O no hay pilotos o no hay equipos, pero hasta el día de hoy, el Gran Premio de México, aquel que cuya meta está puesta en Palacio Nacional en el 2024, parece ser un circuito en el que solo esta compitiendo una escudería.

No les basta con tener el control político de la extensa mayoría del territorio nacional, el Presidente AMLO ha tenido el acierto (por lo menos electoralmente hablando) de dejar que sus pilotos arranquen con el acelerador pisado a fondo para evitar riesgos innecesarios al cierre de la carrera.

Hoy todas las noticias, comentarios y reflectores, tanto de seguidores como de críticos y opositores, se los están llevando los 3 aspirantes de Morena a suceder al Presidente López Obrador: Adán Augusto López, Claudia Sheinbaum y Marcelo Ebrard.

Para el partido en el poder, lo más importante es dejarlos correr para que puedan crecer; que eleven su nivel de conocimiento y puedan por si mismos, elevar su competitividad en una contienda en la que ya no contarán de manera directa con el impulso que les ha dado el nombre de López Obrador en la votación.

Los 3 pilotos de Morena arrancan con fuerza para el 2024

Por eso, para el mandatario, lo importante no es quién esté mejor preparado para la encomienda, sino quién se posicione mejor y llegue con la delantera en la recta final del codiciado circuito. Esta es una carrera de velocidad, y por eso los 3 pilotos han arrancado con fuerza. A un lado quedan los cuestionamientos acerca de sus méritos o errores, como los que han tenido principalmente la jefa de gobierno y el Secretario de Relaciones Exteriores, como el derrumbe del Metro, que bajo una lógica política y legal, los habría ya descalificado a estas alturas.

Pero ninguno de los 3 va a parar, competir entre ellos solo los fortalece, y le facilita muchísimo las cosas al pronóstico que desde Palacio Nacional tienen para la sucesión.

Sorprende que con todas estas acciones y este arranque quizá precipitado pero contundente, no haya ninguna otra escudería que parezca armada para irrumpir en el circuito con pilotos acreditados, competitivos y respaldados por un buen sector de la población.

Si los partidos de oposición no logran armar una estrategia correcta y siguen en el error de solo criticar lo que están haciendo desde el partido en el poder, sin ponerse a correr para alcanzarlos, será muy difícil que puedan cambiar el resultado en el 2024.

¿Y los pilotos de oposición para 2024?

Ya va siendo hora que destapen a los pilotos oficiales de la oposición, que los hagan debatir, hacer giras en conjunto, campañas de intercambio de ideas, y que juntos o por separado, intenten recuperar la cercanía que sus partidos han perdido con la población.

Mientras esto no pase, el Gran Premio de México del 2024, será una carrera de una sola escudería.