Yo me declaro abiertamente de la oposición porque el presidente de todos los mexicanos nos ha bautizado así a los que no comulgamos con su forma de proceder y de actuar.

Bueno entonces sí que soy de la oposición, y critico y señalo las fallas y errores que dice el AMLO y su gabinete.

Los tropiezos de su esposa que lejos de parecer empática llega a ser agresiva y el entreguismo de Claudia Sheinbaum hacia López Obrador.

Me río de los  tiktoks de Marcelo Ebrard  y me parece aterrador Adán Augusto como persona y como político.

Me hacen gracia los memes que envían del Presidente mofándose de sus momentos de rabietas y de sus resbalones en su ms discursos de la mañanera.

Considero patética Liz Vilchis y su sección de “Quién es Quién en las mentiras”.

Me parece de lo más abyecta e interesada Layda Sansores,  así como también lo creo de Monreal y Mario Delgado.

Lord Molécula y su desfachatada lambisconería en las mañaneras me sorprende y me causa indignación.

La frialdad de el secretario de Salud ante un sistema de Salud quebrantado y el negligente Hugo López-Gatell me parece de lo peor que ha tenido la 4T.

Todas estas cosas las he señalado como ciudadana de este país, a veces con sentido del humor, a veces ya verdaderamente encolerizada.

Pero ahora circula una foto del que al parecer es el hijo menor de Andrés López Obrador.

Se le ve sonriente, feliz y rodeado de gente.

Las cosas que he leído acerca de la foto y contra él me llegan a perturbar.

En primer lugar porque soy madre de un joven de la misma edad, me partiría en dos que todo un país se burlara de él.

En segundo lugar las burlas no solamente van dirigidas a que él esté con amigos riendo sino a su aspecto físico.

Alguna vez hace mucho tiempo salió una foto en redes del chico en un hotel de gran lujo de Acapulco paseándose con unos tenis carísimos.

Yo hice el comentario de ello y mucha gente me hizo ver que hablar de un menor de edad era caer muy bajo. Y eso que no utilice en aquel tuit groserías ni apodos ni nada de los horrores que veo publicados contra Jesús Ernesto.

Hoy leo comentarios de esa foto cargados hasta yo diría de una rabia personal, de una envidia ya personal. Ya no se trata de agredir a un menor sino de proyectar en él la rabia y la envidia por no tener amigos, por estar comiendo en un restaurante y ellos no o por estar sonriendo como él sonríe.

¿Qué parte no nos queda clara que él no tiene nada que ver con el fallido papel de su padre como presidente?

¿Qué parte no entendemos de que atacar al hijo menor del presidente de esta manera es atacar a nuestros jóvenes en general?

En este chico no hay malicia aún. Es un adolescente en desarrollo que no debe de vérselas nada fácil pues la adolescencia es buscar tu lugar en el mundo y para él como hijo de un presidente debe de serle muy difícil saber de quién está rodeado, quien lo quiere de verdad y quién lo acepta y ama por lo que él es y no por ser el hijo de quién es.

Esa es la bajeza más grande de la oposición y no, ahí yo no le entro.

Entiendo que la gente esté muy enojada con el presidente por todos sus errores y promesas no cumplidas, pero Jesús Ernesto es apenas un chavo que está dejando de ser un niño y que no tiene ninguna culpa de lo que su padre hace.

Su padre, sé de buena fuente, lo ama mucho, pero los adolescentes son complicados de amar porque simplemente no se dejan amar, el momento y el proceso por el que pasa Jesús Ernesto es frágil y delicado.

Si a eso le agregamos que encima tiene a cientos de personas agrediéndole y burlándose de él pues le hacemos mucho más daño.

Los opositores obradoristas se han esforzado por demostrar que su nivel de educación, de buenas formas y de clase  es mucho mayor y mejor que el de los obradoristas, pero con esta clase de conductas y acciones solamente nos ponemos incluso por dejado del nivel de ellos.

Y no, no podemos argumentar que se vale agredir a un menor adolescente porque su papá ha creado desabasto en quimioterapias para niños con cáncer y otras razones.

El hijo del presidente no es la causa ni el efecto.

Es un chavo que está tratando de sobrevivir.

Si cuidamos de él, cuidamos de todos nuestros jóvenes.

No lleguemos a ser tan crueles como lo puedan llegar a ser otros.

Y esta nota va para Jesús Ernesto:

Tengo un hijo de tu edad y lo único que quiero para él es que sea feliz, que sienta esa libertad de poder vivir sin bullying y sin rechazo hacia su persona. Que tenga ganas de vivir y no de morirse ante el laberinto de dudas, preocupaciones, miedos, inseguridades que a veces tiene.

Quiero que mi hijo ría como tú.

No dejes que nadie te haga sentir que no mereces la pena y que no eres valioso. Nada es tu culpa ni es tu responsabilidad.

Si te tocó vivir momentos en donde tu vida está más cuidada y tu seguridad más vigilada pues bien por ti.

Aprende a ser buen amigo que en verdad tú podrías ayudar emocionalmente a muchos jóvenes que te rodean Enfócate en ello. Y no escuches lo demás.

Es cuanto.