Aquel joven salinista; aquel joven colosista

“Confesión espontánea, indulgencia plena”, dice el refrán. Así que empiezo con una confesión: me cae mal Marcelo Ebrard. Por lo tanto, puede estar sesgado mi análisis sobre sus posibilidades presidenciales.

El hoy canciller de México me resulta antipático porque hace unos 28 años, cuando él era un joven político cercano a Carlos Salinas de Gortari, trabajó incansablemente y con perversidad extrema para destruir la candidatura presidencial de Luis Donaldo Colosio. Los amigos leales de Donaldo estamos obligados a respetar su memoria, al menos por la vía de no apoyar a quienes tanto combatieron al sonorense asesinado en 1994 en Lomas Taurinas, Tijuana.

Por cierto, aprecio bastante a otro sonorense, quien en su momento fue de los integrantes más importantes del equipo de Colosio. Me refiero al ahora gobernador de Sonora, Alfonso Durazo. Este político, presidente del consejo nacional de Morena, tendrá un problema con su conciencia cuando, próximamente, reciba a Ebrard en Hermosillo.

Ya fue Alfonso anfitrión de Adán Augusto López y de Claudia Sheinbaum, dos de las tres corcholatas de AMLO. Del secretario de Gobernación, Durazo dijo que “tiene más futuro que pasado”. Frente a la jefa de gobierno de la Ciudad de México, el gobernador de Sonora comentó que nuestro país “está preparado para una mujer presidenta”. En ambos casos Alfonso fue sincero. ¿Lo será cuando, por política, deba elogiar en Hermosillo al secretario de Relaciones Exteriores?

Durazo cuando tenga a Ebrard a su lado no podrá expresarse con toda sinceridad; si lo hiciera provocaría una crisis en Morena y le generaría un problema mayúsculo al presidente López Obrador. Como es un hombre decente, esto es, de sólidos principios, Alfonso Durazo tampoco será hipócrita al dar la bienvenida a Marcelo Ebrard. Entonces, honrará su profesión y simple y sencillamente actuará como político. Deliberadamente uso cursivas en tal palabra, más adelante veremos por qué.

¿Qué dirá Durazo de Ebrard? Supongo que más o menos repetirá lo que el propio canciller afirma en entrevistas: que Marcelo se ha preparado toda su vida para ser presidente. Después de decir eso, el gobernador Durazo aplicará una variación del famoso eppur si muove de Galileo Galilei, padre de la ciencia moderna

En voz baja, luego del elogio no sincero, pero sí políticamente correcto dirigido a Ebrard, Durazo le dirá a Donaldo: “Este tipo piensa que empezó a prepararse para ser presidente desde que ayudó a destruir tu candidatura en 1994; así que resulta moralmente imposible que llegue al poder por un partido como Morena, que tiene como su principio fundamental el de que ‘el cambio verdadero del país comienza por cambiar la forma tradicional de intervenir en los asuntos públicos’…”.

Un consejo amistoso a Alfonso Durazo: dile eso a Luis Donaldo, para que este se prepare, antes de que con Ebrard juegues a la cortesía política tradicional, que no es ciento por ciento fingimiento, pero que sin duda lo parece.

El periodista marcelista

No quiero ver a Ebrard en la presidencia de México. Muy mi preferencia, ¿no? Desde luego, acepto que sobran periodistas que abiertamente apoyan a Marcelo. La radio está llena de ellos.

Uno de los más activos marcelistas en los medios se llama Joaquín López-Dóriga, quien en 2012 hasta se decepcionó porque Ebrard no le arrebató a la mala la candidatura presidencial de izquierda a AMLO. Joaquín lo ha comentado en sus columnas de Milenio y lo repitió ayer en una entrevista que en Radio Fórmula le hizo al canciller. Entrevista en Londres, tan cosmopolitas ellos.

En la entrevista Ebrard le dijo a López-Dóriga que hará “una precampaña muy visible”, en la que tratará “de utilizar las posiciones públicas para apuntalar mi posición”. Queda claro que Ebrard no habla un español elegante —¿”posiciones públicas para apuntalar mi posición”?—. Pero eso no importa.

Más relevante es el hecho de que se ve ilegal eso de “utilizar las posiciones públicas” para su precampaña. Pero que ni se preocupe: no lo molestará al INE porque Marcelo es el favorito de la derecha en la elección interna de Morena.

Y bueno, en la entrevista con López-Dóriga el canciller reiteró que se ha preparado 40 años para ser presidente y volvió a decir que va adelante en las encuestas que conoce. Comentó también que hace 12 años estaba empatado con AMLO, pero cedió la candidatura para no dividir a la izquierda, con lo que dio a entender que Andrés Manuel se la debe.

Veamos:

Que Marcelo Ebrard utiliza “posiciones públicas” para su precampaña, es obvio: hasta en el funeral de la reina Isabel cayó en la naquez de tomarse una selfie para apantallar a sus seguidores.

Que se ha preparado 40 años, es un mal argumento porque creo que su preparación ha sido mala.

Que Andrés Manuel le debe la candidatura presidencial porque Ebrard no hizo lío en 2011, es un síntoma de la gravedad del trastorno de la personalidad que caracteriza al secretario de Relaciones Exteriores: la megalomanía.

Que va adelante en las encuestas, es mentira. Bueno, él aclara “en las encuestas que conozco”. ¿Quiénes serán los malosos o las malosas de su equipo que lo ilusionan con encuestas falsificadas?

Y es que otra cosa dicen las encuestas serias que se han publicado en los medios. En todas Claudia Sheinbaum lo supera. Ahí están los estudios de Buendía & Márquez, para El Universal; de Alejandro Moreno, para El Financiero; de Enkoll, para El País; de Lorena Becerra, para Reforma, y de MetricsMx, para SDPNoticias.

Ojalá Ebrard se dé tiempo de revisar las encuestas más creíbles para que entienda su realidad. Si no lo hace, morirá engañado y su epitafio será: “Aquí yace el hombre que se preparó 40 años y no conoció las encuestas verdaderas porque no se las enseñaron”.