“Los imposibles no existen”

Independientemente de toda la simbología que pudiera tener el bastón de mando que el presidente Andrés Manuel López Obrador le entregó a la doctora Claudia Sheinbaum, incluyendo la historia bíblica de Moisés abriendo el Mar Rojo con un bastón también, lo trascendente sería analizar el camino que aún queda después de éste evento histórico de entrega.

Desde un punto de vista más psicológico que metafórico, el haber entregado el bastón de mando parecería que en una carrera de relevos el presidente ya entregó la estafeta, y eso, psicológicamente, repito, podría ser contraproducente, lo que deberíamos pensar todos los habitantes de México es que la carrera presidencial aún no ha terminado, y si nos empeñamos todos, o por lo menos una gran mayoría, podríamos lograr un final en el tiempo que queda de gobierno actual, glorioso, hablando en términos deportivos y automovilísticos: un gran “sprint” presidencial, que nos va a beneficiar a todos como nación y como individuos, para siempre.

Y aunque se escucha fácil la premisa expuesta al leerla, realizarla lo sería aún más, si solo contáramos con la voluntad y determinación de un pueblo admirable llamado mexicano, y lograr por primera vez en la historia, desde la Revolución Mexicana, que el último año de gobierno de un presidente sea el más productivo de todo su sexenio.

Finalmente, para entender mejor la trascendencia del bastón de mando a nivel nacional y local, recomiendo la lectura sobre la grandeza de México plasmada en el artículo homónimo publicado en este portal SDP Noticias el 11 de marzo del 2020.