Don Dinero sacó la cartera en 1994 y contrató a un sicario para matar al candidato Luis Donaldo Colosio. Don Dinero se inventó la historia del asesino solitario, pero nadie le creyó.

Después, en el 2000, Don Dinero puso todo lo que pudo en un ranchero mediocre que se convirtió en nuestro presidente.

Para 2006, Don Dinero se encabritó y de plano impuso al presidente de México.

En 2012, Don Dinero fabricó una historia de telenovela y volvió a poner al presidente.

En 2018, Don Dinero no pudo con la inevitable voluntad popular y se disfrazó y también apoyó al hoy presidente.

Y es que no hay campaña ni lugar en el que Don Dinero no esté.

El problema comienza cuando Don Dinero cree que todo lo puede y que incluso puede comprarnos a todos.

Sin duda hay quien precio tiene, pero hay quienes no.

Hace unos días Don Dinero contrató un sicario y mató a un candidato en Cajeme; este 25 de mayo, volvió a contratar a otro sicario y mató a una candidata en Moroleón, Guanajuato.

Don Dinero, pues, es de temer. Pero le quiero hablar con mucho respeto, Don Dinero. Para usted la siguiente carta a menos de 2 semanas de las elecciones del 6 de junio.

Estimado Don Dinero

He visto que está muy activo últimamente e incluso sacó a relucir todos sus dotes en la columna “¡Vas, carnal!” publicada por el diario Reforma.

También he visto que ya compró plumas, cámaras y micrófonos para estar prácticamente en todos los medios, intentando incidir en los votantes.

Sin embargo, estimado Don Dinero, es ya muy burdo por ejemplo lo que quiere hacer en Monterrey, Nuevo León -por solo poner un caso- donde le quiere arrebatar, a la mala, el triunfo a Luis Donaldo Colosio Riojas. Este martes, vi que hizo un video, protagonizado por Álvaro Fernández, director General de Grupo ALFA, quien dirige el poderoso grupo de los 10.

Cínicamente, con todo respeto Don Dinero, ya hasta nos quieren decir por quién sí votar, en este caso a los neoleoneses y da la casualidad que es por la persona que mejor cuida su cartera y trata como un empleado.

Ojalá Don Dinero entendiera por ejemplo la filosofía de Carlos Slim, un amigo muy cercano de usted, y no me refiero a que apoye a todos los candidatos sino a que sepa la diferencia entre mandar, ordenar e imponer en su propia empresa, y mandar, ordenar e imponer en un país tan diverso como el nuestro.

Nuestra aspiración, Don Dinero, no es robarle, ni retarlo ni pelarnos con usted, sino simple y sencillamente que algún día reine por completo la voluntad popular, sin injerencias como la de usted y otros poderes.

No Don Dinero, discúlpennos, pero aunque nuestros sueños no quepan en las urnas, su dinero tampoco puede comprarnos a todos.

Nos vemos el 6 de junio.