¿Existen los demonios? Hay seres humanos que sin duda se rigen por la maldad, utilizando su poder “supremo y divino” para cometer atrocidades; pareciéndose a esos entes tan temidos…

Dentro de los demonios considerados más peligrosos figuran:

Dambala: Deidad que proviene del vudú africano. Se representa como una serpiente, por ello es que su andar es lento y sigiloso, pero extremadamente veloz al momento de su ataque.

Beelzebub: Su nombre deriva etimológicamente de “Ba´al Zvuv”, que significa “El Señor de las Moscas”. A decir de la tradición cristiana, es nada menos que el Príncipe de los Demonios. Para manifestarse ante los humanos y demostrar su poderío adopta diversos nombres. No sólo es uno de los demonios más peligrosos de la historia sino también uno de los más antiguos; sus orígenes datan desde los tiempos de los semitas y los cátaros. Eso lo ha llevado a ocupar el segundo puesto de la jerarquía demoniaca, solo debajo de Satanás.

Asmodeus: También conocido como Asmodeo, este demonio es nombrado en el Talmud (texto principal del judaísmo rabínico) y a menudo se le encuentra en los más importantes tratados de demonología. Está asociado a los excesos carnales, la sensualidad, depravación y lujuria, además de todo tipo de estados orgiásticos. Lucifer recibió los nombres de Amadeus y Sámano “El Veneno de Dios” cuando según la tradición judeocristiana, tentó a Eva a probar el fruto prohibido. El del conocimiento del bien y el mal…

Sí, hay “humanos” que reúnen una o varias de las características de los demonios; como el Dalái Lama y Marcial Maciel.

El Dalái Lama, líder espiritual de los budistas tibetanos recibió el 28 de febrero alrededor de 120 estudiantes organizados por la Fundación M3M. En el evento, uno de ellos, un niño pide premiso para abrazar al líder. Solicitud que por desgracia se le otorga. Ya estando frente a él, el menor abraza al Dálai Lama, el líder lo toma de la mano para decirle: “que lo bese en la boca” el niño recarga su frente para evitar hacerlo, pero el líder lo toma de la quijada para dárselo. Risas cómplices se escuchan ante el abuso del líder.

El pederasta espiritual no suelta la mano del menor. Es evidente el desconcierto del niño. Su cuerpo tenso se resiste. No quiere acercarse. Se hace hacia atrás. El líder lo jala… La incomodidad del menor traspasa la pantalla; la duda lo envuelve. Debió haberlo invadido el terror por tener que hacer algo que su alma infantil, esa vocecita interna que le decía que no, que no está bien; pero nadie, ningún adulto que está a su alrededor lo apoya, nadie lo salva de las garras del hombre abusivo envuelto en una túnica. Se escuchan risas y aplausos.

El pequeño sonríe nervioso. El abusador no deja de verlo, su mirada intimida al menor. No lo suelta.. lo mira, el silencio… para después decirle “chupa mi lengua”; haciendo al mismo tiempo el ademán enfermo con la mano. El menor hace de nuevo su cuerpo para atrás, el lenguaje corporal manifiesta su negación. Nadie hace nada. El Dalái saca su lengua y lo jala hacia él… al fondo se perciben los ecos de otras risas, cómplices, enfermizas. Después el líder le da las gracias al niño, toma su mano y la mantiene pegada a su mejilla para después abrazarlo… se escuchan aplausos ante el evidente abuso infantil.

Si el líder espiritual es capaz de cometer esos abusos sexuales delante de cámaras, ¿qué no hará detrás de ellas?

La patética disculpa publicada por la oficina del Dalái Lama debería ser rechazada. Ningún tipo de abuso infantil puede ser disculpado.

Tras la controversia, la oficina del líder tibetano ofreció disculpas al niño y su familia, así como a sus muchos amigos de todo el mundo, por el daño que sus palabras han causado. ¿Cuáles palabras? Fue un acto vil.

Ofrecer absurdas disculpas sí ofenden, dañan y promueven que el abuso infantil cometido por líderes espirituales o sacerdotes siga…

Siendo cardenal Joseph Ratzinger había iniciado un proceso por acusaciones de pedofilia contra Marcial Maciel fundador de la Legión de Cristo. Cuando se convirtió en Papa anunció el cierre de la investigación por la avanzada y quebrantada salud del pedófilo Marcial Maciel. El terrible castigo que le dio el Papa Benedicto XVI al pederasta Marcial Maciel fue que se retirara del sacerdocio público para consagrarse a una vida de “oración y penitencia”. ¡Vaya castigo!

Marcial Maciel murió impune. Varias acusaciones de abuso sexual contra seminaristas y niños quedaron en el olvido. Maciel, otro demonio oculto bajo la túnica. Un enfermo protegido por por sus santos jefes del más alto nivel. El Vaticano sabía de sus perversidades, de los abusos, del consumo de drogas, de su vida marital… lo protegió no podían poner en riesgo el “santo honor” de la Iglesia. Los niños no importan, que abusen de ellos. A los pederastas los envían a otra región, para que abusen de otros… y así se propaga el impune abuso.

El Dalái Lama no puede seguir, un abusador debe ser castigado, él, no es un líder espiritual, es una especie de demonio oculto debajo de una túnica.