IRREVERENTE
Port au Prince, Haití.
Les platico: Abundan en México los grupos de ex militares que ya jubilados o retirados, ofrecen sus servicios a empresas privadas en materia de seguridad.
La proverbial lealtad del ejército mexicano es capitalizada por numerosas organizaciones para agregarle valor y sentar escuela al personal civil que se dedica a dicha labor.
Me consta que lo anterior ocurre en empresas que contratan a ex militares de diversos rangos con el fin de reducir los niveles de delitos y atentados contra su patrimonio.
A través de diversos medios -que han aumentado por las crecientes redes sociales- muchos intermediarios sirven como enlaces entre los clientes en materia de seguridad y los proveedores físicos de dicho servicio.
Por medio de mi BigData documenté el caso que en seguida les platico y que desprestigia el trabajo de ex militares nacionales dentro y fuera de México. ¡Firmes!
Haití
Masada es una empresa especializada en materia de seguridad internacional, fundada por Ron Zelig, ex miembro de los cuerpos de élite de las fuerzas armadas del Estado de Israel.
Ha vivido y trabajado en México en diversas ocasiones para corporaciones internacionales que operan en nuestro País.
Recientemente fue contratado por una importante cadena de hoteles a nivel mundial para hacerse cargo de la seguridad institucional en la República Dominicana.
Ya estando allá fue contactado por uno de los empresarios más importantes de Haití para diseñar e implementar un sistema de seguridad en el puerto de Lafito, distante 15 kilómetros de la capital Port au Prince.
Lafito fue construido por una de las muchas empresas del empresario haitiano para servir de entrada a la gran mayoría de los productos que abastecen a ese país caribeño: Acero, alimentos, cemento y otros materiales para construcción, vehículos, maquinaria pesada, proveniente de todas partes del mundo.
Debido a a la escasez de mano de obra calificada que priva en Haití, en Lafito laboran mayormente ingenieros y especialistas extranjeros de otras especialidades en la operación, logística y administración de carga.
La extrema pobreza y otros factores han hecho de Haití uno de los países más peligrosos del mundo, y los altos índices de criminalidad vuelven casi imposible darle seguridad con personal nativo, a los extranjeros que laboran en Lafito.
Sin llegar a ser un ambiente de naciones en guerra -como Irak, Siria y otras del medio oriente y de Africa- el trabajo en materia de seguridad en ese puerto haitiano es más para ex militares que para civiles.
De ahí que Ron Zelig haya recurrido a ex miembros de la SEDENA para hacerse cargo de la seguridad del personal extranjero que opera en Lafito.

Dos casos como botones de muestra
Miguel Rubio y Fidel Limón fueron parte de las fuerzas armadas mexicanas hasta hace poco tiempo.
Al ser contactados por Zelig a través de sus contactos en México, aceptaron viajar a Haití para formar parte de los cuerpos de seguridad de Masada en Lafito.
Firmaron un contrato por $8,000 dólares para trabajar acá del 18 de julio al mismo día de este octubre, pagándoseles el 50% de anticipo y el resto cada 15 días.
Masada les pagó sus boletos de avión desde Monterrey y la CDMX a Santo Domingo; el vuelo privado de Santo Domingo a Port au Prince, hospedaje, viáticos y dentro de las cláusulas del contrato se aceptó que los mexicanos viajaran con todos los gastos cubiertos una vez durante cinco días a sus ciudades de origen para estar con sus familiares.
De acuerdo a lo que me dijo Zelig y que fue confirmado por otro ex militar mexicano de nombre Angel Martínez -quien también trabaja en Lafito- Rubio y Limón no aguantaron el ritmo de trabajo y antes de llegar a la mitad del tiempo establecido en el contrato, decidieron darlo unilateralmente por terminado.
Salieron corriendo
Martínez comentó en uno de los chats que existen dentro del gremio de los ex militares, que Rubio y Limón salieron corriendo de Haití y lamentó lo mal parado que dejaron a las fuerzas armadas mexicanas ante corporaciones internacionales como la que los contrató.
Pidieron a Zelig que les pagara los boletos de regreso a México y también que les cubriera el 50% restante del contrato, a pesar de que no lo cumplieron en su totalidad.
Hicieron cuentas y resultó que le salían debiendo a Masada, la empresa que los contrató.
El ex militar israelí se negó a pagarles y como respuesta, Rubio y Limón desataron una campaña para tratar de desprestigiar a Zelig y a Masada a través de diversos chats.

Desertaron en Haití
Debido a la deserción de esos dos elementos, Zelig tuvo de contratar de emergencia a dos mexicanos más para completar su plantilla: Alma Delia Sebastián -ex militar especializada en seguridad logística- y Francisco García. Ella, de La Paz, BCS y él de la CDMX.
El personal actual de Masada en Lafito está integrado por 13 guardias intramuros que siguen a cargo de la seguridad en ese puerto haitiano: 4 mexicanos, 4 chilenos, 3 franceses y 2 brasileños.
La “campaña” de desprestigio de Rubio y Limón contra sus contratantes, los pone en una situación legal delicada, pues están violando el acuerdo de confidencialidad que firmaron al ser contratados.
Cada día hay más deserciones en el Ejército. Están enojados
Adicionalmente, en tiempos en que los ex integrantes de las fuerzas armadas aumentan en número, debido a su descontento por la forma en que los altos mandos manejan al Ejército, incidentes como este reducen las posibilidades de que otros elementos consigan trabajo en empresas de seguridad privadas nacionales y extranjeras.
Mi BigData pidió información por los canales equiparables a transparencia y al INAI, relativos al número de elementos de SEDENA y MARINA que desertan de sus filas, y después de tres meses no tenemos respuesta.
Consecuentemente hemos recurrido a los grupos de ex militares que ofrecen sus servicios a través de diversos medios y la resultante es que cada día son más los elementos que desertan de las filas de SEDENA y MARINA.
“Estamos encabronados por el entreguismo de los altos mandos al poder del presidente de la República. Los tienen comprados -a los altos mandos- con contratos que en toda la vida del Ejército no se habían visto”, me dijo un Cabo asignado a la vigilancia en la carretera entre San Luis Potosí y Matehuala.
CAJÓN DE SASTRE
“Qué manchadota de garra la de estos elementos. Todavía ven la tempestad y no se hincan”, remata la irreverente de mi Gaby.