Deberíamos estar preocupados y ocupados en el tema -yo lo estoy, preocupada-. La crisis económica nos arrincona, la peor en los últimos cien años, dejando de lado las promesas fariseas, usureras, del FMI, la FED o cualquier otro organismo internacional dedicado a embaucar y endeudar países. Los expertos aseguran que se está formando una burbuja extraña -hablando en terrenos económicos mundiales- nunca antes vista por las nuevas generaciones. La combinación de las diferentes crisis en los cuatro pilares de la economía son:
Transporte, inmobiliario, financiero y energético —qué incluye medio ambiente— pueden destruir totalmente el mundo, tal como lo conocemos.
Quizás peor que la crisis de 1929, aquél resquebrajamiento financiero de los Estados Unidos causado por la excesiva sobrevaloración de la Bolsa de Nueva York, las demoledoras consecuencias para la economía real fueron viniendo, con ello la Gran Depresión 1929-1935, trayendo de la mano una caída del comercio internacional del 50 por ciento, y un paro en la Unión Americana del 25 por ciento, llevando entre la turbulencia a toda la economía global. Y aunque Estados Unidos buscó remontar en 1933 con el New Deal, el resto del mundo siguió capoteando las consecuencias hasta mediados de los años cuarenta, aunado al desgaste de la segunda Guerra Mundial.
Los cuatro jinetes del Apocalipsis aparecen en cuatro frentes:
Sistema de Transporte mundial
Una de las primeras crisis del transporte internacional ya en nuestra era, sería la del año 1967, el bloqueo del canal de Suez por los egipcios como respuesta a los bombardeos israelíes, lo que en apariencia sería cosa de prontas negociaciones, duró 8 años.
¿Consecuencias? La ralentización del comercio mundial, los altos incrementos en costos, las pérdidas multimillonarias y la urgente búsqueda y construcción de nuevas rutas. No contentos con los 8 años perdidos, al finalizar el bloqueo, estallaría la guerra del Yom Kippur.
También como parte de las medidas coercitivas en contra del estado Israelí, la OPEP decidió reducir la producción y encarecer el petróleo. Las consecuencias fueron devastadoras. La crisis de los 70 disparó el coste de la energía a nivel mundial obligando a remodelar su modelo productivo.
Hoy con el tema de la pandemia, el transporte lleva padeciendo todo este año. El precio del traslado de un contenedor se ha multiplicado por 10. Y los plazos de entrega desde Asia se extienden hasta 3 meses. El colapso amenaza con agravarse para finales de año, se habla en tono de guasa que ni Santa Claus ni Reyes Magos llegarán a todos los hogares, sea por retraso o por falta de liquidez. En Gran Bretaña y Alemania el paro transportista y el incremento del combustible también influye notablemente.
Sistema Inmobiliario:
Todos tenemos fresca la crisis financiera de 2008, la cual incluyó una crisis inmobiliaria, arrastró a todo el mercado financiero mundial, provocó la caída en cadena de grandes bancos, el rescate de la mayoría —todo ello vía deuda, obviamente— hundió el crecimiento y bienestar mundial. Un México trastabillante sufriría lo indecible, pues apenas se intentaba la recuperación después del fatídico 1995 y “el salinazo”, seguido de las reformas y desmembramiento de paraestatales por parte de Zedillo, las promesas de Fox y su malversación de fondos, pues fue durante su sexenio cuando las arcas de Pemex rebosaban, el barril de crudo en sus niveles más altos, la decadencia seguiría con la fallida guerra de Calderón y los miles de millones en deuda incrementada, debido a aquella “pandemia”.
El sector inmobiliario es de los primeros en resentir los efectos de cualquier crisis y, en muchos aspectos, hoy por hoy es uno de los sectores que más está siendo impactado por la situación económica, derivada de esta nueva pandemia llamada Covid-19, aumentando la incertidumbre y con ello, los esquemas de distanciamiento social planteados por los gobiernos. Lo sucedido en China —Evergrande— es clara muestra de ello.
Esta pandemia que enfrentamos vino a modificar la forma en que vivimos: trabajo, estudio, consumo de bienes y servicios en México y en todo el mundo. En nuestro país, los servicios inmobiliarios representan el segundo rubro de la fuerza económica con el 11.7 por ciento, mientras que el sector de la construcción ocupa el quinto sitio con el 6.1 por ciento. Las miles de casas abandonadas en sectores de clase media baja, dan fe de los hechos ocurridos.
Sistema Financiero
El Covid-19 continúa causando estragos en las sociedades de todo el mundo. Gobiernos y secretarías de salud pública buscan de mil formas la contención del virus que ha afectado a millones y ha costado miles de vidas. La multimillonaria inversión en vacunas a nivel planeta da muestra del tamaño de batalla a librar. Las cifras nos muestran que el impacto del Covid-19 en la economía global es inmenso, casi incosteable y que millones de empleos, miles de millones de vidas están en juego.
En este contexto, no se puede exagerar la importancia de las herramientas y soluciones de gestión de riesgos asequibles —especialmente las digitales— que promuevan la inclusión financiera y ayuden a las pequeñas y medianas empresas a enfrentar mejor los impactos inmediatos y a largo plazo de la pandemia. Más allá de enfocarse en préstamos para MyPymes buscando mejorar los ingresos y crear empleos, las finanzas también se pueden utilizar para gestionar los riesgos en estos días.
Desde el Gobierno de la República se buscó la estimulación económica para hogares de bajos ingresos y pequeñas empresas, para muchos ineficiente y clientelar —electoralmente hablando—, para otros fue la tabla de salvación en plena tormenta. El sector de las microfinanzas a nivel mundial se enfrenta a tiempos difíciles debido a las interrupciones en las actividades económicas de uno o más miembros de la familia y el despido masivo en diferentes instituciones.
De la misma forma que en México, en diferentes partes del mundo se busca proporcionar alivio a sus habitantes, muchos han realizado cambios en los términos de préstamos pendientes y están aplicando periodos de gracia. Además, están ampliando los programas de microempresas existentes para incluir oportunidades de medios de vida para los miembro. Utilizando la web se incrementó el número de seminarios y conferencias donde se discuten las ideas sobre las diferentes experiencias, en busca de las adaptaciones a un esquema de gestión de riqueza y riesgo, hablando de países como Filipinas, India, Kenia, brindando seguridad a los grupos vulnerables más afectados por la pandemia, como los trabajadores de fábricas y hoteleros, pero también a los pequeños productores.
Con la pandemia del Covid-19, los gobiernos de todo el mundo han alentado el rápido desarrollo y la adopción de soluciones financieras digitales para minimizar las interacciones humanas y limitar la propagación del virus. Hemos sido testigos como muchos países flexibilizaron las regulaciones para facilitar la apertura de cuentas bancarias o móviles, aumentar la cantidad de transacciones financieras sin contacto y fortalecer las redes de comerciantes que aceptan pagos digitales. Gobiernos han estado utilizando estos canales para proporcionar asistencia financiera a las poblaciones vulnerables durante la crisis. En algunos países sus gobiernos también han exigido a los empleadores que paguen a sus trabajadores digitalmente durante la crisis.
Energía y medio ambiente
“Yo he ido a diferentes países del mundo… He visto cómo se están quemando los bosques, todos nosotros en el mundo necesitamos concentrarnos en lo que está haciendo Andrés Manuel López Obrador (AMLO). Y esto no solo es el tema de la reforestación, es un programa que se concentra en el pueblo, en la gente, en la vida de la gente, en el trabajo, en la posibilidad de poder quedarse donde usted vive, la posibilidad de estar conectado con la tierra”, dijo John Kerry, en referencia al programa Sembrando Vida.
“Quien planta tamarindos no cosecha tamarindos”, reza el adagio. Apostar por un futuro, por la vida de los nuevos mexicanos y los tiempos venideros, parece ser la intención entendida ahora, con lo realizado por nuestro presidente.
La Reforma Eléctrica ha provocado encontronazos entre gobierno e iniciativa privada. Los contratos leoninos tendrán que acabar si no queremos sufrir las penurias a las que tienen sometidos los acaparadores de energía eléctrica al pueblo español, esos mismos que fomentan mentiras para conservar su zona de confort a las costillas del pueblo mexicano, la gallina de los huevos de oro debe regresar a sus dueños originales.
¿Banco de México echará a andar la impresora para salvar las cuentas públicas y aminorar déficit? Ojalá y no, quien piense que imprimiendo billetes se acaba con la pobreza le urge un curso básico de economía.
La banca mundial continúa bajo mínimos y para los gobiernos es derruirse paulatinamente. Hoy más que nunca la gran mayoría ha comprometido inversión y déficit para salir de la crisis y en algún momento tendrán que aceptar que el agua para apagar incendios se está agotando. Un claro ejemplo es España elevando déficit contabilizando menos inversión, sumando pobreza y sufriendo el encarecimiento de la energía eléctrica por los consorcios privados, mientras sus ciudadanos rezan por qué el invierno no sea inmisericorde y frío. El frío mata mucho más a humanos que el calor o la contaminación. A decir de los mismos españoles:
“España no está preparada para grandes impactos económicos, no tenemos la mínima capacidad de aguante. Nuestra economía es tan cortoplacista que a la primera ola nos caemos todos del barco. Coincido completamente en el miedo”
De las fuertes crisis hay que extraer las mayores lecciones. Aquí lo interesante sería extraer las correctas.
¿Ayudar a las empresas a lidiar con los impactos de la pandemia de Coronavirus y las medidas de respuesta, con acciones para permitir la continuidad del negocio?
¿Ayudar a empresas y particulares sentando bases firmes para la recuperación y con ello mitigar las pérdidas de trabajo masivas, buscando en conjunto el camino para salir de la crisis? Sólo nos queda poner un poco de esperanza en el futuro…
Divagante en Twitter: @deliha25