Jorge Abel Charruf Cáceres, presidente de la Canacintra en Yucatán, puso el dedo en la llaga con relación al problema de la energía en el estado, señaló que si bien Yucatán cuenta con el abasto de gas natural para uso industrial, comercial y doméstico, no es suficiente para cubrir los requerimientos para la generación de energía y recordó que AMLO anunció la ampliación del gasoducto de Mayakan con el objetivo de incrementar el transporte de gas natural de 250 a 450 millones de pies cúbicos diarios.

El gobierno federal, la CFE y AMLO, que no atan ni desatan, anunciaron la inversión en la extensión del ducto submarino que viene de Houston hasta Tuxpan para llevarlo hasta Coatzacoalcos y de ahí, construir otro ducto hasta Yucatán, lo que contradice el anuncio al que se refiere Charruf.

¿Este nuevo proyecto para qué servirá?

En la narrativa cuatrotera, la nueva obra suena muy bien, una inversión de poco más de 5 MMD que generará 900 empleos directos y 450 indirectos, donde la CFE tendrá una participación accionaria del 15% y a partir del 2026 aumentaría gradualmente hasta alcanzar el 49%.

De acuerdo con el plan presentado por Manuel Bartlett, permitirá contar con infraestructura nueva para llevar gas natural a las plantas de licuefacción que se instalarán en Coatzacoalcos y en Salina Cruz, Oaxaca, para exportar gas natural a Asia, esto como parte del Corredor Interoceánico proyectado por AMLO, sin embargo hay algo que tendrían que explicar, el hecho de que proyectan una extensión adicional hacia Dos Bocas, una nueva infraestructura que transportaría gas natural al sureste del país y a la península de Yucatán.

Sería importante que lo explicaran para no entrar en sospecha, porque ¿para qué construir nuevos ductos, si ya existe uno que solamente necesita ampliar su capacidad de transporte?

De acuerdo con el anuncio hecho por Bartlett, “para la seguridad energética” del sureste y la península de Yucatán se firmó con la empresa canadiense TC Energy Corporation, antes TransCanadá, una empresa constructora de gaseoductos socia de otra empresa estadounidense operadora de infraestructura de gas natural en México, IEnova, filial en México de la estadounidense, Sempra Energy. Ambas empresas construyeron y operan el gaseoducto submarino que va de Houston a Texas y tienen grandes inventarios en GNL para exportar a Asía, lo que no pueden hacer desde EU por las restricciones que impone ese país para exportar energía, por lo que utilizan a México como “trampolín”.

De acuerdo con lo que Bartlett informó, se ampliará el ducto submarino hasta Coatzacoalcos y de ahí hasta Yucatán, pasando por la planta de licuefacción que construirá IEnova, lo que, y hay que decirlo, encarecerá cuatro veces el gas para los yucatecos y no generará ninguna ventaja competitiva ni para CFE, la industria, ni mucho menos para los consumidores residenciales.

El nuevo proyecto tardará en concluirse entre cuatro a seis años, pero resulta altamente sospechoso, principalmente porque ya existe otro proyecto para llevar gas natural por ducto a la Península que estaría listo mucho antes y con un costo de inversión de 1.5 MMD, es decir 3.5 MMD más barato que el propuesto el pasado viernes.

El proyecto anterior

En febrero de 2020, AMLO junto con Mauricio Vila, gobernador de Yucatán, y Manuel Bartlett presentaron el programa Integral de Energía para Yucatán y dieron (supuestamente) el banderazo de inicio para la construcción de la ampliación del Mayakan, proyecto conocido como Cuxtal II y de dos plantas termoeléctricas, la Mérida IV y otra en Valladolid.

En esa ocasión, el presidente reconoció que la obra reduciría en un 74% los costos de generación gracias a la sustitución de combustibles líquidos (Diésel, combustóleo) por gas natural, con un ahorro anual de tres mil millones de pesos.

Pero lo cierto es que hasta ahora no iniciaron la construcción por trabas burocráticas de algunos funcionarios de CFE, incluidos Bartlett y Miguel Reyes, muy sospechoso, y más porque en 2019 AMLO fue testigo de honor del arranque de la obra, que ya concluyó, de la conexión del ducto Mayakan al sistema nacional de gaseoductos.

En aquella ocasión el presidente AMLO se comprometió a que las plantas termoeléctricas estarían listas antes de que concluya su sexenio, dijo, y casi parece una burla para los yucatecos: “Con eso alejamos el riesgo de apagones y mantendremos precios justos y razonables en la energía eléctrica, que no haya tarifas elevadas”, pero Bartlett aún no inicia esas obras, el proyecto terminará en esta administración y los apagones ya iniciaron.

Ahora Bartlett anuncia un nuevo proyecto para llevar gas natural licuado (GNL) a través del ducto submarino a la planta de liquefacción donde se transformará y luego se llevará a los tres estados de la Península, con una salvedad, el GNL es al menos, cuatro veces más caro que el que llega por ducto, es decir, los yucatecos o pagarán por su gas cuatro veces más, o el gobierno federal subsidiará el gas y la electricidad, lo que al final, no trae ningún beneficio de desarrollo competitivo a la península.

Los compromisos

Tal parece que los acuerdos entre AMLO y Bartlett con IEnova, son muy grandes. Si Calderón tuvo a Iberdrola, AMLO tiene a Sempra Energy-IEnova convertida en la empresa más poderosa que controlará tanto la internación del gas natural en el país, como las exportaciones a Asía y Europa sin que importen los requerimientos de México ni la oportunidad de consumir el gas más barato del mundo, dejando a Yucatán a la deriva y en el atraso, porque las empresas productivas preferirán migrar a otra región e incluso a otros países.