Digamos que tienen razón quienes piensan lo mismo que Julio Astillero Hernández, columnista de La Jornada: Claudia Sheinbaum luce “por primera vez descolocada”.

¿Qué significa descolocada en el contexto de la sucesión presidencial? Que Marcelo Ebrard impuso una de sus condiciones, la que ella más rechazaba: renunciar a sus cargos para lanzarse a una precampaña abierta por la candidatura presidencial de Morena.

No sé si Marcelo impondrá otra de sus condiciones: que la encuesta aplicada por Morena incluya una sola pregunta: “¿Usted a quién prefiere como candidato de Morena a la presidencia de la república?”.

Eso de una sola pregunta no es lo que ha hecho el instituto político fundado por Andrés Manuel López Obrador.

En efecto, la Comisión Nacional de Encuestas de Morena en prácticamente todos los procesos internos desde la fundación del partido ha recurrido a cuestionarios con nueve preguntas, cada una con un valor distinto.

Pero, según ha dicho Ebrard, ahora cambiarán las cosas y habrá una sola pregunta, tal como él lo propuso.

No me queda claro que así vaya efectivamente a ocurrir, pero no es importante para lo que aquí me interesa destacar.

Ebrard y sus seguidores han descalificado encuestas que sobrestimaron a Morena en la pasada contienda electoral del Estado de México.

Entre las encuestas que sí fueron precisas en el Edomex hay que enlistar la realizada por la especialista Lorena Becerra, de Reforma, y la de MetricsMx que difunde SDPNoticias.

La señora Becerra, porque su metodología así lo exige y, desde luego, también porque su presupuesto se lo permite, no acostumbra aplicar encuestas con una sola pregunta.

MetricsMx, en el caso de las llamadas corcholatas de Morena, sí hace una única pregunta: “¿Quién prefiere que sea el candidato de la 4T para presidente de la república en el 2024?”.

En efecto, desde hace bastantes meses MetricsMx hace solo la pregunta que Marcelo Ebrard prefiere, y no para darle gusto al ya excanciller, sino por limitaciones presupuestales y, naturalmente, porque la metodología utilizada no lo impide.

MetricsMx midió las preferencias electorales en el Estado de México con una sola pregunta: “¿Por qué quién va a votar, Delfina o Del Moral?”.

SDPNoticias difundió los números de MetricsMx, que hay evidencia de que resultaron muy acertados este 2023 en el Edomex, tal como sucedió en las contiendas de gobernador o gobernadora del año pasado.

El récord de MetricsMx es muy bueno, por lo que sus encuestas no pueden ser descalificadas por las personas que simpatizan con Ebrard.

Así las cosas, en días pasados —en el momento de la descolocación de Claudia por el empuje reciente de Marcelo—, MetricsMx levantó una nueva encuesta.

Aquí los resultados:

Con 35.6% de las preferencias, Claudia Sheinbaum.

Con 25.0% de las preferencias, Marcelo Ebrard.

Con 16.8% de las preferencias, Gerardo Fernández Noroña.

Con 14.9% de las preferencias, Adan Augusto López.

Con 4.3% de las preferencias, Manuel Velasco.

Con 3.4% de las preferencias, Ricardo Monreal.

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Comparemos estos datos con encuestas anteriores:

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Claudia bajó un punto, Marcelo subió uno. Es decir, Ebrard avanzó dos puntos y su desventaja se redujo de 12.6 a 10.6.

No sé Sheinbaum recuperará ese puntito cuando deje de estar descolocada, pero sería esperable que tal cosa ocurriese al colocarse de nuevo.

Porque ella volverá a estar colocada sin lugar a dudas; supongo que la comentocracia así lo diagnosticará después de que Claudia Sheinbaum encabece sus eventos de despedida de la jefatura de gobierno de la Ciudad de México, sobre todo la anunciada concentración masiva en el Monumento a la Revolución.

Lo que sigue ya con la corcholata y los corcholatos renunciados, es una durísima última etapa de alta montaña.

Ebrard ha dicho —se lo comentó a Joaquín López Dóriga— que tiene un “arma secreta” para buscar la victoria en la etapa decisiva: “Rosy, su esposa”.

Rosy es Rosalinda Bueso, licenciada en administración de empresas turísticas y en mercadotecnia.

Si Marcelo tienen en una mujer su arma secreta, Claudia también: ella misma.

Claudia Sheinbaum vale por su trayectoria, así que no necesita que la valide su novio y futuro esposo.

Sheinbaum tiene tanta experiencia en la administración púbica como Ebrard —lo más importante que han hecho ella y él en términos ejecutivos es gobernar la Ciudad de México, por cierto con mejores resultados Claudia, ya que Marcelo fue quien construyó la costosísima e inoperante línea 12 del metro, que objetivamente debe ser considerada la más lamentable obra pública en la historia de México—.

Claudia es su propia arma secreta también porque puede exhibir una preparación académica del mayor nivel, de la que carece su rival: Claudia, licenciada en física y doctora en ingeniería ha sido durante años científica de primer orden, mientras que Marcelo, licenciado en relaciones internacionales, solo ha sido político, por cierto formado en el PRI de Carlos Salinas, lo que representa otra ventaja de Sheinbaum, quien solo ha militado en la izquierda desde los tiempos en que estudiaba en la UNAM y aun desde antes.

Posdata

¿Por qué a Ebrard le interesa una sola pregunta? Porque sabe que pierde dos fundamentales: la relacionada con la honestidad y la de identificación con la izquierda.

Cito lo que dijo ayer Jorge Zepeda Paterson en Milenio:

“Tampoco es poca cosa el número de preguntas que incluya el cuestionario y, sobre todo, los temas que aborde: quién es más honesto o a quién se considera más cercano a las banderas el movimiento, serían preguntas que favorecen a Sheinbaum. Quién es más conocido o conoce mejor la situación del país, podrían ser más convenientes para Ebrard”.

Para Claudia es una simple cuestión de tiempo empatar a rebasar a Marcelo en las dos preguntas que a este le benefician: “Quién es más conocido o conoce mejor la situación del país”.

A Sheinbaum le bastará con una buena campaña para incrementar su conocimiento, que ya es similar al de Ebrard, y con recorridos diarios por todo México —hasta ahora lo ha hecho solo una vez a la semana— mejorará en la percepción de la gente acerca de entender los problemas de toda la nación, no solo los de la capital.

En cambio, a Ebrard le resultará imposible que se le vea como más cercado a las banderas del movimiento de izquierda que Sheinbaum: simplemente él, por su origen en el priismo salinista, está ideológicamente muy a la derecha comparado con una izquierdista de toda la vida como ella, que jamás ha coqueteado con el viejo partido autoritario.

Y, para ser percibido como más honesto que Claudia, Marcelo tendría que demostrar lo indemostrable: que vive con más modestia que ella y, también, borrar de su biografía algo imborrable: el desastre de la construcción de la línea 12 del metro que costó demasiado y no ha servido para nada.