Ayer, estuve toda la mañana atendiendo un problema de mis hijos en el hospital. No tenía cabeza para nada. Así que cuando vi que la redacción de SDPnoticias iba hacer la nota semanal del video de Ricardo Anaya no le di importancia.

Más tarde, alguien me preguntó qué tan grave era lo que el excandidato presidencial del PAN decía en el video. Le dije la verdad, que no tenía ni idea. No lo había visto, por estos temas de los hijos que siempre son complicados. Así que en un momento, mientras cargaba a la bebé de siete meses, puse el video.

Ricardo Anaya, y esto lo he dicho en muchas mesas, es el político actual que mejor mide los tiempos políticos. Desde que se decidió a regresar a la política mexicana, su estrategia en redes sociales ha sido muy buena, excelente. La comparo con la de Samuel García, gobernador electo de Nuevo León, sin su esposa, Mariana Rodríguez: buena, de las mejores, pero no le da para ganar una elección. Aun así sorprende ver que un candidato que fue destruido con el “Ricky Riquín Canallín” haya tenido un resurgimiento tan completo. Ha recorrido el país, se burla de él mismo y hasta da material para que las redes sociales, para más mal que bien, hablen de sus actividades. Es el nuevo marketing político.

Pero últimamente sus videos han dejado de interesarme. El hecho de que tengan calendarización, una vez a la semana, me parece que les quita frescura. Así que puse el video, más con ganas de distraerme de los dramas personales, que de escuchar algo interesante. ¡Y vaya que me equivoqué!

Ricardo Anaya, el chicken cómo le llama Humberto Enoc Cavazos columnista de SDPnoticias, se le ve alterado, hablando rápido, y diciendo cosas gravísimas: el presidente de México Andrés Manuel López Obrador lo quiere meter a la cárcel. Dice que todo estaba ya listo para iniciar un proceso en su contra y cita a Raymundo Riva Palacio y a Darío Celis en una columna de El Financiero. Un periódico que su dueño ha sido mencionado en las conferencias mañaneras de AMLO cómo alguien que fue afectado en sus intereses económicos y que por eso no simpatiza, con el proyecto del presidente (a pesar de decir cosas ,como que es muy simpático en su trato).

“López Obrador me quiere fregar a la mala. Le estorbo para sus planes de sucesión en el 2024. No quiere que yo sea candidato. Y me quiere encarcelar porque no le gusta lo que digo”, acusa Anaya refiriéndose a los videos que ha publicado cada semana, haciendo fuertes críticas al gobierno de López Obrador. “Está enojado por los videos que comparto cada semana que, por cierto, ya rebasaron los 70 millones de reproducciones”.

Ricardo Anaya, excandidato presidencial por el PAN.

Ricardo Anaya cierra diciendo que hasta el testimonio de Lozoya, único que lo acusa de recibir dinero, fue cambiado en el expediente para hacer el caso más fuerte.

Pero lo grave, lo CAÑÓN, es que dice que se va del país. O sea huye. Este político analítico, inteligente, que parecía que era el líder de la oposición rumbo al 2024, falló.

En Twitter leo muchísimo sobre cómo huye. Bromas de que es un “Pollito en Fuga” (en analogía a la película, mala, de niños con el mismo nombre).

AMLO no tardó en contestarle vía redes sociales, por medio de su cuenta de Facebook, y le dijo: que el que nada debe nada teme; si era inocente que lo pruebe sin argucias legales como “ampararse”.

El presidente opina, con ese olfato perfecto que tiene, lo mismo que la gente común: ¿para qué huyes compadre?

¿Qué ha cambiado para que este político que estaba haciendo todo bien ahora se equivoque garrafalmente en uno de los momentos más fuertes de su vida como opositor?

Lo único es que salió una encuesta, chafa, donde ponen a Lily Téllez por encima de él en las preferencias por el PAN.

¡Lily Téllez!

Eso fue suficiente para que perdiera el rumbo, huyera y quedara ante la opinión pública como un culpable.

Este es un grave error que lo va a perseguir, aunque salga inocente, de hoy al 2024.

O sea que esa encuesta chafa es la profecía que se auto cumple: Lily Téllez, con esa encuesta, probablemente, ya sacó de la contienda a su mayor rival, Ricardo Anaya.