Sonora Power

La fecha es el 12 de abril, ese es el término para que en la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión se vote la primera de 3 reformas constitucionales de gran calado, que plantea el gobierno de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) para la segunda parte de su sexenio.

Se trata como sabemos de la llamada Reforma Eléctrica un conjunto de modificaciones constitucionales que buscan recuperar la rectoría del estado sobre el muy estratégico sector de la generación y distribución de la electricidad, un asunto que los anteriores gobiernos, los neoliberales, buscaron privatizar de manera paulatina bajo el argumento absurdo de que todo lo que opera el estado es ineficiente, mientras que todo lo que hace el sector privado, es un modelo de productividad.

Esa visión privatizadora que se mantuvo en nuestro país por 36 años y que de manera machacona fue alienando a los mexicanos en la percepción de que para impulsar el desarrollo del país era necesario el menor gobierno posible y la mayor participación de la iniciativa privada, en México simplemente no funcionó.

La razón de fondo es que las empresas están enfocadas en obtener el máximo de ganancias, a costa de lo que sea, olvidando las necesidades que tienen regiones marginadas o de difícil acceso. Esta lógica operó en todos los sectores, desde el de comunicaciones, infraestructura, servicios financieros hasta servicios de salud, teniendo como resultado mayor marginación y atraso en el México rural y la concentración de satisfactores y mejores servicios en los centros urbanos.

Sin embargo está claro que esa tampoco es la única razón, porque algunos países en donde prevalece la visión capitalista y el enfoque a las empresas, han logrado avances importantes en el acceso de su población a altos estándares de bienestar, sin embargo en esas naciones como es el caso del vecino Estados Unidos de América, las diferencias esenciales son un alto nivel de ingresos de su población (el salario mínimo en ese país ronda los 15 dólares por hora, en México los 9 dólares por jornada laboral, es decir una diferencia abismal de 14 veces el ingreso diario).

Además de una mayor eficiencia en el uso de los recursos públicos en proyectos de infraestructura que impulsan el bienestar, es decir mucha menos corrupción, se dice que mientras en México de cada millón que se invertía en proyectos de infraestructura, se robaban 900 mil pesos y se invertían 100 mil, en Estados Unidos, donde la corrupción también existe, la proporción es a la inversa.

En pocas palabras, no hay punto de comparación entre México y un país de primer mundo como USA, pero tampoco lo puede haber con Alemania, Reino Unido, Francia Italia, Canadá o España, economías desarrolladas y con niveles del bienestar de su población, al menos por el nivel de ingresos de sus ciudadanos, totalmente dispares.

México necesita de la intervención de su gobierno en el desarrollo de proyectos de infraestructura, por supuesto, al igual que lo hacen esos países, pero también necesita de la rectoría e intervención directa del estado en la prestación de los servicios y el de suministro de electricidad resulta esencial.

Yo vivo en el norte del país, en especifico en Hermosillo, donde el servicio de electricidad es algo esencial, la temperaturas en verano superan los 50 grados centígrados a la sombra, y simplemente las actividades esenciales en esas condiciones serían imposibles de desarrollar sin un correcto y eficiente suministro de electricidad a precios justos.

Hasta hoy esa premisa ha sido más o menos asequible gracias a un esquema de subsidios a la tarifa en verano, que el gobierno de López Obrador ha decidido mantener en lo que echa a andar su propia estrategia, sin embargo aún así es común que un hogar promedio en Sonora reciba facturas por electricidad de 5 mil pesos en verano, por el uso intensivo del fluido en horas pico, pero invierno son de 700 y hasta 1 mil 500 pesos.

La expectativa que tiene la población en Sonora, y en Baja California, Baja California Sur, Chihuahua, Sinaloa, Coahuila, Nuevo León, Tamaulipas, Veracruz, Tabasco, Quintana Roo, Campeche y Yucatán, todos esos estados con climas extremos en verano, es que las tarifas sean justas y que se puedan equilibrar con las que paga un consumidor en la Ciudad de México que son en promedio de 200 a 300 pesos y eso solo se puede lograr con infraestructura y un servicio enfocado no al lucro, sino a la eficiencia.

En Sonora hay 2 planes para reducir las tarifas, uno es el plan de construir una mega planta solar con inversión de casi 40 mil millones de pesos, pero el otro es construir 50 plantas solares de menor tamaño, que sean capaces de abastecer a los pobladores de las comunidades serranas. Ambos proyectos están supeditados a la Reforma Eléctrica.

También en Sonora hay al menos 11 yacimientos de Litio, un mineral estratégico que como se sabe está junto al grafito (otro mineral presente en Sonora) ligado al desarrollo de la industria de los autos electrónicos las computadoras y los diversos gadgets electrónicos porque es componente esencial en las baterías, pero también la posibilidad de almacenar energía generada en fuentes limpias, como son la solar y la eólica.

La reforma eléctrica considera el 54% de la generación de energía, la muy importante distribución del fluido y la explotación del litio para el estado, y es una estrategia que busca impulsar el desarrollo y generar equilibrios.

En lo personal celebro que esta reforma esté ya en vías de ser aprobada.

Demian Duarte en Twitter: @Demiandu

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