Uno de los pilares ideológicos en los que se sostiene el capitalismo tardío, o neoliberalismo, es el de la supuesta “superioridad” intelectual -incluso, hasta “moral”- de los oligarcas globales.
Los mega ricos “trabajan más”, “son más inteligentes” y están “mejor preparados” que el populacho, por lo cual -de alguna manera- se justifica su acumulación de riqueza en detrimento de cientos de millones de personas que viven con poco o nada a lo largo y ancho de nuestro planeta, desde las selvas de África hasta debajo de los puentes en las metrópolis de los Estados Unidos.
Sin embargo, basta con analizar los tremendos fracasos de dos de los supuestos “genios” y miembros de listas de Forbes de “los hombres más ricos del mundo” en los últimos años. Hablamos de Mark Zuckerberg, con su fallido y moribundo “metaverso” y Elon Musk, con su compra y posterior destrucción, en tiempo real, de Twitter.
Zuckerberg, co-fundador de Facebook, ha despilfarrado más de 36 mil millones de dólares (654 mil millones de pesos) en su fallido proyecto denominado “Metaverso”. La apuesta fallida de Mark fue total, renombrando a toda la empresa, la también dueña de redes sociales cómo Instagram y WhatsApp “Meta” y presentando un horrendo producto final con gráficos que se ven peor que juego de alguna consola estilo Dreamcast o el Xbox original, de fines de los noventa.
A estas alturas, el Metaverso podría ser abandonado, ya que Zuckerberg, o “Zuck” ya tiene un “juguete”, o una preocupación nueva: la inteligencia artificial y las redes neuronales, en donde megacorporaciones cómo Microsoft, Alibaba, Baidu y Google le están “comiendo el mandado”.
¿Y la supuesta inteligencia y virtuosidad de Zuckerberg?
Peor, por su patetismo, es el caso de Elon Musk y la destrucción que ha llevado a cabo de la otrora importante red social Twitter. Luego de haberse visto obligado bajo pena de un complicado proceso legal, a comprar la red social que inició hace más de 15 años cómo sitio de “micro blogueo”, prácticamente todas las decisiones que ha tomado han venido en detrimento de su propia compra.
En su decisión desesperada por hacer que su juguete nuevo genere dinero, despidió a más del 75% de los empleados, incluyendo por lo visto a los diseñadores de interfaces, ya que sus actualizaciones más recientes parecen hechas en el programa “Paint”.
Además, Musk le cambió el nombre a la corporación Twitter a “X”, con los sueños de volver al sitio “una app para todo”, cómo lo son las apps de AliBaba y WeChat en China... con la diferencia que en la República Popular la gente tiene mucha más confianza en esas instituciones que la gente de “occidente” en Musk y sus payasadas.
La realidad es que estos oligarcas, Musk, Zuckerberg y muchos otros, llegaron a donde están gracias a una serie de circunstancias que incluyeron en su momento la dominación casi total de los Estados Unidos en la economía mundial, circunstancias que, afortunadamente para la humanidad, ya no se repetirán jamás.