Segunda parte

En la primera parte de este serial mencionaba el muy mal momento que hizo pasar el presidente colombiano Gustavo Petro a su homólogo mexicano durante su encuentro del pasado fin de semana en el marco de la gira de Andrés Manuel López Obrador por el cono sur. Petro expresó duras críticas refiriéndose a gobiernos cómplices del narcotráfico, pero, por algún motivo provocó una evidente incomodidad y malestar en AMLO, que conforme más escuchaba al mandatario sudamericano, más se hundía y más pequeño parecía, como si cada palabra martillara su cabeza hasta clavarlo en su asiento.

Y el tema no pasó desapercibido en los medios internacionales, como tampoco lo hizo la posición que asumieron los dos personajes al criticar el golpe de Estado en Chile.

Por ejemplo, Panam Post, título así una de sus publicaciones; “El descarado discurso selectivo de Petro y AMLO contra las dictaduras”.

En la colaboración del periodista Gregorio Martínez, se refiere:

“Cuando la intención es mantener vivo un relato para romantizar el fracasado socialismo, se ocultan datos como la inflación superior a 600 %, la escasez de alimentos, las expropiaciones, los asesinatos y el irrespeto a la separación de poderes durante el gobierno de Allende, que si bien llegó al poder por la vía democrática, no tardó en mutar hacia un sistema autoritario de corte marxista-leninista apoyado desde Moscú y La Habana”.

Gregorio Martínez

El cinismo de AMLO y Petro en la conmemoración a Allende

El desproporcionado evento de este lunes en Santiago –que tomó meses organizar– no tiene otra utilidad que preservar el mito de un personaje presentado por la izquierda chilena y latinoamericana con muchas omisiones con el único objetivo de enaltecer a su “vaca sagrada” para seguir seduciendo a las nuevas generaciones. López Obrador y Petro forman parte de esta comparsa sin sonrojarse por sus posiciones totalmente hipócritas e incoherentes.

Y es que el presidente chileno, Gabriel Boric, al menos ha intentado disimular, denunciando la existencia de presos políticos y las violaciones a los derechos humanos en Cuba, Venezuela y Nicaragua. Sin embargo, sus invitados de honor no solo han guardado silencio frente a las atrocidades de Miguel Díaz-Canel, Nicolás Maduro y Daniel Ortega, sino que además mantienen una estrecha relación con estos regímenes y han salido en defensa de estos dictadores en más de una oportunidad. Es por esto que ha causado gran indignación la posición de Petro y AMLO contras los golpes de Estado y las dictaduras, cuando su discurso ha demostrado ser descaradamente selectivo.

López Obrador: el defensor de las dictaduras

En el caso mexicano destaca la decisión en tono de chantaje de López Obrador el año pasado cuando se negó a asistir a la Cumbre de las Américas que se celebró en Los Ángeles, EE. UU., como protesta ante la “exclusión” de Cuba, Venezuela y Nicaragua. El líder de Morena se ha negado a calificar a Maduro como dictador e incluso ha dicho en más de una oportunidad que es “bienvenido” en México, invitación que le comenzó a extender desde su toma de posesión. Adicionalmente, AMLO ha puesto su país como sede para los fallidos diálogos entre el chavismo y una fracción de la llamada oposición venezolana, los cuales no han dado frutos y solo han servido para prolongar la permanencia de la tiranía.

El mandatario mexicano también acaparó titulares en febrero cuando eludió pronunciarse sobre la crisis de derechos humanos en Nicaragua luego que Ortega desterrara a 222 nicaragüenses que se encontraban presos por razones políticas y les retirara la nacionalidad a 94 ciudadanos. “Vamos a desayunar ya y mañana hablamos, contestamos, sobre ese tema”, dijo en ese momento para evitar fijar posición.

Y en lo que se refiere a Cuba, los nexos son aún más estrechos. Las relaciones entre Ciudad de México y La Habana se elevaron a otro nivel desde la llegada de López Obrador a la presidencia. En 2021, México celebró sus 211 años de independencia con Díaz-Canel como invitado de honor. En mayo del año pasado, López Obrador visitó Cuba, en donde fue condecorado con la Orden José Martí, la más alta distinción que otorga el Estado cubano. En ese momento hasta llegó a decir que “Cuba tiene un extraordinario presidente” y calificó al dictador como “un hombre honesto, trabajador, humano, una buena persona, un buen servidor público y un buen ser humano”.

Tampoco se puede pasar por alto el hecho de que México hace parte del sistema esclavista de médicos cubanos con el que se financia la dictadura, con más de 500 en tierra azteca hasta inicios de este año. Y como cereza del pastel, AMLO construye el Tren Maya –la polémica obra bandera de su gestión– con basalto comprado a Cuba luego del acuerdo firmado en noviembre. Y hace menos de dos meses, durante la cumbre UE-CELAC que se celebró en Bélgica, la canciller mexicana pidió el “fin del bloqueo” de Estados Unidos a Cuba y Venezuela.

Este mismo medio de comunicación también ha tomado nota de los pecados del mandatario colombiano:

“La historia de contradicciones e hipocresía se repiten al revisar la posición del gobierno de Gustavo Petro. La reapertura de la frontera con Venezuela con fines comerciales fue solo la excusa para establecer una alianza con el dictador Nicolás Maduro, a quien ha visitado tres veces en Caracas, más un cuarto encuentro que se llevó a cabo en el puente internacional Atanasio Girardot, también conocido como Tienditas. Como fruto de esta relación, Maduro prestó la capital venezolana como sede para los diálogos de paz entre el gobierno colombiano y la narcoguerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN), mientras que Petro le devolvió el favor alojando en Bogotá la Cumbre Internacional sobre el Proceso Político en Venezuela con la mirada puesta en el levantamiento de sanciones a la dictadura, encuentro en el que además se le impidió la participación al opositor Juan Guaidó y terminó siendo deportado a Estados Unidos.

El año pasado, a las pocas semanas de haber asumido el nuevo gobierno, Colombia fue noticia en el continente por haberse ausentado de la sesión de la Organización de Estados Americanos (OEA) en la que se sometió a votación una condena contra la dictadura de Daniel Ortega por su persecución a la Iglesia, los opositores, la prensa y las organizaciones no gubernamentales.

Adicionalmente, el embajador designado por Petro en Managua, León Fredy Muñoz, participó hace un par de meses en una celebración partidista organizada por Daniel Ortega, a la que asistió portando símbolos del Frente Sandinista de Liberación Nacional.

La vicepresidente Francia Márquez ha sido el enlace directo con la dictadura cubana. Causó gran polémica cuando previo a la presentación del proyecto de reforma a la salud, la mano derecha de Gustavo Petro viajó a La Habana, donde no solo elogió a los médicos cubanos, sino que además confesó la intención de copiar en Colombia el sistema de salud de la isla sometida a más de 60 años de dictadura comunista”.

Sin embargo, la hipocresía más descarada y ofensiva a los ojos de los mexicanos, fue haber visto la imagen de Andrés Manuel y su esposa Beatriz vistiendo de luto con un clavel en la mano cada uno en la conmemoración del golpe de Estado en Chile.

En redes sociales, usuarios y periodistas reprocharon a la pareja presidencial que en nuestro país no hayan vestido jamás el luto después de que la pandemia dejó casi un millón de mexicanos muertos; y que nunca hayan expresado condolencias por los más de 160,000 homicidios en lo que va de su sexenio o palabras de aliento a los familiares de los cientos de miles de desaparecidos. Que no vistan de negro por los 11 feminicidios que ocurren en promedio al día, los asesinatos de periodistas, los muertos a manos de militares y tantos miles de mexicanos heridos por la violencia que se ha desatado como nunca en la historia de nuestro país. Así la hipocresía del Estado.

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