Pocos elementos de una campaña política pueden ser más perjudiciales para una democracia electoral que la propaganda. Mediante el mexicanísimo lema de “este arroz ya se coció” el aparato propagandístico del Estado está dispuesto a implantar la idea de que Claudia Sheinbaum ganará irremediablemente las elecciones del próximo 2 de junio.

A la luz de la última encuesta publicada ayer por el diario Reforma, Claudia efectivamente lidera las preferencias con un 58 por ciento, sobre un 34 por ciento de Xóchitl, léase, 24 puntos de diferencia. Este periódico no es la excepción, pues prácticamente todas las encuestas apuntan hacia la misma dirección.

Si bien la candidata oficial goza de una cómoda diferencia a su favor, uno de los rasgos distintivos de la democracia electoral es su impredecibilidad. Como es bien sabido, las encuestas no son más que una prueba estadística dirigida a estimar un resultado.

En otras palabras, a pesar de su desventaja, Xóchitl Gálvez sí que puede ganar si se presentan los siguientes elementos en la próxima jornada electoral.

  • Si todos los votantes que apoyaron en 2018 a José Antonio Meade y Ricardo Anaya no cambian el sentido de su voto y acuden a las urnas.
  • Si existe una participación ciudadana que supere, al menos por unos 5 puntos porcentuales del padrón electoral, al número de votantes en la última elección presidencial.
  • Si los descontentos con el gobierno de AMLO, o tal vez, aquellos que no están hechizados por el discurso de Claudia, cambian el sentido de su voto.

Dicho de otra forma, como he señalado, y a la luz de los resultados de las elecciones legislativas intermedias de 2021, las posibilidades del triunfo de Gálvez, y de hecho, factibles.

¿O piensan los propagandistas del régimen que alcanzarán su objetivo haciendo madurar la idea que no valdrá nada salir a votar pues “el arroz ya se coció”? ¿O pretenden tal vez alcanzar el 87 del padrón al estilo ruso para desmantelar a las instituciones con las dos terceras partes del Congreso? ¿O tal vez sueñan con emular los resultados electorales en México previo a las reformas de los años noventa?

En todo caso, yo propongo sustituir el “este arroz ya se coció” por el de “esto no se acaba hasta que se acaba”. Ambos refranes son bien mexicanos. Sin embargo, en el contexto de la presente campaña presidencial, mientras uno busca destruir la democracia, el otro pretende galvanizar a los votantes.