Amaury Vergara y Fernando Hierro se pavonean en Doha. Al dueño del Rebaño Sagrado se le ha visto en los estadios y en las calles de Qatar  como todo un buen aficionado; y el segundo, como un comentarista más de las decenas que llevó la cadena para las transmisiones en español del Mundial 2022. Y así se gastan sus días, sin darse ni cuenta que el 7 de enero inicia el torneo Clausura 2023…

De refuerzos para las Chivas  aún nada y varios futbolistas que pudieran ser opción interesante para este equipo ya comienzan a firmar por otros clubes.

Jordi Cortizo va a Rayados de Monterrey, Israel Reyes al América y ellos, presentando los nuevos uniformes de un equipo cuya afición suspira por tener a un jugador como Luis Chávez, el único que se destacó del ridículo mexicano en la Copa del Mundo.

En los pasillos del OPF (lugar donde están los estudios de la cadena estadounidense) se murmura sobre lo que dice el flamante director deportivo, solo humo, solo eso, porque  van cerca de 60 días desde que las Chivas fueron eliminadas del torneo anterior y no se ve movimiento alguno.

En el caso de Chávez está más cerca de llegar a Alemania, a la Bundesliga, que a Guadalajara y eso podría ser diferente con un director deportivo que esté atento a lo que sucede en el entorno del equipo que lo contrató.

Se le agota el tiempo a Chivas que han sido abandonadas por su flamante director deportivo. Que puede estar al pendiente del equipo y hacer video llamadas muy elegantes para tratar de explicar lo que sucede de cara al próximo torneo, pero simple y sencillamente pasa el tiempo y no se ve cambio. Para esas cosas, mejor hubieran dejado al que ya acumula seis mundiales y que ahora en su regreso a la televisión ha vuelto a ser el sabelotodo. 

Refuerzos no llegan y estarán en Europa pronto, para jugar contra Athletic de Bilbao y Getafe en España como parte de la pretemporada que solicitó el nuevo entrenador, el serbio Veljko Paunović.Chivas abre la temporada el 7 de enero contra Rayados de Monterrey en la Sultana del Norte y de seguir Hierro más pendiente de lo que haga la selección española que de reforzar al equipo, se viene una nueva versión del chiverío en desgracia.