La polémica gobernadora Layda Sansores se ha sumando recientemente a la perversa campaña dirigida al desmantelamiento del INE, y con ello, la desaparición de la democracia en México. Como buena simpatizante de la 4T, Sansores ejerce ahora todo su poder político para presentar a la autoridad electoral como un puñado de hombres de élite a quienes no interesa el futuro de México y que están coaligados con la derecha conservadora.

Sansores, quien se ha convertido en la reveladora oficial de audios de personajes de la oposición, ha “sacado a la luz”, en su programa el Martes del Jaguar, uno nuevo donde se escucha a Alito y a Lorenzo Córdova. En él (seguramente sustraído ilegalmente) el dirigente del PRI solicita al Consejero Presidente del INE registrar a su secretario de Finanzas y darle de alta ante el instituto.

De igual manera, el audio revela que Alito pidió a Córdova en febrero de 2020 que le enviase unas líneas discursivas para declarar el respaldo del INE al PRI. El consejero, por su parte, respondió inmediatamente que no debía resultar sorprendente que él, en tanto que funcionario de la autoridad electoral, tuviese diálogos con líderes de partidos políticos.

Tras los audios, Sansores adujo que era necesaria una reforma electoral, en un apoyo expreso a la peregrina de idea de AMLO y de sus simpatizantes de hacer desaparecer a la autoridad electoral, y con ello, crear una un organismo sujeto de facto a los vaivenes de la política y de los intereses de Morena.

El hecho de que la clase política morenista, entre ellos AMLO, Sansores y otros, encabezan la cruzada perversa contra el INE es el reflejo de una realidad incontrovertible: estos populistas siguen a la letra el manual del populista dictadorzuelo con sueños cesarianos de grandeza; primero alcanzan el poder gracias a las autoridades electorales establecidas, es decir, se aprovechan de la democracia, y luego, una vez en el poder, lideran un movimiento dirigido a desmantelar esas mismas autoridades que hicieron posible su triunfo.

En este contexto, no sería mala idea recordar a la gobernadora Layda Sansores que Campeche, a saber, el estado que auténticamente le ofreció su confianza para dirigir su destino por seis años, adolece de graves carencias como escasez en el sector salud, malos resultados en educación y con una actividad económica por debajo de los niveles previos a la pandemia.

¿No debería entonces la gobernadora Sensores dedicarse mejor a gobernar su estado en vez de pensar sobre cómo destruir a sus opositores y a la democracia en México? Los campechanos agradecerían que su gobernadora se dedicase a trabajar por ellos y los mexicanos apreciarían mucho que estos individuos dejasen de intimidar a las autoridades electorales.