Las aerolíneas se ven empujadas, cada vez más, a mejorar sus operaciones optimizando sus equipos “al máximo”, sobre todo con modelos de avión que, además de volar largas distancias, les ahorren combustible. Existe una guerra entre la armadora norteamericana Boeing y su rival europeo Airbus, por entregar a las aerolíneas el mejor equipo para volar.

Buscan conseguir la mejor configuración dentro de la aeronave, con la mayor cantidad de filas de asientos, sobre todo en las aerolíneas de bajo costo. Es por eso que, aunque el fabricante saque un nuevo modelo con un número determinado de asientos, siempre existe la posibilidad de aumentar ese número “un poquito” más.

Para que sea más claro pongo este ejemplo: un avión modelo A321NEO sale de fábrica con una capacidad de 220 asientos, pero se puede extender en “ACF” (Airbus Cabin Flex por sus siglas en inglés), aplicando pequeños cambios en la configuración de las puertas, en comparación con los antiguos Airbus A321neo, para dejar espacio para aún más asientos, pudiendo tener hasta 244 asientos, dejando un espacio entre asientos de 71.12 cm, ¿interesante, no lo cree?

Los vuelos sardinas en Volaris y Viva Aerobús

Quienes han tenido la experiencia de viajar en nuestro país ya sea por Volaris o Viva Aerobús, saben que este tipo de aerolíneas de bajo costo parecen un “vuelo sardina”, todos apretados. También sucede con aerolíneas como American Airlines, Alaska Airlines, Avianca, JetBlue, Air Transat, por mencionar algunas.

Y es que en la Aircraft Interiors Expo (AIX) que se llevó a cabo el pasado mes de junio, en Hamburgo Alemania, un joven estudiante español de nombre Alejandro Núñez Vicente presentó el prototipo de asientos para aviones Chaise Longue (Asiento Alargado), el cual consta de dos pisos.

Dentro de la exposición Alejandro declaró que el prototipo de sus asientos puede ser una revolución en las aerolíneas de bajo costo. Con su modelo busca mayor comodidad y espacio para estirar las piernas. Y hay que ser contundentes, una de las mayores quejas que reciben las aerolíneas bajo costeras son lo castigado del espacio para las piernas.

Y no es la primera vez que se trata de revolucionar el tipo de asientos, ya con anterioridad (2019, para ser exactos) se presentó un prototipo en esa misma expo de Hamburgo; fue el Skyrider 3.0, del fabricante italiano Aviointeriors.

Este tipo de asientos tan “peculiar” está pensado para vuelos de corta duración, y básicamente es un asiento parecido al de una bicicleta con respaldo y cinturón de seguridad. El sueño ideal de cualquier dueño de aerolínea, pues permitirían una mayor capacidad de oferta de lugares para los pasajeros; lamentablemente la distancia entre asientos con este prototipo es de 58.42 cm, y por reglamentación internacional el mínimo espacio entre asientos en clase turista es de 71.12 cm. Un punto importante, en la década de los 2000 el espacio entre asientos permitido era 86 cm mínimo.

Las aerolíneas buscan más pasajeros en cada vuelo

Un dilema difícil de resolver, pues en efecto las aerolíneas buscan colocar más pasajeros en un solo vuelo, y así mejorar sus operaciones; sin embargo, como usuario de las líneas aéreas, la sola idea de viajar “parado”, tiene muy poco de atractivo.

Como sucede en muchas expos de innovación, algunas ideas son extravagantes. En este caso, a ambos prototipos les falta contemplar el espacio a bordo para el equipaje de mano, si bien es cierto que en el caso del modelo “Chaise Longue” permite un mejor manejo del espacio personal al ser asientos “tipo capullo” y en dos niveles; no ha contemplado que a mayor número de pasajeros, mayor número de equipaje y ese espacio no se puede ampliar.

Asientos y el equipaje de mano

El primer gran obstáculo es ese, “el equipaje de mano”. Recordarán la polémica que ese tema suscitó hace unos meses con las líneas de bajo costo mexicanas. Le explicaba a un amigo, que recién había viajado en una de estas líneas aéreas, por qué le habían bajado su maleta, estando a bordo.

La configuración original de los equipos es para una aerolínea tradicional, que tendrá dos clases a bordo: ejecutiva y turista, por ejemplo. Entonces tiene dos cocinas equipadas con hornos, cafeteras, espacio para trabajar y almacenamiento; pero a una línea bajo costera no le sirve esa configuración, por su modelo de negocio, entonces sacrifica ese espacio y lo destina a dos filas más de asientos.

Visualicen la aeronave, y verán que esas dos filas extras no tendrán los compartimentos superiores, simple y sencillamente porque el fabricante no había puesto ahí asientos. Son seis pasajeros extras ¿cómo acomodamos su equipaje de mano, si de manera natural ya no cabe?

El prototipo Chaise Longue recién presentado no busca aumentar la capacidad de pasajeros en el avión, sino mantenerla y eliminar el compartimento superior para el equipaje, por lo que las maletas se guardarían debajo de los asientos.

Pero quienes hemos trabajado como sobrecargos sabemos lo peligroso que puede ser que las maletas estén “sueltas” y debajo del asiento, ya que en una emergencia es posible que el equipaje sea un obstáculo que impida salir del asiento y evacuar el avión.

Según CNN Travel, mientras algunos se maravillan con la innovación de Núñez, otros rehúyen, preocupados por la claustrofobia y convencidos de que sentarse debajo de otra persona no es la mejor idea. Sin embargo para este joven español “es el futuro de la clase económica”, dijo en una entrevista para ese medio.

Ya lo veremos; mientras, piense usted estimado lector y usuario, ¿qué preferiría al volar?, tal vez más comodidad, más flexibilidad en cuanto al equipaje de mano, acaso entretenimiento a bordo gratis, WiFi ¿qué se le ocurre a usted? Sin duda la industria aeronáutica se ha ido transformando, y en algún momento cuajará la idea de viajar parados. No lo sabemos, solo el tiempo nos lo dirá.