Hugo López-Gatell le ha faltado al respeto a cientos de mexicanos con sus mentiras, con sus dichos y desdichos. Pero más que nunca, le ha faltado al respeto a la niñez mexicana al decir en días pasados que nunca el Gobierno ni él estuvieron, han estado, en contra de aplicarles la vacuna a los niños y niñas de este país.
Dice que siempre estuvieron a favor de que se implementara, porque ellos son muy buenos y se preocupan mucho por los niños; es decir literalmente, dijo que nunca ha habido oposición por parte del gobierno para vacunar a niños.
¡Ah! Pero las benditas redes sociales, esas en donde siempre hay un tuit o un video del pasado, sacan a la luz el comentario de el subsecretario de Salud de meses anteriores donde asegura que claro que no, que no es necesaria la vacuna para niños porque ni se enferman y mucho menos se mueren por Covid-19. Siendo que las cifras arrojan que en este país más de 1000 niños han fallecido a causa de esta pandemia.
Incluso, otra vez haciendo magia las benditas redes sociales, está el video donde el dulce “doctor Chapatín Alcocer” nos dice que los niños tienen un extraordinario sistema inmune que hace que nunca se enfermen, por lo tanto nunca se enferman y es por eso que no es necesaria la vacuna para ellos, tan es así, que nos compartió que “yo a mis nietos ni los voy a vacunar”.
Y pues ahora, sale el presidente a desdecirlos, siempre tan leal a sus súbditos, diciendo que claro que sí que cómo no, que ahí están las vacunas, nomás que todavía no están, porque pidieron de la marca Covax y no hay, entonces que ya, para el trimestre de este año (se nos va rápido la vida a todos porque no se si Obrador se dé cuenta de que ya entramos al primer trimestre) estarán las vacunas pero de la marca Abdalá que es cubana.
La verdad de las cosas, en lo personal me genera desconfianza, yo metí un amparo para que mi hijo de 13 años fuera vacunado, pero fue desechado inmediatamente (gaste mas de tres mil pesos en nada) porque el argumento que me dieron fue que él no estaba enfermo de nada (bendito Dios) y entonces pues no, no tenía derecho a vacunarse.
Pero ahora pensar en aplicarle la vacuna Abdalá me genera cierto temor e inseguridad. Él ya tuvo Covid y en verdad que se puso bastante mal. Por lo que claro que quisiera que tuviera refuerzos pero ya no confío en ninguna autoridad de este país y en sus decisiones.
La otra falta de respeto que sufrimos los mexicanos (una de tantas) fue la de el video subido por el mismo presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Gutiérrez Luna, jugando una cascarita en nuestro máximo recinto, aventándose pases con el futbolista Luis Hernández, que ya ni juega, creo.
Es como si dos jóvenes en su escuela tuvieran la osadía de jugar futbol en la dirección. Así, de manera atroz y horrible, se atrevió a faltarle el respeto, no nada más a la Cámara, sino a todos los mexicanos.
Y no, no nos equivoquemos, no fue un acto espontáneo y de inmadurez o divertido. Fue una clara y contundente provocación, sin entender qué tenía que hacer un ex futbolista mexicano ahí jugando también.
Ante la evidente derrota del domingo y ante los señalamientos que han habido hacia este señor, que no lo dudo, ya quiera perfilarse como candidato para ser jefe de Gobierno o algo así, porque tiene todo el perfil de Morena para hacerlo: Es golpeador, puede llegar a ser simpático, es arrogante pero es ignorante a la vez, a todas luces el video que él mismo subió fue para provocar y más allá de eso, y no se si sus conocimientos sean tan amplios, me imagino infringió la ley (aunque me imagino no exista un articulo donde se prohíba jugar fútbol dentro de la Cámara de Diputados, porque quien promulgó nuestras leyes hace cientos de años jamás pensó que alguien se atrevería a hacer algo así) pero aunque hubiera una ley que lo castigara por hacer esto nadie lo va a sancionar porque como el presidente se siente dueño de ese recinto y de todo México y como sus leales colaboradores son muy cuidados por él, no va a pasar más allá que el coraje que a todos nos produjo ver este video y el mal ejemplo que transmitió a otras generaciones más pequeñas, con el mensaje de que puedes hacer, lo que quieras hacer, cuando lo quieras hacer, donde lo quieras hacer .
Ya se nos ha faltado mucho al respeto a los mexicanos y me impresiona el aguante que tenemos.
¿Hasta cuándo y hasta dónde vamos a seguir aguantando estas arbitrariedades? Unas más graves que otras, sin duda. Pero ya hasta parecen competencias.
Es cuánto.