Por todo el país hemos observado propaganda a favor de la jefa de Gobierno de la Ciudad de México. Eso viene sucediendo desde que el presidente Obrador abrió el juego sucesorio. Desde esas fechas hasta el día de hoy hay bardas, espectaculares costosos, pintas y todo tipo de anuncios que hacen referencia a Claudia Sheinbaum, incluso todas ellas fuera de la ley electoral porque no son tiempos de campaña.

Aun así, es exagerado el esquema de dispendio y derroche de recursos que han utilizado en anuncios sin que la ley electoral haya hecho algo al respecto. Además de ello, la estrategia de promoción y posicionamiento es, desde que el presidente dio el banderazo, una estrategia ventajosa que sí el Tribunal Electoral -una vez que se documente toda la propaganda indebida fuese clara y objetiva- debe concluir en retirar el registro para la candidatura presidencial más allá de que Sheinbaum se desmarque.

Acepta que la publicidad está, pero comenta que ella no la promueve. Entonces, sí sabe que eso viola la ley, porque no pide que la retiren a sabiendas que ella puede ser, llegado el momento, la única afectada en sus derechos políticos-electorales. Sin embargo, es evidente que -para nada- le incomoda y pasa por alto las normas de actos anticipados de elección.

Sin embargo, siguen cayendo en el exceso de confianza pensando que la Ley o el tribunal no emitirán ningún juicio que perjudique su candidatura, al menos así se nota la parsimonia con la que actúan al no mostrar voluntad o interés porque se retire esa publicidad.

Con o sin el consentimiento de la jefa de Gobierno de la Ciudad de México se está violando la ley en medio de un proceso prematuro en que ni siquiera la convocatoria interna se ha lanzado. Además de ello, Claudia Sheinbaum se ha beneficiado de ese esquema de propaganda porque su imagen está en todo el territorio nacional con espectaculares costosos y exorbitantes que solo hablan del dispendio en tiempos de la Cuarta Transformación.

En la actualidad, según datos que circulan, hay más de 1200 espectaculares por todo el territorio nacional. ¿Qué clase de austeridad es esa? Solo aquellos que saben las estimaciones de cada uno de los espectaculares podrán calcular el dispendio que se maneja en este tipo de propaganda a favor de la jefa de Gobierno de la Ciudad de México.

Esto explica dos aspectos que no podemos pasar por alto: el partido debe llamar a la cordura, sobre todo porque ese tipo de mecanismos o instrumentos de promoción son ventajosos y ominosos para un movimiento que promueve los buenos valores públicos. Asimismo, pone en desventaja a todos los aspirantes que han levantado la mano en el proceso anticipado.

Esto, por supuesto, no es equidad ni mucho menos piso parejo. Por ese motivo, lo he dicho en muchos espacios: “que no les sorprenda sí el Consejo General del Instituto Nacional Electoral determina despojarle de los derechos políticos y electorales a la jefa de Gobierno de la Ciudad de México por actos anticipados de campaña ya que hay evidencias y testimonios de publicidad en todo el país”.

Si partimos de esa premisa y del desafío abierto al Consejo General del INE, hay una probabilidad alta de que Sheinbaum se quede sin candidatura. Eso se justifica con todo el dispendio que hay en cada uno de los territorios y principales ciudades del país. No hay un día que no observemos un espectacular en alusión a la jefa de Gobierno de la Ciudad de México. Han aprovechado cada espacio para pintar consignas a favor de Sheinbaum.

Eso debe tener una sanción por parte del INE en un periodo donde aún no se permite ese tipo de propaganda. Sin embargo, antes de que el órgano electoral fije su postura o determine alguna resolución esto es un acto deshonesto y bochornoso en tiempos de la llamada Cuarta Transformación.

Claudia Sheinbaum, que es un personaje que emula mucho al presidente en su narrativa, debería tomar los buenos ejemplos de austeridad y solicitar que se retire esa publicidad. Si no tienen su consentimiento, debe estar consciente que esto le puede llegar afectar en una sanción severa de cualquier órgano especializado que pueda determinar en el retiro de la candidatura. Así de sencillo.