevar la moral y reforzar el valor del trabajo en equipo.

Gestionar equipos nunca es fácil. Quien se convierta en coordinador de una campaña política podría leer el libro “Unbreakable: Building and Leading Resilient Teams” (Stanford: 2023), de Bradley Kirkman y Adam Stoverink, profesores de negocios en la Universidad Estatal de Carolina del Norte y la Universidad de Arkansas, respectivamente.

Los equipos siempre tienen grandes ventajas potenciales ante los contratiempos. El talento, la energía y los recursos de un equipo siempre superarán a los de un individuo. Los miembros de un equipo pueden apoyarse unos a otros en una crisis.

Pero el objetivo de un equipo es lograr metas lo suficientemente desafiantes y complejas como para que todo un grupo de personas extraordinarias se animen a trabajar juntas. Eso significa coordinación, comunicación y fricción. Ante las tensiones, los equipos necesitan liderazgo y equilibrio entre la planificación y la improvisación. Hacer todo esto es infinitamente más difícil cuando las cosas van mal.

“Durante las últimas dos décadas de trabajo con miles de equipos de cientos de empresas”, escriben los autores, “hemos descubierto que cuando llega la adversidad, los equipos resilientes hacen tres cosas específicas excepcionalmente bien: tienen habilidad para encontrarle sentido a las situaciones, se unen y persisten”.

Los autores describen cuatro cualidades de equipos exitosos:

1. Confianza en el equipo, o la creencia de que el equipo puede manejar casi cualquier cosa que se le presente. Los egos hinchados no benefician al equipo. El objetivo es la confianza colectiva y mutua. Y no demasiada. El exceso de confianza socava el éxito. Se requiere precaución.

2. Previsión de crear una hoja de ruta que refleje en qué medida todos los miembros del equipo saben cuáles son sus propios roles y responsabilidades, y en qué medida están de acuerdo en lo que deben hacer todos los demás. Los miembros del equipo pueden incluso saber cómo desempeñar los roles de los demás para que, en cualquier momento, una persona pueda sustituir a otra.

3. Capacidad de improvisar. Asegurarse de que los miembros del equipo comprendan quién es el que sabe tal o cual cosa, para que puedan recurrir a colegas con el conocimiento adecuado. Los equipos deben tener un alto nivel de diversidad de pensamiento. El líder debe asegurarse de que los miembros del equipo se sienten cómodos compartiendo ideas.

4. Valorar la seguridad psicológica del equipo. Los autores quieren que los miembros del equipo expresen sugerencias, observaciones y objeciones sin sentirse presionados o intimidados.

El buen trabajo en equipo es crucial en política. Las decisiones que se toman tienen un impacto significativo en la vida de mucha gente. La comunicación eficaz es la base de todo. Los miembros del equipo deben articular claramente sus ideas, preocupaciones y objetivos. Esto garantiza que todos estén en sintonía, lo cual es fundamental a la hora de tomar decisiones importantes. Los miembros del equipo deben compartir una visión y objetivos comunes. Esto ayuda a alinear esfuerzos y promover la unidad.

Seguramente los equipos estarán formados por personas con diferentes orígenes, creencias y experiencia. Es importante respetar estas diversas perspectivas y utilizarlas como fortalezas en lugar de fuentes de división. Por ello siempre se necesita fomentar el diálogo y el debate abiertos.

La delegación efectiva es esencial en política. Los líderes deben distribuir las tareas de acuerdo con las fortalezas y la experiencia de cada miembro del equipo. Esto garantiza que las responsabilidades se gestionen adecuadamente y que nadie se sobrecargue.

En política, las decisiones no deberían tomarse unilateralmente. Las decisiones importantes normalmente se toman a través de un proceso colaborativo, que requiere la creación de consenso a través de la negociación, discusiones y debates abiertos. Los equipos eficaces deben contar con mecanismos para resolver conflictos de manera constructiva, a través de la mediación o el diálogo abierto.

Sin embargo, la política es dinámica y las circunstancias pueden cambiar rápidamente. Un equipo político exitoso debe ser adaptable y estar dispuesto a ajustar sus estrategias y tácticas cuando sea necesario. La flexibilidad es crucial frente a paisajes políticos en evolución.

Los líderes deben establecer expectativas claras, tomar decisiones difíciles cuando sea necesario y responsabilizar a los miembros del equipo por sus acciones. La honestidad y la transparencia son cruciales para mantener la confianza y la credibilidad. En última instancia, la política debería centrarse en servir al interés público. Los miembros del equipo deben priorizar el bien común por encima de los intereses personales o partidistas.