AGENDA SINDICAL

Por Carlos Carral Hernández

Nos referíamos a que en esta etapa de capitalismo financiero que estamos viviendo, la idea que se empuja desde el capital global, es que el Estado debe ser tan pequeño como sea posible y que todas las actividades que queden después de la sencilla operación, deben quedar en manos del capital privado, esto con el argumento de que este sector puede hacer lo doble con la mitad de recursos que la esfera gubernamental necesita para medio operar.

Para el neoliberalismo como lo fue para el liberalismo, aunque con medidas y posturas más drásticas, la idea es que no puedes darle nada a nadie, de aquello por lo que no puedan y quieran luchar, si usted quiere pensión para su vejez deberá ahorrar, si quiere una casa deberá también trabajar duro, pensar en una ayuda del Estado es algo ilógico para este modelo, pues muchos de esos beneficios se pagarían según ellos, con la aportación al gasto público de muchos vía pago de impuestos, muchos que no tienen acceso a esos beneficios a pesar de contribuir con su financiación.

Si la prestación de servicios públicos queda en manos del capital privado, hoy con un origen global, no habría subsidios en ningún sentido a favor de nadie, vivienda, salud y educación serían servicios por los que habría que pagar y en realidad todos careceríamos de la certidumbre de tener estos temas elementales resueltos, es decir, la idea de igualdad del liberalismo y del hoy neoliberalismo, es que todos tengamos idénticas carencias y necesidades, lo que llevaría a todos a luchar por resolverlas.

Lo cierto es que no todos tenemos las mismas oportunidades, no hay un piso parejo en los beneficios y condiciones de vida, ni Carlos Slim o Ricardo Salinas Pliego han creado sus emporios empresariales con su sudor, esfuerzo, suerte e inteligencia, realmente son parte de un sector que ha recibido beneficios indebidos por parte del Estado, incluso desde generaciones atrás, lo malo es que la ciudadanía les damos la razón con nuestras acciones, a las ideas que todos los días nos venden, que critican cualquier beneficio público con las ideas de liberad y discriminación.

Detrás del amparo para practicar el matrimonio poliamoroso que un Juez de Distrito otorgó a un hombre en el estado de Puebla, está presente no solo la aplicación de un criterio irracional y desmedido sobre la libertad, está también la peor interpretación del mismo, pues su determinación aceleradamente llevará a la necesaria modificación de diversas leyes, ahora en función a otra pésima interpretación del concepto de discriminación.

Imaginemos que el pretendido esposo poliamoroso de Puebla es trabajador con goce de su derecho a la seguridad social, ¿cuál sería la razón para que el IMSS o ISSSTE no reconozca a la segunda esposa como derechohabiente del trabajador?, ¿negarle el servicio no sería discriminatorio a partir de la resolución del Juez de Distrito, que otorgó la posibilidad de contraer un segundo matrimonio a una persona con uno primero en curso?, ¿no le estaríamos dando la razón al neoliberalismo, en el sentido de que el resultado de la mala interpretación de la libertad de las personas para practicar los polimatrimonios o policoncubinatos, representa una carga económica indebida al estado?.

Cuando vemos la idea de libertad alejada de la idea de responsabilidad, es muy fácil caer en el discurso de “mi derecho”, cuando somos responsables únicos y directos de nuestras acciones, definitivamente las cosas no se ven igual. Después del amparo que se otorgó para practicar los polimatrimonios o policoncubinatos, podemos ampararnos contra lo que sea, lo que sigue entrar en temas de reconocimiento legal de “reasignación de especie” y matrimonios con animales, árboles o lo que se le ocurra, en otras palabras somos una sociedad con demasiada soledad y demasiada tristeza acumulada.

Abogado Postulante y Director de la Escuela para la Formación Política y Sindical A.C.

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