En el momento de la redacción de estas líneas la presidenta Claudia Sheinbaum está en rumbo hacia Canadá para asistir a la cumbre del G-7. Según se ha informado, el vuelo de Air Canada tendrá escala en Vancouver, para luego continuar su trayectoria hasta Calgary.
No será un evento menor, ni mucho menos, pues Sheinbaum se reunirá con Donald Trump, lo que supone un enorme desafío en medio del contexto marcado por las redadas contra indocumentados mexicanos en distintas ciudades de Estados Unidos, a la par de la puesta en marcha del diálogo hacia la negociación del T-MEC.
Sumado a lo anterior Sheinbaum deberá enfrentarse a las incomodidades, inconveniencias y posibles contratiempos de cualquier viajero.
Los propagandistas de la 4T justifican que el hecho de que la jefa del Estado mexicano vuele en aviones comerciales deriva de la “austeridad” de este gobierno; una austeridad, a mi juicio, mal entendida y peor implementada, si se consideran los gastos excesivos en los que ha incurrido el régimen, tales como las obras, y otras de proporciones gigantescas, como las elecciones judiciales.
No hay duda de que los excesos de Peña no deben repetirse, y sí, efectivamente, el avión presidencial resultaba un exceso en términos de lujo y de gasto presupuestario. Sin embargo, la continuidad de Sheinbaum en relación con las “prácticas” de AMLO no son más que acciones demagógicas que no contribuyen en nada a la eficiencia ni operatividad del Estado mexicano.
Sheinbaum, a pesar de sus cantadas competencias en tanto que mujer científica, y no obstante representar a un país del tamaño de México, decide irresponsablemente someterse a horas de comunicación defectuosa a bordo de un avión comercial. Sí, algunos han esgrimido la idea de que la aviación comercial ofrece servicios de conectividad a bordo. Sin embargo, es bien sabido que la presidenta no contaría con los elementos necesarios en caso de la necesidad de atender una emergencia nacional.
Por otro lado, Sheinbaum se arriesga, a pesar de las medidas de seguridad ofrecidas, a insultos o cualquier tipo de agresión provocados por algún viajero impertinente a bordo o en el aeropuerto.
En todo caso, se espera que la presidenta Sheinbaum haya viajado sin mayores contratiempos, y que su reunión con Donald Trump resulte en un acuerdo positivo para México. El país lo exige.