Una imagen dice más que mil palabras.

DICHO

“Hay más tontos que pícaros en este mundo; de otra suerte, los pícaros no tendrían de quiénes aprovecharse para vivir.”

SAMUEL BUTLER

No hay pretexto, no es válido burlarse de personas enfermas. Como tampoco lo es de discapacitados, lisiados o de mujeres por cuestión de género. Creo que aprovechar hacerlo en público y desde el escenario de los Oscars solo le da una relevancia mayor a las ofensas. Las naturaliza y socializa, además.

No hay pretexto, no es válida la violencia, sea VERBAL, física o psicológica, así sea para defender o señalar la violencia de otros.

Eso es lo ideal; en teoría.

Creo, no obstante, que tristemente no nos dimos cuenta de la violencia que generó risas en la 94ª ceremonia de entrega del Oscar sino hasta que minutos después Will Smith le propinó una cachetada a Chris Rock. ¿O me equivoco?

Yo creo que no estoy errada en mi afirmación anterior y lo comprueba el hecho de que no es la primera vez.

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¿A qué me refiero? Naturalmente no a la bofetada en sí, sino a que Rock ya había sido sancionado antes, en los Oscar de 2016, por violentar verbalmente a… ¡Jada Pinkett y Will Smith!

Ciertamente la noche del premio será inolvidable y probablemente no en razón de las películas premiadas. Y es que para bien y para mal, una bofetada dice más que mil palabras…

Hubo dos cosas que anoche rompieron esquemas: Troy Kotsur, primer actor sordomudo en obtener la estatuilla, y la cachetada / golpe a mano abierta que le dio Will Smith al comediante Chris Rock.

Y tenemos a gente a favor y gente en contra.

Quizá ayuda a la reflexión el poner las cosas un poquitín más en contexto:

√ Rock es conocido por ser un comediante punzante, que se burla hasta de los mismos negros al llamarles “niggers”, lo cual en Estados Unidos es considerada la forma más grosera de dirigirse a la comunidad de color.

√ Esta es la tercera vez que el standupero ha sido presentador en la ceremonia del Oscar. Tanto la primera vez (2005) como en el 2016 tuvo roces con otros artistas (incluyendo, como ya dije, a la pareja Smith-Pinkett). Algo debe hacer bien —o vender aún mejor— donde le siguen invitando… (Ojo aquí con la responsabilidad de la Academia en todo lo sucedido; pocos hablan de ello.)

√ El cómico también ha sido galardonado con cuatro premios Emmy, tres Grammy y fue votado como el 5º mejor comediante en una encuesta de Comedy Central.

√ El palmarés de Will Smith es igual o más sorprendente, llevando en las pantallas (TV y cine) más de 30 años, coronados el día de ayer con un Oscar a mejor actor.

√ La esposa de Will Smith sufre de alopecia, una enfermedad que es la pérdida de cabello y por eso su llegada al teatro Dolby, si bien espectacular, no dejó de levantar murmullos ante su calva.

√ Es conocido el que la pareja busca dar la nota y que han multiplicado su presencia en los medios —especialmente de meses recientes— para dar a conocer vivencias personales, algunas de ellas realmente muy cuestionables bajo cualquier estándar (no voy a abundar en detalles morbosos).

Llegamos, entonces, a que ayer durante la ceremonia, el comediante Chris Rock empezó a hacer bromas sobre Jada Pinkett y su calvicie. ¿En qué momento la broma, la risa compartida se convirtió en dolor para ella (que, siendo honestos, es la única que importa)?

¿Habrá sido que la burla de una persona enferma le dolió y ofendió a su familiar (además de a la persona aludida, por supuesto)? ¿O, como señalan algunos, que a Will NO le molestó la broma, sino lo que le enfureció fue la reacción que causó esta en su esposa?

Algunos opinan que no hay violencia que se justifique. Otros, incluso, agregan el ingrediente de un actuar machista por parte del actor, sobre todo después de la frase exculpatoria de Smith “el amor nos ciega”. Unos más señalarán que los cómicos tienen derecho de burlarse bajo cualquier circunstancia con tal de arrebatar la risa de su audiencia.

Quienes soportan una enfermedad o sus familiares, muchas veces tienen que aguantar burlas, mofas y señalamientos. Más allá del propio calvario del sufrimiento, son estas personas quienes pueden comprender la rabia expresada por Smith.

La bofetada no fue lo único, una vez en su asiento el ganador al Óscar por mejor actor advirtió al humorista: “saca el nombre de mi esposa de tu p... boca”. Más allá de la risotada, del meme, de la sorpresa y la elevación del rating, hay algo de razón que considerar y también de sinrazón.

¿Hasta dónde los límites? ¿Nos podemos burlar de los enfermos no importando el tamaño de su desgracia? ¿Podemos burlarnos de una mujer que está calva, pero no de un niño con cáncer? ¿Son las profesiones lo que marcan las divisiones?

Hay quienes sugieren que la violencia verbal hacia las mujeres o hacia los enfermos es libertad de expresión. Yo no opino así. De hecho creo que ese argumento (la libertad de expresión y el derecho de réplica) es una de las formas más arcaicas de continuar —o escalar— una violencia hacia lo que decimos defender (ahí tienen a López Obrador todas las mañanas haciendo eso precisamente).

Y hasta aquí por cuanto a la ofensa. No hemos llegado a la “defensa”…

Al respecto de esta última, la cachetada o violencia física, algunas personas llaman a que el cómico demande al histrión por haberlo atacado (Chris Rock ya dijo que no lo hará). Otros más dicen que eso sería absurdo y que más bien sea el cómico quien pida disculpas.

Yo sugiero, en cambio, que sea la Academia del Oscar la que se haga responsable, y que pague una y otra demanda si llegaran a presentarse. Es la única manera de que la entrega de las estatuillas vuelva a ser lo que alguna vez fue: un reconocimiento a la filmografía y no una pasarela de vedettes que dan mal ejemplo (y me refiero a ambos, a Chris y a Will). Esto y el hecho de que intentar convertirlo en un evento “cómico-musical” vende mucha, mucha, mucha publicidad vía la mercadotecnia.

Porque el punto, por cuanto a la violencia se refiere, sea cual sea su forma, es que esta no se debe permitir. ¡Y menos aún usufructuar!

Y la certeza es que el chiste fue ofensivo y devino en una reacción inaceptablemente violenta.

¿Quién o quienes aprobaron el guión del comediante?, me pregunto. Ojalá que los que estuvieron detrás de esto y se burlan de enfermos o mujeres, más si es de forma focalizada y amplificada, estén invitados a ya no hacerlo. Se requiere dejar de bromear —por lo pronto en ese escenario de relevancia mundial— con temas tan serios. Creo que —sin justificarla— la cachetada de Will Smith así lo demostró.