Tal cual prometió el presidente Andrés Manuel López Obrador hace dos años y unos meses, el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles entró en operación este 21 de marzo.

Lejos quedaron los fallidos pronósticos de la derecha y sus frases huecas como “al tiempo”, en donde se aventuraban que el AIFA no sería inaugurado, y que no funcionaría este sexenio. Pero el rencor, resentimiento, clasismo, racismo y aporofobia de quienes en un par de años andarán mendigando el voto de decenas de millones de mexicanos no tardó en relucir.

”Central camionera”, “aeropuerto de Zumpango”, “tianguis”, fueron algunos de los calificativos despectivos y llenos de odio de una clase social y política que cree que la existencia de un aeropuerto de “primer mundo” (sic) afectará de forma positiva su vida.

Pero su odio no quedó únicamente ahí. Hasta las personas que asistieron a la inauguración del AIFA por mera curiosidad, o simplemente para ganarse la vida, como en el caso de las mujeres que vendieron tlayudas -o tostadas, aclaran algunos- en el estacionamiento del aeropuerto, fueron objeto de agresiones por parte de toda clase de personajes en redes sociales, incluyendo conductoras de medios de comunicación.

Su desprecio hacia las personas que conformamos la amplia mayoría de México es más que evidente. Lo interesante es que se tomó la llegada de AMLO a la presidencia para que su resentimiento y actitudes discriminatorias brotaran de esta forma.

Mientras ellos siguen hundidos en el odio y en el aspiracionismo, López Obrador sigue consolidando un proyecto que seguramente se extenderá durante varios sexenios.