Soy de los que piensa que Marcelo Ebrard no romperá con Morena. El miércoles aceptará el resultado de las encuestas y levantará la mano de su adversaria, Claudia Sheinbaum.
El triunfo de la ex jefa de gobierno de la Ciudad de México como colofón del proceso interno para la definición de la candidatura presidencial oficialista es algo que se anticipaba desde hace un par de años.
Ebrard Casaubón tendrá que aceptar a regañadientes la coordinación parlamentaria de Morena en el Senado. Será una posición de poder y —sobre todo— con fuero. La comunicación con Adán Augusto será clave, pues éste seguramente acabará como dirigente nacional del partido.
Claudia Sheinbaum como presidenta no tendrá la injerencia que tuvo Andrés Manuel López Obrador al interior del partido. Ella no es política. Por eso dependerá mucho de Adán Augusto, que será el conducto por el cual intervendrá AMLO desde su rancho en cuestiones políticas dentro y fuera de Morena.
Fernández Noroña tendrá un brillante desempeño como coordinador del Grupo Parlamentario de Morena en la Cámara de Diputados.
Ricardo Monreal ocupará algún cargo dentro del gabinete, si es que se le niega la candidatura a la jefatura de gobierno capitalino.
¿Dónde se dará el rompimiento? Fácil: en la parte orgánica del movimiento. Porque una cosa es que los liderazgos se disciplinen y otra es que sus estructuras lo hagan.
La realidad es que ni los cuadros de Adán Augusto ni los de Monreal y mucho menos los de Ebrard prestarán sus estructuras para operar a favor de Claudia Sheinbaum.
La verdadera rivalidad, la confrontación real se dio en las bases, no en las cúpulas; por lo que sería inhumano que los operadores de los derrotados se presten a apoyar a sus adversarios más acérrimos.
¿O ustedes ven a claudistas y ebrardistas trabajando en armonía? Imposible. No será el ebrardismo el que se preste como escalera para que Sheinbaum cumpla el sueño truncado de Marcelo.
Es aquí donde será inevitable la intercesión de López Obrador en la campaña presidencial. Lo hará para evitar una lucha fratricida durante la operación electoral el día de los comicios federales.
Lo interesante será cómo se promoverá Claudia. Porque si no se contrasta de AMLO y se mantiene en la estrategia de cuidar y salvaguardar su ventaja, arriesga la posibilidad de crecer.
Si Sheinbaum se mantiene, difícilmente le dé tiempo a Xóchitl de alcanzarla. A menos de que dentro del oficialismo boicoteen la elección.
Se vienen tiempos de intrigas políticas y de la más intensa de las hipocresías. Ya se verá.
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