Cuando el barco se hunde las ratas son las primeras en huir.

Lo anterior es de sobra sabido, aunque la candidata de Fuerza y Corazón por México parecía ignorarlo.

Y es que antes de concluir el primer mes de las campañas presidenciales muy lejos quedó la euforia de aquellos meses de 2023 donde a alguien se le ocurrió que la hidalguense era lo mejorcito, o lo menos peor, que tenían para enfrentar a la ola guinda que clamaba en cada esquina del país que la Cuarta Transformación debe continuar.

El 19 de marzo será recordado como el martes negro para la oposición. Si no les había caído el veinte, la publicación de la encuesta de Reforma zarandeó al Frente peor que un devastador tsunami. Xóchitl, una vez más, iba perdiendo en la carrera presidencial frente a Claudia Sheinbaum, quien se perfila para ser la primera presidenta de México.

Y es que la guerra sucia implementada desde el búnker de la panista logró en verdad infundir miedo, sobre todo entre la clase media y alta de México, que comienzan a poner los ojos en quien ha demostrado que una elección no es un juego de azar.

Si antes Xóchitl se sentía segura de obtener el voto de este sector de la población, ahora empieza a titubear, mas aun con el papelón que hizo en días pasados ante los miembros de la Coparmex, a quienes exigió se pusieran las pilas para convencer a sus empleados, a la gente de la comunidad de darles su voto, no sin antes regañarlos y tacharlos de miedosos y timoratos, más que un botón de muestra de ese terrible lamento que ahoga a la panista, que a veinte días de empezada la campaña camina como los cangrejos: para atrás.

Quién iba a pensar que Xóchitl tuviera que mendigar el apoyo de quienes se supondría formarían parte de su clan. Hoy, ante los empresarios, sus cuates, sus cómplices, sus socios, Gálvez ordena para no arrodillarse y suplicar que no la dejen sola, porque así es como está quedándose: sola.

En el colmo de este caos, los antiguos roces que tenía con Alito Moreno salieron de nuevo a la luz cuando la señora X acusó a los dirigentes de sus partidos de dejarla sin dinero y el priista la desmintió en entrevista con Ciro Gómez Leyva, diciendo que sus acusaciones están “fuera de lugar” ya que han aportado más del 65% del convenio que tienen con su candidata. ¡Zas!

No solo las reuniones con los poderosos han dejado de ser su lugar seguro. Ahora es balconeada por un priista tramposo, sí, pero no menos que ella, cuyo hobbie parece ser culpar de todo y de nada a los demás.

¿Será esta falta de recursos una artimaña más para llamar la atención? La candidata ya amagó con pasar la charola y pedir donaciones de hasta dos millones de pesos para levantar la campaña y tener mayor promoción. Me suena a plan con maña.

En el nuevo capítulo de esta Xóchitl novela podemos esperar spots donde le lleven los niños su alcancía de regalo, donde la anciana humilde le lleve dinero, o donde ella misma ande boteando entre automóviles para amagar a las personas que si no le donan la “candidata de enfrente” usará recursos públicos para promocionarse y ganar.

Seamos serios.

¿Qué le queda a Xóchitl por hacer después de una semana truculenta como la que está por terminar?

Ya veremos.