La gente de Morena me critica cuando digo que me simpatiza Jorge “el Güero” Castañeda. Ni modo, me aguanto las críticas: desde hace muchos años me llevo muy bien con este intelectual de derecha y activista político que tuvo un puesto importante en el gobierno federal —secretario de relaciones exteriores del presidente Vicente Fox— y que en la actualidad es, desde los medios, el principal estratega de debates de Xóchitl Gálvez.

Fue Castañeda quien convenció a la candidata X de debatir con Claudia Sheinbaum recurriendo a la guerra sucia. La comentocracia aplaudió que la aspirante de derecha calumniara a su rival de izquierda durante el segundo debate. En este sentido Jorge se cubrió de gloria: fue un éxito para él que la tribuna conservadora se emocionara con las mentiras y los insultos de Xóchitl. Pero en otro sentido, el de las mediciones probabilísticas, el querido Güero fracasó: su asesorada no solo no subió en las encuestas, sino que ahora Máynez le disputa el segundo lugar. Claudia, por su parte, consolidó su ventaja de 33 puntos porcentuales en el estudio demoscópico que considero más confiable, el de MetricsMx que mes a mes publica SDP Noticias.

Este miércoles 8 de mayo de 2024 el ex canciller Castañeda ha publicado en Nexos un artículo interesaste sobre política exterior. Como ya no puede dejar de ser estratega de Xóchitl Gálvez —pero como no es tonto y sabe que su candidata perderá las elecciones—, entonces utiliza a la aspirante X como pretexto para aconsejar a la próxima presidenta, Claudia Sheinbaum. Es correcto que lo haga en un tema que conoce y le preocupa: el de las relaciones de México con otros países. Ya será decisión de Claudia hacerle caso o no.

Para que no quede ninguna duda acerca de que quiere colaborar con la presidenta Sheinbaum, Castañeda se vale de la principal de sus sugerencias a Xóchitl: que esta pregunte a Claudia si va a salir de México frecuentemente o no. Es clarísima la intención del Güero: “Xóchitl debe insistir en esto, y presionar a Sheinbaum: si gana, ¿va a viajar o no?”.

Para Jorge Castañeda el principal problema de la política exterior del presidente López Obrador fue que este salió muy poco de México. Cito al colaborador de Nexos:

  1. La política exterior mexicana “ha desaparecido por completo en este sexenio”.
  2. “Los esfuerzos de Alicia Bárcena estos últimos meses no sirven para corregir el dramático vacío de los primeros cinco años”.
  3. “Me detengo en un aspecto esencial. México no puede ser un país cuyo presidente no se asome a la ventana”.
  4. “La conducción de la política exterior no se puede delegar a un canciller; al contrario, este debe potenciar la actuación de su jefe, sin aspirar a sustituirlo, aunque su jefe se lo pida”.
  5. “El gran drama de Ebrard fue que nunca pudo convencer a López Obrador de que no podía suplirlo, ni en las cumbres, ni en las relaciones bilaterales, ni en las instancias multilaterales. O no quiso persuadirlo. Tal vez pensó que las oportunidades de lucimiento personal en cada cumbre rescatarían su nonata candidatura presidencial”.
  6. “México se quedó como el perro del hortelano: sin presidente en las cumbres, y sin Ebrard en la presidencia (Thank God)”.

La verdad de las cosas es que Ebrard fue un pésimo canciller. No sé si su fracaso se deba a que AMLO viajó muy poco fuera de México o a su falta de preparación y experiencia —me dicen que su inglés es pésimo y jamás entendió que en las cumbres globales su trabajo era representar a Andrés Manuel y no andar persiguiendo líderes para robarles selfies—. Sin duda Alicia Bárcena lo ha hecho mucho mejor. No la conozco pero méritos de sobra tiene para repetir en el cargo de titular de Relaciones Exteriores. Hay más personas con calificaciones y experiencia para triunfar en cancillería o inclusive en la fundamental embajada de México en Estados Unidos, gente cercana a la presidenta Sheinbaum, y lo mejor: con cercanía no de este momento en que Claudia suma y suma decenas de lealtades por segundo, sino hombres y mujeres que la han acompañado durante muchos años.

En fin, la decisión la tomará la presidenta Sheinbaum, quien no sé si lea a Castañeda o si considere confiable a este estratega de la candidata X que ya se rindió y prefiere enviar sus consejos a la científica y política de izquierda que gobernará México a partir de octubre de este año.