En un artículo anterior apunté la altísima probabilidad de un sabotaje en el metro capitalino para perjudicar a Claudia Sheinbaum.

Algunas personas me han hecho la pregunta más importante: ¿quién podría estar detrás de un complot de ese naturaleza? Dejaré que responda un estudioso de las sucesiones presidenciales en nuestro país, Jorge G. Castañeda, autor de La herencia: arqueología de la sucesión presidencial en México, libro que redactó en 1999 después de entrevistar a cuatro expresidentes de la nación: Carlos Salinas de Gortari, Miguel de la Madrid, José López Portillo y Luis Echeverría Álvarez.

Hace unos días, Castañeda publicó un ensayo sobre el tema en Nexos, revista dirigida por su amigo Héctor Aguilar Camín. El famoso intelectual —decididamente enemigo de la 4T y de AMLO—, se limita en este nuevo trabajo “a examinar el proceso sucesorio del oficialismo”. En parte porque eso fue lo que se le pidió y en parte porque después hará lo mismo con la oposición. Vale la pena leer lo que Jorge escribió para Nexos, “La herencia 2024. Miserias del tapadismo a la intemperie”, ya que da pistas muy sólidas acerca de quién puede estar detrás del sabotaje al metro de la Ciudad de México planeado y ejecutado para dañar la reputación de la aspirante presidencial de Morena más adelantada, la doctora Sheinbaum.

Cito —y comento cuando lo considero necesario— lo fundamental del ensayo de Jorge Castañeda:

√ “Sólo se trata de describir lo que está aconteciendo hoy. Mañana puede suceder otra cosa, imprevista e imprevisible, pero explicable a partir de estas reflexiones”.

√ “Hasta el 2018, la presidencia —es decir: la institución— le brindaba fuerza al presidente —el titular—. De 2018 en adelante, ha sido al revés: López Obrador le entrega parte de su fuerza social a una institución sanamente debilitada por la democratización del país”.

“Buena parte de las élites mexicanas, empezando por el empresariado y la comentocracia, creen que quien ocupe la candidatura de Morena será de manera inevitable el próximo presidente”.

Pero… “los que antes debían ser rounds de sombra entre contrincantes enmascarados, ahora se convierten de modo ineluctable en combates a plena luz”. Comentario: es verdad, el sabotaje de ayer en el metro de la Ciudad de México es el ejemplo más lamentable de tales combates.

√ El presidente López Obrador, como hicieron otros presidentes, ha dado a conocer a sus corcholatas preferidas: Claudia Sheinbaum Pardo, Marcelo Luis Ebrard Casaubón y Adán Augusto López Hernández. Está excluido Ricardo Monreal.

Los descontones

“Pero el escenario ha cambiado mucho para esas prácticas. A diferencia de lo que pasaba en la ‘herencia’ clásica, hoy los descontones en la prensa, las filtraciones, las provocaciones, las encuestas cuchareadas y los escándalos sustituyen a las primarias, a los debates, al trabajo de campaña. Tiene razón el presidente, ya no hay ‘tapados’, pero sí hay ‘dedazo’: el suyo”. Comentario: no estoy totalmente de acuerdo en esto con Castañeda, ya que —lo conozco y sé que habla en serio— Andrés Manuel López Obrador no incumplirá su palabra y apoyará a quien gane las encuestas que aplique Morena.

Entre las tres personas que Andrés Manuel más menciona como aspirantes de Morena, no hay duda de que preferiría que Sheinbaum llegara a la presidencia.

√ “Marcelo Ebrard asume las consecuencias de saberse lejano al corazón del líder. Busca la opción del descarte. Al igual que Echeverría o De la Madrid, sólo puede llegar si se cae otro: Corona del Rosal para el primero; Díaz Serrano o Ibarra para el segundo”.

“El único sendero para el canciller reside en la caída de Claudia Sheinbaum y, en su caso, de Adán Augusto López. Pero para remplazarlos, debe sobrevivir”. Comentario: realmente tiene sentido lo que dice Castañeda.

Para sobrevivir el canciller Ebrard ha tragado sapos y soportado humillaciones.

Pero la apuesta principal de Ebrard es “construir apoyos a su candidatura en caso de la caída de la jefa de gobierno: con empresarios, con Estados Unidos, con los medios de comunicación, con otros partidos”. Comentario: no hay duda acerca de que Marcelo ha hecho alianzas con empresarios, inclusive cercanos a Felipe Calderón; que se ha acercado a otros partidos, sobre todo a MC, de Dante Delgado; que es el favorito de los medios, a los que favoreció con fuertes inversiones de publicidad oficial cuando gobernó el Distrito Federal, y que se esfuerza por ser bien visto entre el establishment estadounidense.

Ebrard se siente el último macho y debe luchar contra la posibilidad de una mujer presidenta

√ “Ebrard puede apostar también a un derrumbe de Sheinbaum diferente a los que se producían antes, a saber: que no levante en las encuestas y que su triunfo en la elección constitucional parezca cada vez más remoto”.

Pero ese es un “desafío arriesgado, porque nada hace suponer que Ebrard sea mejor candidato, como tal, que ella. Más aún, si Sheinbaum se ve tiesa y poco carismática, Ebrard es un robot de Corea del Norte”. Comentario: Claudia al menos conserva la figura, mientras que a Marcelo se le nota el descuido ya que ha engordado de más y nada ha hecho para ponerse a dieta.

Ebrard, “para ganar por descarte, tiene plena conciencia de las condiciones de su sobrevivencia: ser the last man standing”. Comentario: The last man standing es una serie de televisión gringa que en Latinoamérica se llamó El último macho. Castañeda seleccionó bien la frase para dar a entender que los ataques contra Sheinbaum no solo responden a la tradicional perversidad política, sino también al machismo que se niega a morir en México. Sí, Ebrard se siente el último macho y hará todo lo que pueda para asegurarse de que una mujer no llegue a la presidencia.

Pero en el sexenio de AMLO el señor Marcelo Ebrard, como le ocurrió a su maestro Manuel Camacho en el gobierno de Salinas, “nunca fue un pretendiente verosímil, ni siquiera por descarte”. Cuando mataron a Colosio, Salinas apoyó a Zedillo. Si Sheinbaum cayera, AMLO antes que a Marcelo preferiría a Adán Augusto.

La caía de Sheinbaum solo será posible si Ebrard, con éxito, insiste en el guion de “la destrucción del adversario”.

Desde el año 2000 —y hasta ahora— en las sucesiones presidenciales “no era necesario destruir al contrincante; bastaba con ganarle”. Ahora, en Morena —lo sugiere Castañeda con toda claridad— “en una competencia por definición irreal y desleal, con las viejas reglas renovadas, es preciso aniquilar al rival si se puede. Hay que golpearlo en la prensa, entre las élites y sobre todo a ojos del mandamás, para que ‘se caiga’ o deje de figurar como una alternativa”. Comentario: Es evidente que existe un proyecto para aniquilar a la mujer que encabeza las encuestas y evidentemente prefiere AMLO. Diariamente hay campañas de linchamiento en redes contra Claudia y, una vergüenza, el INE es particularmente agresivo al denunciarla.

√ Marcelo, especialista en guerra sucia: “Ebrard se convirtió desde hace años en especialista en estos menesteres, gracias a la escuela de Manuel Camacho, su mentor eterno. Recuérdese la manifestación orquestada por él e inspirada por Camacho frente a las oficinas de Colosio”. Comentario: La perversidad de Camacho y Ebrard contra Colosio se fue mucho más lejos que esa manifestación; imperdonable lo que hicieron para construir las condiciones de odio que motivaron el magnicidio de 1994.

√ “Claudia Sheinbaum sólo puede ganar por decisión inicial de López Obrador: la hija que siempre quiso y que nunca tuvo, y que ha sido la elegida desde el principio. Es como López Portillo, Salinas o Colosio: la preferida. Su tarea consiste en no caerse, en defenderse de los golpes —bajos, altos e intermedios— de Ebrard y evitar cualquier tropiezo que obligue a López Obrador a descartarla”. Comentario: para defenderse del sabotaje en el metro, Sheinbaum deberá obligar a la fiscalía capitalina a investigar lo que pasó y exhibirlo caiga quien caiga. Tales cosas dejan huella y solo la política podría impedir que las conociera la opinión pública.

Es de alto riesgo la posición de Claudia —la jefatura de gobierno de la CDMX—. Comentario: Castañeda con ello dice que es fácil golpearla, como con el cortocircuito del metro.

El de Sheinbaum “es un puesto de alto peligro”. Podría perecer, políticamente hablando, con “otro accidente del metro o un terremoto mal atendido o una inundación no resuelta”.

√ AMLO, para defender a Claudia, “debió balconearla y generar la sospecha de que cualquier desgracia representaría en realidad el ataque de un contrario, probablemente Ebrard. No arriesgaría mucho quien lo creyera”. Comentario: estoy de acuerdo con Jorge Castañeda, no es una apuesta arriesgada sospechar que Ebrard esté detrás de los ataques a la jefa de gobierno; el presidente López Obrador no puede ignorarlo.

El ala izquierda de Morena

“Por todo ello, no me sorprendería si pronto López Obrador decide sacar a Sheinbaum del Ayuntamiento y la coloca en un sitio menos vulnerable”. Comentario: creo que si Claudia dejara la jefatura de gobierno sería para ir a hacer abiertamente campaña, tal vez con algún cargo en Morena; no tendría sentido que siguiera en la administración gubernamental. Pero no lo sé.

√ “Sheinbaum es vista —con razón, creo yo— como el ala izquierda de Morena, como el rostro más radical de AMLO, como la versión extremista de la Cuarta Transformación. Sostener su lealtad a ese perfil contra viento y marea le puede garantizar la candidatura, pero arriesgar la victoria en la elección constitucional”. Comentario: Lamento informar a mi amigo Jorge Castañeda que su pragmatismo que le lleva a cambiar —o a moderar— su ideología según las circunstancias, no lo comparten Claudia y Andrés Manuel: son de izquierda y ganarán o perderán sin renunciar a sus principios y ni siquiera sin ajustarlos para atraer a gente que piensa de otra manera. Se llama idealismo.

¿Y Adán Augusto?

“Sólo por no dejar, conviene sugerir que la opción de Adán Augusto es muy parecida a la de Ebrard. Sus posibilidades dependen por completo del fracaso de Sheinbaum, y aunque su lealtad con AMLO se encuentra por encima de toda sospecha, debe refrendarla de vez en cuando”.

Para Castañeda, Adán Augusto alberga una ventaja sobre Ebrard en lo relacionado con los golpes bajos: “A pesar de la negra bitácora del canciller en materia de juego sucio, desde Gobernación es más fácil contribuir a precipitar la caída de la jefa de Gobierno que desde Relaciones Exteriores”. Comentario: coincido con Castañeda en que, aunque tuviera ganas de meterle a pie a Claudia —que no creo que las tenga—, Adán se las aguantaría porque “existe el riesgo de volverse desleal al pegarle a la candidata del jefe”.

“Probablemente la estrategia del titular de Bucareli resida más bien en portarse bien y esperar que la naturaleza, la cancillería o el destino tumben a Sheinbaum”. Comentario: es decir, si la guerra sucia de Marcelo contra Claudia funcionara, el canciller no se beneficiaría, sino que incrementaría las posibilidades de Adán.

La oposición

Afirma Jorge G. Castañeda, que si Claudia Sheinbaum “sale inerme de la jauría” —es decir, si supera los ataques de sus rivales— “todavía tendrá que franquear el obstáculo que representará su rival en la elección constitucional”. Comentario: Querido don Jorge, ¿te parece si hablamos de la elección presidencial cuando la oposición tenga candidato o candidata? Porque ahora la alianza opositora nomás no da color. Insisten PRI y PAN en no acercarse a Luis Donaldo Colosio Riojas, hijo de un amigo queridísimo a quien no olvidamos.