Es decir, que andaba borracha la mujer que, con toda razon, le reclamó por haber lanzado vivas a AMLO en la ceremonia del Grito de Independencia en Estambul, Turquía. Eso no se hace, señora Arvide. No es correcto utilizar las fiestas patrias para su personal politiquería ni, tampoco, insultar a mexicanas que viven en el extranjero.

Me cae bien Isabel Arvide y ella lo sabe; digamos que es mi amiga, pero… el afecto no necesariamente destruye la objetividad. Isabel se equivocó feamente, y dañó con su metida de pata al presidente de México al gritar “¡¡¡viva López Obrador!!!” en la antigua Constantinopla.

Desde hace años he dicho: ¡Es un honor estar con Obrador!, pero sería una irresponsabilidad enorme de mi parte siquiera pensar en esa frase en el contexto de la noche del 15 de septiembre.

Isabel Arvide rebasó todos los límites de la prudencia y merece, como mínimo, que se le llame la atención; aunque lo cierto es que debería ser cesada de inmediato. Aplicarle el clásico tenga para que aprenda, pues.

Frente a ella, allá en Estambul, una mujer mucho más consciente le reprochó a Isabel lo que hizo y, también, otras personas abuchearon a la cónsul mexicana por andar quedando bien con AMLO en una circunstancia en la que el presidente mexicano no debía ser mencionado.

Hoy la señora Arvide se defiende diciendo que la persona que la cuestionó andaba borracha y drogada. Así no, Isabel. Así de plano no.

Doble falta de Isabel Arvide: primero, gritar lo que no debía; después, como representante de nuestro país en el extranjero, insultar a una mexicana. Isabel es una buena periodista, pero evidentemente no está calificada para representar a México.

El Grito con luz pero sin gente

Fue muy emotiva la forma en la que Andrés Manuel vitoreó a los héroes y a las heroínas de la patria. Se vio muy bien, lo mismo que su esposa, Beatriz Gutiérrez Müller quien exhibió su carisma en el balcón de Palacio Nacional. Pero, ni hablar, resultó una pena que no se dejara entrar a la gente al Zócalo.

Evidentemente no ocurrió así por la pandemia de covid; si ese fuera el caso, la 4T no autorizaría numerosas actividades en las que se reúnen las personas, como las clases presenciales.

Creo que alguien en Palacio Nacional tuvo la idea de que hacía sentido regalar al pueblo de México un espectáculo para la TV de luz y sonido, que solo era posible —al menos como se diseñó— con la Plaza de la Constitución vacía. No fue un mal show, pero…

Personalmente, habría preferido a la gente lanzado vivas a los héroes y a las heroínas después de que lo hiciera el presidente López Obrador. Y enseguida los tradicionales fuegos artificiales, y ya.

El propio Andrés Manuel estará de acuerdo conmigo en que su Grito verdaderamente histórico fue el de 2007 en San José Tenango, Oaxaca, en la sierra mazateca. Encabezó la ceremonia del 15 de septiembre como presidente legítimo acompañado de algunos cientos de personas de la comunidad.

Esa vez hubo poca luz eléctrica, pero la gente que estaba a su lado le dio a AMLO, y a México, suficiente energía patriótica como para no perder la esperanza.

Espero que el Grito de 2022 lo encabece AMLO en ese lugar de Oaxaca o en otro similar; hay en nuestro país tantos poblados así, pobres y necesitados de todo, pero resistiendo contra el sistema de injusticia que no termina de morir y que, ni hablar, no desaparecerá cuando Andrés Manuel se vaya de la presidencia… todavía se necesitará que su sucesor o sucesora insistan, sin descanso, en seguir demoliendo las estructuras diseñadas para mantener los privilegios de unos pocos.

La pregunta que muchos nos hacemos es la de quién garantiza continuar la lucha de tantos años, esto es, quién no cederá al encanto de los potentados que están listos para lanzarse, en cuanto AMLO se retire, a recuperar lo que han perdido este sexenio.

¿Quién en la 4T tiene la personalidad fuerte y que, además, no se haya enamorado de la riqueza en ningún momento de su vida, como para resistir el alud de ofertas de negocios que recibirán aquellos y aquellas tengan posibilidades de quedarse con la candidatura presidencial de Morena?

Andrés Manuel no tiene derecho a equivocarse en eso. Pasa nombrar a una columnista deschavetada —carajo, aceptemos con objetividad que así somos todos en el oficio periodístico—; eso sin duda pasa, aunque a veces, como en el Grito en lo que fue Bizancio, ya sea demasiado pasar. Pero, ¿fallar en la elección de quien deba continuar el proyecto de la 4T sin traicionarlo?