Hugo Sánchez volvía a México después de su más que exitosa década de los 80s (y primero dos años de los 90) en España, con el Real Madrid principalmente, aunque también con el Atlético brilló y ganó uno de sus cinco campeonatos de goleo, también conocidos como ‘pichichis’, más sus ligas, copas domésticas y continentales y un balón de oro, como el máximo goleador en Europa, mismo que el entonces Rey Juan Carlos le organizó un evento palaciego para felicitarlo por poner en lo más alto el nombre del país.

Llegaba, pues, para la temporada 92/93 al América como el fichaje bomba, donde lamentablemente solo estuvo ese año futbolístico, ya que luego volvió a emigrar a España, ahora a jugar una temporada con otro de los clubes de Madrid, el Rayo Vallecano, volviendo luego a México con el Atlante para luego jugar su último semestre como profesional con aquel Celaya de ensueño, no sin antes tener unos breves pasos por Austria (Linz) y los Estados Unidos (Dallas burn).

Lo que casi nadie recuerda o sabe es que Hugo dio al América un título, uno de los dos únicos trofeos que levantó el cuadro de Coapa en esa década, luego de reinar absolutamente en la de los 80s ya que, en parte, el grupo Televisa decidió crear otro equipo de época (el Necaxa) que reinó también tranquilamente durante esos años, el trofeo que llevó Hugo a las ya atiborradas vitrinas de las Águilas, fue el de Concacaf liga campeones, que con un solitario gol suyo, de tiro libre magistral, al Alajuense de Costa Rica se ganó ese campeonato, dirigidos por la segunda etapa del  ya desaparecido Miguel Ángel ‘Zurdo’ López, DT argentino que dejó escuela e hizo época en México.

Ese fue el último título para el América en prácticamente una década, que no fue hasta el año 2002 que ganó otro rompiendo la sequía desesperante, que fue la liga contra su hermano el Necaxa, que ya su brillo comenzaba a no ser el mismo de los años anteriores, este título fue, junto con otra liga de la Concacaf campeones, conseguido al mando del legendario DT uruguayo/mexicano, don Carlos Miloc Pelachi (1991), uno de los dos únicos conseguidos por las águilas de la década de los 90s, que paradójicamente nos dio al América más espectacular de todos los tiempos a mediados de la misma, el dirigido por el holandés Leo Benhacker, pero que fue el campeón sin corona por excelencia. El título conseguido por Miloc fue, aunque parezca increíble, en una final contra un equipo cubano: el Pinar del Río, al cual recetaron un marcador global de 8 - 2.

Bien haría el futbol mexicano y, sobre todo, el americanismo, en no olvidar el paso por sus filas del mejor futbolista mexicano de todos los tiempos que es Hugo Sánchez, y agradecer por aquél título internacional que le dio al club, con aquel sublime golazo de tiro libre, mismo que a continuación podemos recrear en video...