No conforme con imponer prácticas autoritarias y faltas de equidad al haber perpetrado un autogolpe para debilitar su partido y dejar a sus contrincantes fuera y así tomar el control de la dirigencia del PAN, Marko Cortés usó prácticas muy parecidas a las que simula criticar de AMLO.

Hoy, las instituciones le dan un revés donde la democracia que pretende destruir se le impuso.

El camino de las instituciones

Ante la denuncia que impulsó la panista Adriana Dávila contra el proceso de reelección de Acción Nacional, el TEPJF determinó que el PAN no garantizó las condiciones mínimas de equidad en el proceso de renovación de su dirigencia.

Un revés que quizá no le quite el poder ni el control que mantiene sobre el partido pero que, moralmente, lo deja evidenciado como lo que realmente es, un peón más de AMLO y Morena que simula dirigir lo que podría ser la principal oposición en México.

Durante su primer periodo como dirigente del PAN, y en lo que va de su dirigencia espuria, Marko Cortés logró lo imposible, hacer que Morena y AMLO no tuvieran oposición.

Sin embargo, esto no es cierto. Tuvo que ser una mujer que ha enfrentado la misoginia y el machismo como militante de un dirigente entreguista que ha traicionado los principios de su partido. Esta mujer ha luchado y mostrado un carácter suficientemente fuerte para combatir en primer término el entreguismo de su dirigente nacional y luego las políticas fallidas del inquilino de Palacio, así, puso en evidencia que Cortés y su séquito han tratado de convertir al PAN en comparsa del gobierno actual.

Fortalecer la estructura de los partidos

Hemos insistido en que el camino para fortalecer la democracia y evitar la consolidación de un régimen populista y faccioso como el propuesto por AMLO, de regresar al partido único, como en el viejo esquema del PRI, o bien como en las esferas de los regímenes totalitarios como Cuba, Venezuela, Rusia, en donde sólo existe un partido y un líder que se antepone a cualquier democracia, sólo puede ser combatido a través del fortalecimiento de los partidos y de sus estructuras.

Ya lo vemos como los partidos aliados a Morena lo hacen PVEM, PT y Movimiento Ciudadano que antes fueron aliados del PRI, luego del PAN y ahora de Morena y ahora de forma lamentable, vemos cómo Marko lleva al PAN a convertirlo en un títere más de AMLO.

Precisamente por ello, debemos insistir en la importancia de una reforma por la que se establezcan elecciones primarias, para promover una verdadera democracia partidista y que todos sus procesos sean debidamente auditados, incluyendo gastos, recursos y hasta las formas de hacer política al interior de los partidos, sólo así vamos a lograr detener a populistas y oportunistas de dentro y fuera.

Acciones como estas, ayudarían a no caer en que, “el que habla más bonito” pueda ser candidato, Para lograrlo es necesario el fortalecimiento institucional de estas agrupaciones, que las dirigencias se acerquen y den voz a su militancia y utilicen a las estructuras de base, hacer calle y hacer ciudadanía, hacer municipio y hacer campo, para que verdaderamente la gente esté consciente de las opciones políticas y a partir de ahí, decida. Respeto a la pluralidad y a la diversidad.

Esto no será posible mientras lo único que prevalezca dentro de los partidos sea el “dedazo”y la lambisconería hacia el líder sea lo que, más o menos, te lleve a lograr un puesto, pasando por sobre todos los principios que supuestamente enarbolan.

Porque sabemos que como sociedad debemos regirnos por normas éticas, pero, si ni siquiera podemos ver esto al interior de los partidos políticos, ¿qué esperanza tenemos para verla en el país?.

La lucha de Adriana Dávila

Luego de considerar y reunir evidencias de que el proceso para la renovación de la dirigencia Nacional del PAN no reunió las condiciones necesarias de equidad, Adriana Dávila impugnó primero en las instancias correspondientes al interior de su partido, controladas, claro está, por el dedo dictador de Marko Cortés, ahí su solicitud fue rechazada. Después acudió ante el INE donde obtuvo el mismo trato, luego se dirigió al Tribunal Electoral, donde fue rechazada una y dos veces, pero, gracias a su persistencia e insistencia, finalmente logró que la Sala Superior del TEPJF emitiera el día de ayer una resolución, en la que se admite que “el PAN no garantizó condiciones mínimas de equidad en el proceso de renovación de su dirigencia”, por lo que el partido deberá pagar una multa.

Con un poquito de suerte y otro poco de dignidad, Marko Cortés renunciaría o mínimo, repetiría el proceso en otro tipo de condiciones.

Por cierto, Adriana Dávila es la misma persona que ganó y logró, después de un año de lucha, que el diputado Fernández Noroña tuviera que dar una disculpa pública por haber realizado una difamación en su contra.

Esta vez, fueron más de seis instancias las que recorrió y medio año de lucha, pero logró que se aceptara la validez de sus argumentos. Verdaderamente México necesita y merece más mujeres como Adriana Dávila.

Para aquellos que dicen que no hay oposición, ahí está Adriana Dávila, mujer que hay que seguir muy de cerca.