El día de ayer, un lector de la columna publicada en este espacio, sobre la degradación a Categoría 2, opinó que estamos lejos de regresar en el corto plazo, ya que bajo su óptica, nuestro vecinos del norte se han percatado de lo maravilloso que ha resultado para la recuperación de su aviación mantenernos en la Categoría 2, lo que se traduce en “mucho dinero” captado por las aerolíneas norteamericanas.

Y esta persona hace una pregunta más que interesante: ¿Qué espera el actual gobierno para limitar la apertura de rutas a aerolíneas extranjeras, sobre todo norteamericanas?

Resulta paradójico que mientras todas nuestras terminales aéreas están degradadas a Categoría 2 -pues es a nivel aviación nacional- al mismo tiempo las aerolíneas, sobre todo las “gringas”, estén saturando las mismas. Eso sería igual a ponerse voluntariamente en riesgo, dada la mala seguridad del país... ¿O no?

Aquí podemos ver claramente una gran incongruencia de la degradación a Categoría 2. Mientras las aerolíneas extranjeras están literalmente haciendo su agosto en nuestro país, nuestra aviación nacional tiene que verse restringida a abrir nuevas rutas para los Estados Unidos.

Tengo que ser clara; la restricción es solo para la nación vecina, pues podemos abrir rutas hacia otros países y destinos, y no como algunos que mienten sobre el tema, y le “echan más crema a sus tacos” incluyendo Europa y Asia.

Sin contar a las aerolíneas charteras, ni a las de carga, en la actualidad nuestra aviación consta de una aerolínea tradicional, dos bajo costeras y Aeromar que sigue volando, aunque no sabemos el porqué. Voy a enfocarme solo en las líneas comerciales de transporte de pasajeros.

Es interesantemente paradójico calificar a México ser un país con “mala seguridad aérea”, pero que el país “calificador”, o sea Estados Unidos, no deje de volar a nuestro territorio, a pesar de la mala calificación, ¿Por qué?

En la columna de ayer mencioné el gran crecimiento que la línea más grande del mundo ha tenido en nuestro territorio y me refiero a American Airlines, pero obviamente no ha sido la única beneficiada.

Ahora la mayor aerolínea de bajo costo norteamericana Southwest anuncia que reanuda una gran cantidad de vuelos a nuestro país. Tiene planeado arrancar con nuevas rutas en marzo del 2023, esto es el próximo año, a destinos de playa principalmente. Uno de los principales destinos es el aeropuerto de Cancún, en el que tienen previsto operar con aviones tipo Boeing 737 MAX 8, con una capacidad de oferta de 175 asientos. Otro destino listo para incursionar por parte de esta línea aérea de bajo costo es la isla de Cozumel.

Y no podemos olvidarnos del bellísimo Pacífico mexicano. Destinos como Puerto Vallarta y Los Cabos también se encuentran contemplados, operando con aviones tipo Boeing737-700 que tienen una capacidad de 143 asientos.

¿Qué podemos decir de la adquisición hecha por JetBlue a Spirit Airlines?, con ello se convierte en la quinta aerolínea más grande los Estados Unidos, y con los ojos enfocados en nuestro país, ofertan Los Cabos, Puerto Vallarta y Cancún como parte de sus 253 rutas; además tienen planes de abrir otras, comenzando por Monterrey.

Y no sólo Estados Unidos, Canadá también está viendo en nuestra nación una mina de oro; y es que resulta que la mayoría de las rutas que originalmente eran operadas por Mexicana de Aviación, al ser bajada de vuelo, fueron principalmente acomodadas en Interjet; pero dada su situación jurídica ahora no sabemos a ciencia cierta, quién las tiene.

Canadá después de los Estados Unidos es el segundo país que más turistas manda a nuestro terruño, en especial destinos de playas, que son lo que más parece llamarles la atención. También la línea aérea United ha ampliado sus frecuencias saliendo desde el aeropuerto de San Francisco, con destino a la Ciudad de México; debo mencionar también a Frontier, que ha abierto la ruta Monterrey-Las Vegas.

Así es que, si estamos tan mal calificados, ¿Por qué las aerolíneas extranjeras se exponen a aterrizar en nuestro país? Lo voy a decir fuerte y claro, en efecto, hay tanto dinero de por medio, que nuestros queridos vecinos no piensan desaprovechar la oportunidad.

Sí, hay una desorganización y corrupción abrumante dentro de lo que antes fuera la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC) ahora conocida como la Agencia Federal de Aviación Civil (AFAC); les he dicho que nuestra aviación está degradada principalmente por temas burocráticos que persisten el día de hoy. En otras columnas les he hablado de la tragedia griega que es el “departamento de licencias”.

Las esperas para obtener tu licencia de vuelo, sin importar que seas piloto, sobrecargo, mecánico, ingeniero, etc., generan quejas continuas. Hay quien lleva más de tres meses esperando la revalidación de su licencia y no ha sido posible porque “no hay sistema”, entre otros pretextos como la falta de “plásticos” para imprimirla; en pocas palabras, todo está “patas pa´arriba”.

Ahí sí que tenemos un grave problema que no se ha podido resolver, pero eso parece no importarle mucho a la Federal Aviation Administration (FAA por sus siglas en inglés), pues no cuestiona en lo más mínimo que su aviación esté internándose a un país degradado por temas de seguridad aérea.

¿Acaso será tiempo que nuestro país restrinja la entrada de estas líneas aéreas que se encuentran pulverizando a la aviación nacional? Tal vez, si existiera una política aeronáutica, o la más mínima preocupación por el sector, en los hechos, nos han demostrado que la industria aérea está sola y que han dejado que se rasque con sus propias uñas.

Sin temor alguno a equivocarme, es un muy mal mensaje, pues mientras se busca fortalecer la industria ferroviaria para transportar a la gente, se menosprecia a la industria aeronáutica, cuando ambas pueden coexistir perfectamente.

Paradójico resulta que “la seguridad aérea” se mida según “el sapo la pedrada”, ¿No lo creen?