IRREVERENTE

Les platico:

El mimetismo es una habilidad que ciertos seres vivos poseen para asemejarse a otros organismos con los que no guardan relación, y a su propio entorno para lograr alguna ventaja.

Así describen los tratados biológicos este fenómeno de la Naturaleza.

Aplicado a México, encontramos la primera mala noticia en el hecho de que los más exitosos miméticos de la época NO tienen relación alguna con su entorno.

Se dicen ciudadanos pero no se sienten así, porque creen que no lo son y consiguen una ventaja de esta práctica.

Volviendo a los tratados biológicos, el objetivo del mimetismo es engañar a los sentidos de los otros seres con quienes comparten el mismo hábitat, induciendo en ellos una determinada conducta.

Esta es la segunda mala noticia, pues en México -y en muchos otros lados, hay que decirlo-  se suele engañar con palabras y acciones a sus presas, y más en estos tiempos convulsos de campañas políticas.

Tercera alusión a las fuentes científicas:

Los casos más conocidos se refieren a la percepción visual, pero también se conocen mimetismos auditivos, olfativos, eléctricos o táctiles. Los más exitosos son de “especies” que suman todas estas características a su desempeño.

Con esto en mente, podemos entender ahora cuál es la razón del encumbramiento de López Obrador y de otros que siguen sus pasos, sin saber el trasfondo natural de las cosas.

Así, es entendible que Samuel García, Cuauhtémoc Blanco, Alfonso Durazo, Cuitláhuac García, Rocío Nahle, Octavio Romero Oropeza, Claudia Sheinbaum, Xóchitl Gálvez -por citar solo a algunos- ocupen las posiciones de poder que hoy tienen.

Los hay otros como Luis Donaldo Colosio Riojas, que lo que hacen no es bueno para su marca, porque lo malo de su actuación es de hecho SU MARCA.

La peor noticia de todas es que si los pueblos merecen los gobiernos que tienen, los mexicanos nos merecemos uno peor. ¿Entendiste Lady Cachanilla? ¿No? No esperaba menos de ti.

La excepción confirma la regla:

Y como para hacer un pastel se tiene que romper al menos un par de huevos, les platico lo que sucedió anoche en Monterrey:

El Inter de Messi y de Beckham -bueno, también de Miami- vinieron a éstas bárbaras tierras del norte a jugar el partido de vuelta de la Concachampions.

Se hospedaron en el mejor hotel de la comarca, el Quinta Real, que fue rodeado con vallas de seguridad en casi toda la manzana a su alrededor, en el otrora municipio más seguro de México: San Pedro Garza García.

En cambio, el hotel donde se concentran estos cracks internacionales en Miami, no le llega ni a los talones al lujo del Quinta Real.

O sea, no hubo mimetismo sino todo lo contrario en este caso, entre Miami y San Pedro.

Las mullidas y aterciopeladas alfombras que pisaron Messi, Beckham y compañía en dicho hotel, fueron lo mejor que les sucedió a sus extremidades inferiores en esta visita, porque la cancha de esa bacinica llamada pomposamente Estadio BBVA de los Rayados, estaba convertida en un potrero.

Los baches de las calles por las que fueron conducidos los jugadores del Inter desde el aeropuerto al hotel y de este al estadio, los hubo también en la cancha.

De pura suerte no hubo algún luxado o falseado -como se decía antes- entre los jugadores de ambos bandos, porque el césped se desprendía del suelo al menor roce, no se diga de barrida, en las incidencias del partido.

Hasta un caballo se habría negado a correr en semejante potrero.

El mismo Messi veía con incredulidad el sacrilegio de cancha donde sus pies se posaban.

Con eso, se logró sacar ventaja del rival a pesar de no aplicar el mimetismo, porque el Inter practica y juega en el DRV PNK Stadium de Fort Lauderdale, Florida, que tiene una cancha donde -de tan tersa que es- fácil se podría jugar una partida de billar.

Y a pesar de no ser miméticos con el rival, los Rayados ganaron el partido 3-1, para un marcador global de 5-2.

lo dicho, hasta en esto, la excepción confirma la regla.

Messi veía con incredulidad el sacrilegio de cancha donde sus pies se posaban.

Cajón de sastre:

  • Mañana, cambio completo de programa, sin faltar el Incomparable Iván y los desabridos gansitos rellenos de nada: la Ardiente, Ardorosa y Metiche Lady Rabietas Cachanilla; la Infame Ramle y el Inquisidor Beto Hogueras Fogatitas, patiño del hijo de Chespirito, amantes -ambos- de las camisas marca Patito.