Dice el viejo y conocido refrán: “candil de la calle y oscuridad de su casa”. Así se maneja Jorge Ramos, que un día le monta un show a Donald Trump, otro a Nicolás Maduro y después presume el apoyo del ultraderechista exvicepresidente Mike Pence en sus montajes.

Ramos por cuarta ocasión montó su show en La Mañanera, intentando vender la narrativa del “sexenio más violento de la historia”. Me imagino que su residencia en Estados Unidos desde hace 4 décadas ha hecho que Jorge pierda contacto con la realidad de su país de origen, pero, por mucho, los sexenios del creador de la guerra fallida contra el narco, el espurio Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, son más violentos que este, con un alza sostenida en homicidios.

También es un secreto a voces que las cifras de muertos cuando los encargados de seguridad pública fueron narcotraficantes cómo Genaro García Luna fueron manipuladas y ocultadas por un pacto de medios en donde participaron la mayor parte de las empresas tradicionales de comunicación para ocultar las carnicerías de los sexenios anteriores.

Quizás Jorge, parte de esa élite que gira en torno al establishment Demócrata, desconoce que Estados Unidos sufre una fuerte crisis de violencia desde hace décadas, producto del tráfico y consumo de estupefacientes y de la venta indiscriminada de armas de alto poder:

Más de 30 tiroteos en escuelas estadounidenses este año.

Más de 300 balaceras masivas (4 o más muertos) sólo en 2022.

Más de 20 mil 700 asesinatos con arma de fuego en 2021.

Más de 107 mil muertes por sobredosis de drogas en 2021.

Por ahí estaría bien que Ramos cuestionara al demencial Joe Biden sobre estas cifras, si es que se atreve, pero no. Su función es atacar a los personajes considerados incómodos por el establishment neoliberal y militarista representado por el Partido Demócrata, no informar, ni decir la verdad.