El presidente López Obrador -que es el árbitro y mediador del proceso interno de Morena- tiene que llamar a la civilidad política con el fin de poder concretar un pacto que fije reglas de participación equilibradas. En otras palabras, un acuerdo entre Claudia Sheinbaum, Adán Augusto, Marcelo Ebrard y Ricardo Monreal, que son los cuatro aspirantes oficiales del partido guinda.

Aunque el presidente corrigió el juego sucesorio cuando incluyó en la lista oficial a Ricardo Monreal, todavía falta que se reflejen muchos aspectos para considerar piso parejo para los cuatro aspirantes de Morena. Para que la situación encuentre un equilibrio, sin pretexto, el camino tiene que transitar por ese flujo sin cargadas, ni favoritismos. Por un lado, sería muy bueno que, desde este momento, López Obrador llame a la prudencia para construir un proceso democrático digno de lo que debe representar un ejercicio de esa naturaleza.

Tarde, pero el presidente dio el primer paso para equilibrar el proceso al reconocer, en la lista oficial de Morena, al coordinador de los senadores de Morena en el Senado de la República. La cuestión es que, durante ese lapso de segregación, algunas corcholatas aprovecharon la coyuntura y distribuyeron, por todo el territorio nacional, una estrategia de publicidad descarada. Se estima, incluso, que más de dos mil espectaculares llegaron a contabilizarse a lo largo y ancho del país; eso se multiplicó con bardas y pintas en tiempos no oficiales.

Esto no es, para nada, un ejercicio plural. El presidente tiene que llevar a cabo un pacto de civilidad. En otras palabras, una tregua para poner fin al esquema de publicidad que -algunas de las corcholatas- han incorporado como parte de su estrategia presidencial. De hecho, tenemos que admitir que, un acuerdo de esa naturaleza, es el inicio de un ejercicio democrático.

Para lograr que eso se ponga en marcha, el presidente tiene que regular el proceso sucesorio. Primero, limitar el dispendio de recursos que se destinan para este tipo de publicidad. En definitiva, el presidente Obrador tiene que tomar esa iniciativa porque él es, en este ejercicio, el árbitro y mediador de la contienda interna. De hecho, no hay ninguna duda que fue López Obrador quien corrigió la ruta presidencial para evitar que Morena se dividiera en vísperas de la elección.

Para el presidente, es fundamental llegar sólido a la contienda presidencial. Sin embargo, hasta este momento, existe una aparente equidad en la fase sucesoria. Es decir, en teoría la contienda se equilibró con la carta de Mario Delgado, pero en la práctica no, al menos hasta que no se garantice un ejercicio plural.

De hecho, no está por demás decir que, hasta este momento todos, menos Monreal, tienen una campaña de propaganda a través de anuncios y pintas. Por cierto, quien más predomina en ese esquema de publicidad es la jefa de Gobierno de la Ciudad de México.

La mejor forma de poner fin a eso, es que el presidente proponga un pacto de civilidad y de respeto por los tiempos no oficiales de campaña. Es decir, sujetarse a lo que se puede realizar y lo que no, sobre todo para no violar el marco constitucional. Por ello, los presidenciales deben renunciar al esquema de propaganda, al menos hasta que la Ley electoral lo permita.

Quien mejor que Andrés Manuel López Obrador para que obligue a las corcholatas a reconocer un acuerdo de esa índole.

Él mismo puede ser el interlocutor para que las corcholatas se pongan de acuerdo y pacten una tregua de civilidad política. Esto es, que tanto Claudia Sheinbaum, Marcelo Ebrard, Adán Augusto y Ricardo Monreal, cuenten con los mismos mecanismos, primero, para obedecer el marco constitucional al pie de la letra. Esto significa que, a la brevedad, la propaganda tiene que finalizar. Dado que el mandatario federal es, en términos políticos, el juez y árbitro de la contienda, es buen momento para plantear un pacto de respeto para ceñirse a las reglas que fija el órgano electoral y la propia constitución política por el bien de la democracia.

Notas finales

Nos dicen que los consejeros del INE que acudieron al Senado querían ser escuchados y eso hicieron los coordinadores parlamentarios, informó el senador Ricardo Monreal.

El presidente de la Junta de Coordinación Política explicó que quienes hicieron una presentación fueron los técnicos del Instituto Nacional Electoral, en donde plantearon sus inquietudes.

Dijo que todos tienen muy claro que lo único que falta de la Reforma electoral es la aprobación del artículo 12 que es conocido como “Cláusula de Vida Eterna”.

El senador Monreal estaba gratamente sorprendido de la exposición que hicieron los técnicos del INE, hasta dijo que aprendió mucho de los detalles como procesos electorales, de la cadena de custodia, de los paquetes, la vigilancia y seguridad, del proceso electoral, de las mesas, los funcionarios y la autoridad.

El legislador dijo que mañana van a escuchar a miembros de 86 organizaciones de la sociedad civil, que también quieren ser escuchados.

Recordó que el Senado es una institución abierta para el diálogo.