Pues sí, sinceramente yo estoy presenciando algo insólito ante mis ojos. Sé que los morenistas más radicales y apasionados me pedirán que “no haga olas” (como coloquialmente se dice), pero mi percepción es otra y estoy en mi derecho de expresión de comentar lo que pienso.

Creo está empezando a generarse un caos monumental dentro del gobierno de México. Y es que ellos mismos lo están provocando. Nadie más.

No se le puede culpar a la “minoría ruidosa” como nos llamó Genaro Lozano hace unos días ni a la oposición ni a mismísimo Felipe Calderón.

Dentro del partido de Morena me parece que tienen una desorganización que no debería de estarse dando. Una rebatinga para ver quién tiene más derecho, quién tiene más poder, quién puede salir y dar declaraciones como lo hizo el guapísimo de Nacho Mier, como si fuera él el futuro presidente de la nación.

El cambio, con el aumento del precio del dólar, a raíz del día de las elecciones, fue  indiscutiblemente real y un hecho que nadie puede negar.

Las columnas más leídas de hoy

Por tanto, Claudia Sheinbaum ha tratado de calmar justamente las aguas. Primero, compartiendo un video conversando en  un perfecto inglés con la directora del Fondo Internacional de Economía, Kristalina Georgieva, explicándole que no está pasando nada, que no cunda el pánico y que todo estará  bien.

Pero los dichos del presidente en sus mañaneras siguen golpeando a Claudia Sheinbaum incesantemente y por supuesto no es que López Obrador lo haga de manera intencionada pues sabemos cuán feliz es de que Claudia haya ganado las elecciones presidenciales y cuánto la quiere. Sin embargo, AMLO no está infundiendo paz ni certidumbre en el país y sus mañaneras ya solo generan nada. En nada abonan, en nada ayudan, en nada suman. Pero sabemos que el presidente se aferra a su atril como quien va en un avión en picada. Sin su mañanera el presidente se desdibuja y eso es lo último que quiere que le pase.

Luego entonces y nuevamente, Claudia ayer realizó una extraña y como improvisada “tardeada” (el mismo formato de la mañanera pero en la tarde). Y digo extraña porque parecía que ya traía la investidura presidencial. No hablaba o se comportaba como una candidata, por supuesto es ya una ganadora que todavía no está en funciones pero que pareciera que sí lo está, perdón que suene a Cantinflas pero así está la cosa.

Ayer se encontraba en Palacio Nacional con cientos de reporteros ahí. Se le notaba nerviosa e incómoda. Sabe que ese espacio es del presidente y yo creo que incluso López Obrador estaba tirando lágrima por ver que alguien más ocupaba su lugar.

Claudia Sheinbaum mostró aplomo al hablar y tratar de enviar un mensaje que generara certidumbre pero creo que no fue el indicado ni lo ideal, porque pareciera que en lugar de un presidente, tenemos a dos y eso es una locura.

Ayer, platicando con un grupo de personas que saben mucho de política y del tema de la transición que está por venir, les hice saber mi opinión y expresé que estaba casi segura que ayer Claudia Sheinbaum daría a conocer a su gabinete presidencial.

Me tacharon casi casi de loca, me decían “cómo crees que va a salir a decir eso, no son los tiempos ni formas, ella no hará eso” y pues no, no lo hizo ayer pero dijo que la siguiente semana lo daría a conocer. Mi pregunta es ¿si ya para la siguiente semana es un buen momento para que Sheinbaum de a conocer su gabinete? Y es que creo es la mejor opción para la doctora.

Tiene que haber ya y más pronto de lo dicho el cambio de estafeta. Para septiembre u octubre que es la fecha que el presidente López Obrador ha designado, falta todavía mucho. Y si ya tenemos a una Claudia Sheinbaum que está comportándose como presidenta, pues esta transición se tiene que dar lo más pronto posible.

El presidente tendría que aceptar que por el bien de todos Claudia empezará a gobernar de una vez. Y la verdad es que es algo que ya es muy necesario.

Porque las rabietas del presidente, sus continuos e interminables manoteos y su enojo con quién se le ponga enfrente no solo lo desgastan a él sino que desgastan a Claudia Sheinbaum.

Un accionar prudente sería que Claudia Sheinbaum sea ya la presidenta de este país.

Ver a Claudia Sheinbaum por televisión dando su primera “tardeada” me pareció hasta cierto punto refrescante. Un alivio pues. Pero ella tiene que trabajar mucho en sí misma y en su inteligencia emocional  para lidiar con la prensa que siente que la acorrala y le cuestiona.

Casi no dejaba a hablar a los reporteros cuando las preguntas no eran ciertamente cómodas y los interrumpía una y otra vez además de que no fue muy clara en sus respuestas.

Uno de los reporteros le cuestionó si las “tardeadas” se darían en Palacio Nacional y si ella viviría ahí y Claudia con una sonrisa nerviosa  se limitó a decir: “Luego vemos eso, luego les contestamos eso, ahorita estamos viendo eso” y pues creo que era una pregunta muy básica y profunda que debería de haber tenido una respuesta clara y precisa, pero no la tuvo.

Me imagino que la sombra de López Obrador encima de Claudia Sheinbaum todo el tiempo la perturban.

Aunque ella ayer ratificó el amor que le tiene al presidente al decir que para ella es un honor estar con López Obrador, es hasta un amor fanático. Ya estaba de más que lo dijera Claudia Sheinbaum desde Palacio Nacional, pero creo se sintió presionada para decirlo.

Porque en el fondo el  todavía presidente es lo que quiere: que se le reconozca, se  le adule y se le agradezca. A veces pienso que incluso hasta le pide a Claudia que lo haga.

Yo no sé ni entiendo de economía pero mi lógica me lleva a pensar que es necesario el presidente de México se replantee cuál es la necesidad de seguir perpetuándose en el poder 4 meses más.

Y pues para los que me hablan de que hay tiempos y formas para hacer este proceso, la verdad de las cosas es que ahora sí que les diría: “no me vengan que la ley es la ley”, es decir, el presidente si quisiera y si fuera realmente prudente ya haría la transición  con Claudia Sheinbaum. Total, ya se sabe que ganó por mucho y que no hay nada más que impugnar en cuanto a los resultados de esta elección.

Yo llevo más de 4 días que no le oigo decir nada a Xóchitl Gálvez. Entonces todo lo demás que tenga que ver con que hubo fraude y que voto por voto, casilla por casilla me suena a pura paja que ya no es necesaria ni tiene sentido.

Ojalá haya orden y transparencia en esta transición para que en el mundo también podamos presentarnos como un país que está haciendo las cosas bien y en orden.

Los mexicanos seguimos como incrédulos y expectantes y el país necesita rumbo y certidumbre.

Dos presidentes en el poder no nos brindan eso.

Ojalá lo reconsideren.

Es cuanto.