El historiador de Monterrey

Me emocionó el artículo de ayer de Margarita Ríos-Farjat. Ella recordó la trayectoria de Israel Cavazos Garza, “quien fuera cronista de Monterrey, premio nacional de historia, ciencias sociales y filosofía, y querido y arraigado vecino de ciudad Guadalupe, Nuevo León”.

La ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación escribió ese texto —para Milenio— porque el pasado 4 de noviembre inició un homenaje al historiador. Inició, sí, ya que durará cien días la celebración organizada por la Fundación Ildefonso Vázquez con el apoyo de algunas universidades y los municipios de Guadalupe y Monterrey.

A Margarita la conocí cuando ella ejercía en el sector privado su profesión de abogada y colaboraba con artículos —excelentes, sin duda— en El Norte, de Monterrey, hermano mayor de Reforma, de la Ciudad de México. Ahora publica en Milenio, diario regiomontano en su origen. Es importante este último dato. Si don Israel se identificó con un periódico, fue con Milenio desde que se llamaba Diario de Monterrey. Cuando dirigí tal rotativo traté bastante a don Israel, quien aceptó la invitación que le hicimos Enriqueta Medina y yo para coordinar un esfuerzo editorial que nos parecía importante para la ciudad, la Enciclopedia de Monterrey. En años de trabajar juntos, nunca vi más interesado en un proyecto al dueño del periódico, Francisco González, quien siempre admiró y apreció al historiador.

Margarita Ríos-Farjat ha escrito un gran artículo sobre su suegro —sí, don Israel es el padre del marido de la ministra—. Particularmente me conmovió lo que ella dijo sobre volver a los rumbos del historiador, en el municipio de Guadalupe, “especialmente la plaza principal, donde está el museo que fue sede del evento inaugural y su estatua en la banca donde gustaba de sentarse cada tarde”.

Alguna vez estuve en esa plaza con don Israel y su esposa, Lilia Villanueva —erudita también, merecerá algún día su propio un homenaje—. Cuando pienso en ciudad Guadalupe recuerdo a la pareja que tanto aportó a su comunidad.

El riesgo del olvido:

√ “Graduado en historia por El Colegio de México, autor de una extensa bibliografía y Benemérito Cultural de Nuevo León, Israel se dedicaba a revivir a los muertos y hacerlos deambular en nuestra imaginación. Apasionado de la época de la Colonia, logró importantes descubrimientos que colmaron lagunas en nuestra historia, y leerlo y escucharlo nos daba sentido de trayectoria común, conciencia y, con ello, claridad para el porvenir”.

√ “Su partida, que me dolió hasta lo más profundo, dejó a Nuevo León en una especie de orfandad: sin un puente viviente que sabía conectar a esta generación con sus orígenes y su evolución, que embelesaba en cualquier recinto con vivas imágenes y anécdotas de épocas de las que nadie habla ya, y que ahora sí me parecen destinadas al olvido”.

Es verdad, ya nadie se dedica con absoluta seriedad a estudiar los orígenes de Monterrey. El reto de las universidades es desarrollar profesionales para que no olvidemos el pasado de la que es, sin duda, la ciudad más liberal de México.

Margarita agradece al historiador sus libros y sus charlas, su buen humor y el hecho de que siempre fue “amable, suave y divertido, sin perder un ápice de la indiscutible autoridad que le otorgaban su inteligencia, su mente crítica y estructurada, y sus conocimientos. Autoridad que brillaba aún más por sus atributos de hombre bueno, sencillo y generoso”.

Parafraseo a la ministra: Israel Cavazos nos elevó a la altura de nuestras montañas, las más bellas que conozco, y conozco muchas. No hay ciudad en el mundo que pueda presumir estar rodeada de tantas maravillas como el Cerro de la Silla, las Mitras, la Sierra Madre, la Loma Larga, el Obispado y el Topo Chico y ahí muy cerca La Huasteca.

El final del artículo de Margarita es simple y sencillamente extraordinario. Recordó lo que Israel Cavazos hacía cuando su esposa Lilia Villanueva, antes de morir, estaba en terapia intensiva: “Mientras ella se despedía de su plano físico, recuerdo que Israel recorría el pasillo de cuidados intensivos musitando este verso de Alfonso Reyes: “¿En qué rincón del tiempo nos aguardas, desde qué pliegue de la luz nos miras?”, verso que alcanzó su punto de llanto en la terraza del hospital, en un abrazo de tres que no olvidaré jamás, y que me ha dejado haciendo eco de ese verso desde su propia partida en 2016″.

Margarita, la sociedad civil, AMLO y la política

A la ministra Ríos-Farjat la conocí cuando era colaboradora de El Norte. Escribía sobre todo de temas fiscales. Ciudadana siempre no pensó jamás que iba a tener un cargo en el gobierno. Por esa razón, por no ser una ambiciosa obsesionada con los puestos públicos, Andrés Manuel López Obrador la invitó hace años a participar en su equipo que, desde la oposición, luchaba por transformar a México en un país más justo.

Cuando AMLO ganó la presidencia en 2018 convenció a Margarita de ser la jefa del SAT, donde realizó un trabajo de primer orden. Después, el presidente López Obrador la propuso para ser ministra de la corte suprema. En el proceso para que el Senado la nombrara, solo una crítica se le hacía: no ser una abogada conocida en la Ciudad de México, esto es, se le atacaba porque no era grilla profesional. Y es que ella era, nada más, sociedad civil, eso que se supone hubo en abundancia en la marcha del INE.

¿Dominó la sociedad civil la marcha del INE? Pura propaganda, como lo demuestra el hecho de que participaron —inclusive encabezando contingentes de acarredos— dirigentes de varios partidos políticos, Santiago Creel, Roberto Madrazo, Elba Esther Gordillo, Marko Cortés, Vicente Fox, Alejandro Alito Moreno, Fernando Belauzarán, sin duda lo peorcito del PRI, del PAN y del PRD.

El próximo 27 de noviembre AMLO encabezará su propia marcha. Lo hará porque tiene derecho, así de fácil. Asistiremos muchas personas que hemos creído en la lucha de Andrés Manuel. La ministra Ríos-Farjat, sin renunciar a su independencia, podría legítimamente estar en la manifestación para celebrar un año más del gobierno que tanta gente honesta, como ella, contribuyó a construir. Si participara no perdería lo mejor que tiene —no lo perdió en el SAT, no lo ha perdido en la corte—, esto es, ser más sociedad civil que clase política.

En la misma situación están dos ministras y un ministro a quienes AMLO propuso para la corte por su decencia y su compromiso con las mejores causas de México, Yazmín Esquivel, Loreta Ortiz Ahlf y Juan Luis González Alcántara Carrancá. Ojalá se atrevan. Ojalá no les detengan los y las columnistas que se les lanzarán a matar si van a la marcha de la 4T.

Supongo que habrá integrantes del poder legislativo en la marcha de AMLO. Y, desde luego, participarán funcionarios de los gobiernos federal y locales.

El único requisito para ir a la marcha de AMLO es no tener impedimento para caminar menos de cinco kilómetros. El empresario Carlos Slim dijo que no participará porque su edad no le da para un esfuerzo así. Podría don Carlos pedir a sus hijos y yernos que lo representen. Arturo Elías Ayub luce en perfecto forma.

Aunque estén presentes personas de los diferentes poderes del Estado en la marcha de AMLO, serán más sociedad civil que quienes organizaron la marcha del INE.

¿Quién es más sociedad civil, una profe y un profe de verdad —la secretaria de Educación Lety Ramírez y el gobernador de Baja California Sur, Víctor Castro— o la cacique del sindicato de maestros durante tantos años, la enriquecida Elba Esther Gordillo especializada en fraudes electorales?

¿Quién es más sociedad civil Alejandro Alito Moreno, impresentable priista, o la secretaria de Seguridad, Rosa Icela Rodríguez, paradigma de honestidad y modestia?

¿Quién es más sociedad civil, el tantas veces denunciado por corrupción Roberto Madrazo, o el secretario de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano, Román Meyer, un joven arquitecto que nunca antes había estado en la política y quien, seguramente, aceptó el cargo no para hacer carrera en el poder, sino solo para aportar sus conocimientos a un proyecto de cambio?

¿Quién es más sociedad civil, un grillo de poca estatura que ha vivido durante años de la caza de privilegios en el PRD, Fernando Belauzarán, o un economista prestigiado como el secretario de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O, quien está en el gobierno solo para ayudar a AMLO en la conducción de la economía, lo que ha hecho muy bien, por cierto?

Es curioso, pero ahora mismo hay más sociedad civil en el gobierno que en la oposición. Si hubiera objetividad en la comentocracia, eso se reconocería.